CUIDADO CUANDO LOS
COMUNISTAS DIALOGAN
Por: Lcdo. Sergio Ramos
Dentro del marco idiosincrático del comunista, la honestidad y la
sinceridad para dialogar y negociar asuntos políticos, económicos y sociales,
es cuestión de maquinación y maniobra para alcanzar sus perversos propósitos. Por
lo que el dialogar responde al interés de lograr sus solapados propósitos, más
allá de la simple solución negociada de un problema o situación en particular.
Recientemente, hemos visto como la dictadura castro-comunista faltó a la
honestidad y la buena fe cuando, al verse presionado por las justas protestas
de los trabajadores de la cultura del Movimiento San Isidro, se vio obligado a
sentarse a dialogar con ellos, para después, violar los acuerdos y promesas estipuladas
destapando una oleada represiva contra dichos opositores.
Esa conducta, evidencia claramente que la intensión del régimen no era
llegar a acuerdos, ni cumplir con lo estipulado, sino ganar tiempo para
preparar sus trastadas opresivas contra los ciudadanos que reclamaban sus legítimos
derechos. Tan pronto como pudieron, los personeros del régimen incumplieron los
acuerdos y comenzaron, con fines propagandísticos y desinformativos, un teatral
falso dialogo con elementos pro-castristas que se hacían pasar por opositores,
al tiempo que arreciaban la represión contra los miembros de dicha organización
opositora y también, contra aquellos quienes apoyaban a los que protestaron.
Hay una serie de situaciones en las cuales los comunistas suelen propiciar
el diálogo con sus adversarios para llegar a negociaciones y acuerdos sobre un
asunto en particular, sobre todo, cuando están envueltos cuestiones de
naturaleza económica, política o sociales.
La primera es cuando se ven perdidos en una disputa o contienda; entonces
provocan una negociación con el adversario para ganar tiempo con el fin de
reorganizarse y volver a atacar a sus enemigos cuando menos se lo esperen,
rompiendo y violando todos los acuerdos.
También, buscan el diálogo cuando saben que sus propósitos no tienen
ninguna posibilidad de éxito. Entonces, negocian para acomodar y alcanzar
algunos de sus pretendidos objetivos. En este caso, muchas veces, suelen ser
ellos los que hacen el llamado al diálogo y la negociación a sus adversarios.
Otra situación es cuando a través del diálogo se les facilita alcanzar sus
propósitos; sobre todo cuando los interlocutores son elementos dóciles y/o
manipulables, lo cual facilitarán la aceptación de los términos y condiciones
deseados por los comunistas.
También recurren a las negociaciones cuando necesitan publicitar un esquema
de pacifismo y dialogo, en cuyo caso utilizan el método simular negociaciones,
usando como contrapartes, algunos aparentes “adversarios” escogidos por ellos
mismos de entre sus propios adeptos y agentes infiltrados en las filas
opositoras. Bajo este esquema, suelen suceder los diálogos simulados,
organizados y dirigidos por ellos mismos con falsos detractores para lograr
imponer supuestos acuerdos prefabricados a conveniencia de los propios
comunistas.
Para el comunista no hay principios, y si alguno, es el de alcanzar, por
cualquier medio, el poder de modo absoluto para su propio beneficio y el de sus
cercanos allegados.
En otras palabras, los comunistas como cuestión de principio y de método operacional,
frecuentan aplicar la frase de Nicolás Maquiavelo de que “el fin justifica los
medios”. Luego, el hecho de traicionar, mentir, incumplir, robar, destruir,
esclavizar, empobrecer, torturar, matar, etc. están para ellos, justificados,
si resultan útiles para alcanzar sus perversos propósitos de asirse con el
poder absoluto.
Dicho esto, tenemos que concluir que todo dialogo con los comunistas deben
ser tomado con suma desconfianza y por tanto deben ser meticulosamente
observados y escudriñados, por los observadores y los adversarios en la
negociación, teniendo siempre a mano un plan alterno de contingencia para
accionar frente a sus incumplimientos y traiciones, pues detrás de sus sonrisas
y promesas, esconden el puñal que clavarán por la espalda de sus contrapartes.
O dicho, en otras palabras, como regla general, mucho cuidado con las
negociaciones con los comunistas, porque suelen ser una pérdida de tiempo y de
contiendas.
San Juan, Puerto Rico a 12 de diciembre de 2020.