domingo, 21 de febrero de 2010

SOLUCIONES PARA LA CRISIS ALIMENTARIA: TIERRA PARA LOS CAMPESINOS
Por: Lcdo. Sergio Ramos


El país cruza por un serio período de agudización de la crisis alimentaria. Los abastos de alimentos agrícolas estan en curso a una parálisis que podría llevar al pueblo a una situación de hambruna en ciertos sectores y regiones.

De esta situación es sólo responsable el gobierno por su encaprichamiento en continuar con un modelo económico que no funciona. Que intrísicamente carece de la eficiencia para producir y abastecer al pueblo y adolece de la capacidad para generar la motivación necesaria para que el agricultor se dedique a prodicir con eficacia y a llevar sus productos a los Mercados. No hay incentivos ni forma para que el guajiro pueda vender libremente sus cocechas a los ciudadanos y sin estar sujetos impuestos de usura y persecuciones absurdas. Añádase la generalizada corrupcion de los funcionarios y de los elementos policiácos que roban al agricultor sus cosechas bajo amenazas de multas y encarcelamientos.

Sin embargo, el gobierno, en vez de resolver la crisis, prefiere difamar al campesino tildándolo de vago, sin darse cuenta que ellos son el problema, porque nadie trabaja con esmero y eficiencia si no percibe el dinero justo y el bienestar familiar por su trabajo.

Ninguna agricultura bajo estas condiciones funciona y la consecuencia es hambre para el pueblo.

El agricultor necesita motivación. En otras palabras que el fruto de su trabajo llegue íntegro a su bolsillo y al de su familia. Que se sienta que la tierra que trabaja es suya, no un usufructo incierto de un estado sujeto a los caprichos de un gobernante.

El guajiro cubano es trabajador, lo que el estado no lo motiva a trabajar…y no es con boberías de incentivos morales y medallitas emulatorias que se logra, sino proveyéndoles un sisteme en el cual tengan los recursos económicos y medios de producción propios que les permitan levantar el nivel y la calidad de vida del campesino y de su familia.

Asi pues, el primer paso es darle en propiedad de la tierra a los campasinos, para que la trabajen según sus sabios criterios adquiridos de generación en generación, sin dictámenes tomados por larga distancia de burócratas y políticos. Darle al guajiro la tierra necesaria, no migajas de terrenos en calidad de agnados del Estado. Hacerlos propietarios de 10 a 12 caballerías por nucleo familiar en título irrestricto propiedad, y no como un siervo del estado. Que tanto, la tierra como lo que exista dentro de ella ( casa, frutos, animáles, equipos de labranza, etc.), sean de su única y exclusiva propiedad, con derecho a libre disposición sobre estos.

El Segundo paso, es dejar que el campesino tome sus propias decisiones de cuando, donde, que y como sembrar, recoger sus frutos y venderlos libremente, libre de impuestos directamente al pueblo.

En tercer termino, eliminar las prohibiciones en cuanto a la crianza y matanza de animales y liberalizar la venta de los producos agro-pecuarios. Que el guajiro decida que animales críar , cuantos críar, a cuales sacrificar para su libre venta en los mercados al precio que él determine. Hay que decretar despenalización de la matanzas de reses.

En Cuarto lugar, debe haber absoluto libre acceso a los mercados. En la década de los ochenta funcionaron los Mercados Libre Campesinos que resolvieron en algo la eterna crisis alimentaria que soportamos desde que la Revolución tomo el poder.

Al pueblo se le raciona la comida porque el gobierno no deja producir libremente y vive en perenne desabastecimiento. Los niveles de eficiencia y producción son muy bajos y la consecuencia la vemos en la invasión del gran enemigo de la fertilidad y la productividad de la tierra: EL marabú. Por cuanto, deben habilitarse mercados totalmente libres, sin restriccciones , sin impuestos oprobiosos, sin controles de precios, para venta en moneda nacional de todo tipo de producto agrícola, avícola y pecuario que desee el campesino cubano colocar en los Mercados o vender directo al pueblo.

Que se le dé la libertad al campesino de usar el dinero ganado con el sudor de la frente en comprar lo que le plazca sin restriccciones, sin impuestos, ni libretas, y a ser pagado en moneda nacional; que dicho sea de paso, el pueblo debe comprar en la moneda que gana, no en otra distinta y más cara. Este es, también, uno de las grandes abusos que hay que acabar.

Que el campesino se enriquezca. Nada malo hay con eso, pues lo libra a él y a su familia de la miseria, y ayuda a comer al pueblo. Pero el gobierno padece del sídrome de empobrecer al pueblo, decapitando toda labor libre que levante el nivel de vida del ciudadano.

Hay otra variante no excluyente de la anterior: Las granjas colectivas. Las controla a gusto, manera , gana y capricho la burocracia inepta del Estado desde un punto centralizado en una capital de provincia y/o desde La Habana.

Sobre este aspecto tenemos dos opciones: Una que se subdivida en parcelas para repartirlas en propiedad de tierra a los campesinos integrantes de la granja según lo antes dicho. O dos, que se creen empresas libres con participación del común proindiviso de la propiedad y en las ganancias de la empresa, la cual será única y exclusivamente, propiedad de los campesinos de la granja, que advendrían ahora a convertirse en socios propietarios y cuyas ganancias se reparten única y totalmente a partes iguales entre los dueños-campesinos-participantes. Son ellos y no el Estado, quienes decidirán que producir , cuanto producir, como producir y cuando recolectar , cuando y donde y a que precio vender en los mercados agropecuarios por la libre .

Las casas que allí se encuantren se darán en propiedad a los campesinos participantes, mientras que la tierra, los ganados, y demas animales, los equipos de labranzas y demás edificaciones , almacenas y acopios seráan de la empresa privada de los campecinos socios. De ellos será plenamente el fruto de la finca.

Con un fértil campo como el que Cuba tiene, y con un campesino motivado, no necesitaremos racionamiento, ni tendremos escases e importaciones de huevos, malangas , tomates , plátanos, maiz, leche, carne de puerco, de ave y de res , etc. etc..

Es hora que el pueblo coma primero y que lo que sobre, si sobra, vaya al extrajero.

Un solo lema que se haga exigencia popular: Tierra y libertad para los campesinos.

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