lunes, 12 de enero de 2015

JE SUIS CHARLIE

EL AMEDRENTADOR ATERRORIZADO

EL AMEDRENTADOR ATERRORIZADO Por: Lcdo. Sergio Ramos Tras el acuerdo para normalizar las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana, y no en pese las declaraciones del dictador Raúl Castro de que el régimen no cambiaría su carácter totalitario y socialista, hubo muchos que incautamente han pensado que esto significará un cambio hacia una apertura y liberalización en su naturaleza despótica. La ilusión duró poco. A escasos días del sorpresivo anuncio, una actriz cubana, Tania Bruguera, decidió hacer un simple acto (‘performance’) llamado el ‘El Susurro de Tatlin # 6’ en el centro neurálgico del poder en Cuba, la Plaza de la Revolución, en donde opositores, simpatizantes y gente de pueblo expresaran aquellas cosas que deberían cambiarse en el país. Ella quiso hacerlo contando con el permiso del gobierno y para lo cual solicitó la anuencia del Consejo Nacional de las Ares Plásticas (CNAP), quienes ipso facto le negaron el permiso, por lo que ella decidió hacerlo a como diera lugar y convocó al pueblo para la emblemática plaza. Así las cosas, la actriz, quizás sin preverlo, apretó el ‘panic botton’ de la tiranía y raudo y veloz comenzaron un operativo represivo, desproporcionado e histérico, arrestando a líderes de la oposición como Antonio Rodiles, presidente de Estado SATS y Eliezer Ávila dirigente de la organización Somos Mas, fotógrafos como Claudio Fuentes, Damas de Blanco como Aliuska Gómez y Lourdes Esquivel, periodistas independientes como Reinaldo Escobar, esposo de la bloguera Yoani Sánchez, y a quien, a esta última, la mantuvieron en detención domiciliaria, y a otros opositores más incluyendo a la actriz Tania Bruguera, a quien la retuvieron en una estación de policía y tras soltarla, la arrestaron de nuevo llevándola al centro de interrogatorios y torturas de la Seguridad del Estado, Villa Marista. Pero, ¿Por qué tanta reacción represiva desproporcionada? Un régimen que se repute de ser verdaderamente sólido y fuerte no tiene por qué temer a los comentarios y criticas pacíficas de sus ciudadanos. Un gobierno que en verdad goce del apoyo masivo del pueblo, no tiene que cogerle miedo a que unos cuantos ciudadanos se reúnan públicamente y expresen su sentir político y social. ¿Por qué tanto miedo? ¿O será que no son tan fuertes como aparentan? Los gobiernos verdaderamente fuertes son aquellos en donde el pueblo es libre para labrar su destino, ya que la fuerza del pueblo reside en el respeto a los derechos de sus ciudadanos y sus instituciones democráticas. Por el contrario, las dictaduras no son pueblos, sino minorías que con engaño y fuerza usurpan un poder que corresponde al pueblo; razón por la cual, han de ampararse en las bayonetas y los tanques para sostenerse y ejercer impositivamente su ilegítimo poder. Y he ahí el origen de su debilidad intrínseca y la causa del miedo que las dictaduras tienen a las libres expresiones y actuaciones de un pueblo. El miedo. He aquí la razón de la irracional represión contra la actriz Tania Bruguera, los opositores y ciudadanos dispuestos a participar en el ‘performance’. Resulta que el amedrentador del pueblo cubano , general de ejército Raúl Castro y su camarilla le tienen miedo --- yo diría terror --- a una inofensiva joven dama, actriz de profesión, y unos cuantos ciudadanos que en una plaza pública iban a expresar pacíficamente unas opiniones… Y contra ellos, asustados, reaccionaron lanzándoles armados policías y encarcelándolos. El amedrentador esta aterrorizado de su pueblo ante la imagen de lo que sería --- como lo fue --- un pueblo en las calles tumbando un muro como en Berlín, o de verse en los zapatos de un Ceacescu ante un pueblo en las calles de Bucarest tumbando un sanguinario tirano, o ante la posibilidad de ser confrontado por un pueblo demandando libertad como ocurrió en Tunes. Y es que estos hechos dramáticos de la historia en donde los pueblos se alzan contra sus opresores, ocurren cuando estos se percatan del terror que los dictadores les tienen y la debilidad intrínseca de los tiranos, y cobran conciencia de que la fuerza y el poder radican en la voluntad de ser libres.