¿QUIEN DIO UN GOLPE DE ESTADO EN
BOLIVIA?
Por:
Lcdo. Sergio Ramos
El
pueblo de Bolivia salió a las calles enardecido por el fraude electoral que
cometió Evo Morales, a quien ya anteriormente el pueblo le había negado, en un
plebiscito anterior, el derecho a la reelección para un tercer mandato. Aun
así, no empece al mandato del pueblo, el dictador Evo Morales se postuló. Pero
al verse derrotado por el voto popular, alteró los resultados electorales a su
favor. Fue la intervención de la Organización de Estados Americanos, por
disposición de su secretario general Luis Almagro, quienes destaparon el
fraude, lo que provocó la ira del pueblo boliviano tirándose a las calles
exigiendo la salida de Evo Morales.
Una
vez en las calles, la policía y los militares, se solidarizaron con el pueblo,
lo que forzó al dictador pro-castrista Evo Morales a renunciar junto a todo su
gabinete y exiliarse en México.
La
reacción de la extrema izquierda no se hizo esperar. La propaganda pro-castrista
está tratando de hacer ver aquella salida de Morales del poder como un golpe de
estado. ¿Pero realmente fue un golpe de estado?
Y si lo fue, ¿Quién en verdad dio el golpe?
Veamos.
En un proceso electoral democrático deben darse una serie de condiciones para
su legitimidad. Primero, la
transparencia en cuanto a los procesos electorales, desde la emisión de los
votos hasta su escrutinio. Segundo, la garantía de participación de todo el
pueblo, respetando el pluralismo en las ideas y participación de los distintos partidos
políticos. Tercero, la universalidad, que garantiza la participación en las
elecciones de todos los ciudadanos del país. Cuarto, la igualdad participativa
en cuanto a la equitativa accesibilidad al pueblo en general, de los distintos
candidatos y partidos de las distintas corrientes de pensamiento de la sociedad
para hacer llegar sus mensajes, ideas y plataformas políticas a la población.
Partamos
del principio de que las elecciones es la expresión de la voluntad del pueblo,
puesto que este es el soberano. Cada ciudadano tiene una participación
decisionaria como componente de esa soberanía.
Por
cuanto, cuando un partido o candidato altera la pureza de los procesos para su
beneficio o el beneficio de sus correligionarios de partido, atenta contra la
soberanía del pueblo. Ese atentado constituye un acto de ilegalidad porque
violenta el orden electoral, lo que equivale a dar, solapadamente, un golpe de
estado al soberano, que es el pueblo, o sea, a cada uno de los ciudadanos
votantes.
Evo
Morales alteró para su beneficio los resultados electorales. Cometio un fraude,
con alevosa intención de continuar indefinidamente en el poder; primeramente,
desobedeciendo el mandato del referéndum donde se le prohibía aspirar a un
tercer mandato presidencial y en segundo lugar, al falsificar y alterar maliciosamente
los resultados electorales para aparecer como ganador de la contienda
electoral, cuando la realidad es que había perdido. Estos hechos constituyen un golpe de estado al pueblo
soberano. Al pueblo de Bolivia.
Las
consecuentes protestas tras el fraude electoral, fueron el clamor de un pueblo
exigiendo se respetará la decisión emanada de sus votos. El apoyo de la policía
y los militares constituyeron, no un golpe de estado, sino el cumplimiento de
la obligación legal de defender la ley y la constitución del país.
Tras
la destitución del presidente usurpador, Evo Morales, el poder legislativo de
Bolivia siguió el proceso contemplado en la constitución de ese país y, en
consecuencia, eligió como presidenta interina de Bolivia a la vicepresidenta
segunda del Senado, la senadora Jeanine Añaz; quien ahora es la legítima
presidenta de Bolivia, con carácter interino, hasta que se convoquen nuevas
elecciones en el término contemplado por la ley y la constitución boliviana.
En
consecuencia, de parte del pueblo y los militares, no hubo golpe de estado,
sino restitución del orden constitucional que fuera alterado por un golpe de
estado contra la soberanía del pueblo que estaba ejecutando Evo Morales.
San
Juan, Puerto Rico a 19 de noviembre de 2019
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