miércoles, 16 de marzo de 2016

LA FLOTILLA ES UN DERECHO

LA FLOTILLA ES UN DERECHO Por: Lcdo. Sergio Ramos La administración del presidente Barak Obama pretende obstaculizar la realización de la flotilla de protesta en las cercanías de las costas cubanas que está organizando el Movimiento Democracia en Miami para la fecha de la visita del presidente a Cuba. Se trata de la aplicación de una Orden Ejecutiva dictada por el el entonces presidente Bill Clinton que prohíbe las flotillas de protesta en aguas cubanas y demanda un permiso especial. Permiso que siempre es negado a los integrantes de la flotilla y que se concede discriminatoriamente al resto de ciudadanos americanos para otros fines recreativos y deportivos. Una prohibición que en el contexto de las actuales negociaciones entre Washington y La Habana resulta mas opresiva para la inmensa mayoría del pueblo cubano que no está de acuerdo con el régimen dictatorial imperante en Cuba. La postura asumida por la actual administración destaca la cooperación que el incumbente de la Casa Blanca está haciendo con la dictadura de los hermanos Castro, lo cual implica una contradicción con uno de los propósitos iníciales de la “normalización” de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos. En aquel primer discurso de diciembre 17 de 2014, el presidente Barak Obama manifestó que uno de sus propósitos era “empoderar al pueblo cubano”. Sin embargo su política de concesiones al régimen cubano, carentes de adecuadas contraprestaciones, denotan claramente que su objetivo está lejos de darle más poder al pueblo, puesto que éstas como las está desarrollando, contribuyen a afianzar y a entronizar una dictadura totalitaria, prolongando la larga agonía de todo un pueblo. No obstante que su representante en seguridad nacional Ben Rhodes se haya reunido con algunos opositores y exiliados en Miami, desconociendo a otros muchos que están en total desacuerdo con estas nuevas políticas de la presente administración, estos gestos no dejan de ser mas de carácter teatral que de ser la intensión real tras dichas relaciones. Puesto que cualquier acción para no permitir que se realice la flotilla, implica la cooperación con la dictadura en la conculcación de los derechos humanos a nacionales cubanos. El artículo 13 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas expresa claramente “1- Toda persona tiene derecho a circular libremente… 2- Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, inclusive del propio, y regresar a su país”. El propósito de dicha flotilla es protestar pacíficamente frente a las costas cubanas contra las violaciones de derechos humanos cometidos por la dictadura y para exigir que éstos sean verdaderamente respetados en Cuba. Expresarse por ese medio llamado flotilla también es un derecho humano como bien expresa el artículo 19 de la mencionada carta de derechos Humanos: “Toda persona tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión”. La flotilla se convierte pues, en un medio de expresión sin limitación de fronteras. Un derecho que pretende coartar la administración Obama para agradar a sus nuevos socios del régimen totalitario de La Habana, justo en momentos de su visita al dictador cubano. Al momento presente en que esgrimimos esta líneas, está el vilo la conducta final que adoptará Washington respecto a la realización de la flotilla de protesta, como lo está, naturalmente, de efectuarse ésta, la conducta de la dictadura cubana que en más de una ocasión ha desplegado agresivamente sus unidades navales y aéreas contra flotillas anteriores Cualquier acción de parte de los gobiernos de Cuba o de los Estados Unidos contra esta protesta pacífica, debe ser condenada dentro y fuera de los foros internacionales a nivel mundial, como evidencia del contubernio Obama-Castro en perjuicio del oprimido pueblo cubano. Al final, se trata de una cuestión de derechos fundamentales del ser humano y estos no se mendigan, sino se exigen y arrebatan de quienes los conculcan. San Juan, Puerto Rico a 13 de marzo de 2015