sábado, 28 de julio de 2012
EL EXTERMINIO SELECTIVO DE OPOSITORES: UNA POLITICA DE ESTADO
EL EXTERMINIO SELECTIVO DE OPOSITORES: UNA POLITICA DE ESTADO
Por: Lcdo. Sergio Ramos
La súbita muerte del destacado opositor Oswaldo Paya Sardiñas, premio Sajarov y líder del Proyecto Varela, impactó a la oposición y al exilio. Los medios oficialistas lo señalan como un “accidente automovilístico” ocurrido en una carretera cerca de Bayamo. En el mismo incidente murió el opositor Harold Cepero y resultaron heridos el español Ángel Carromero Barrios dirigente de las juventudes Partido Popular de España y el sueco Aron Modig dirigente de las juventudes Demócratas Cristianas de Suecia.
La hija de Paya, Rosa M. Paya, informó que otro vehiculo de motor había estado impactando al auto donde viajaba su padre hasta provocar el accidente. Luego el régimen publica una corta nota en el oficialista Granma y varios medios gubernamentales publican una foto del supuesto vehiculo accidentado en el que viajaba Paya. El velorio y el entierro del dirigente opositor estuvo cargado de tensión, y en donde la policía arrestó varios opositores en los alrededores del velatorio de Paya Sardinas. Las causas del accidente no son claras y las circunstancias apuntan a la alta posibilidad de que fue un asesinato por parte de la dictadura.
Es sumamente lamentable y una perdida irreparable para la lucha libertaria, la muerte de Osvaldo Paya Sardiñas. Pero más preocupante aun es la secuela de muertes extrañas de opositores, algunas aun no esclarecidas, ocurridas desde hace un tiempo a la fecha.
El 23 de febrero de 2010 es asesinado el preso político Orlando Zapata Tamayo en medio de una huelga de hambre al quietársele el agua.
El 14 de Octubre de 2011 fallece en el Hospital Calixto García de La Habana la opositora y líder de las Damas de Blanco, Laura Pollan. El régimen alega que fue de una enfermedad pulmonar y cardiaca, pero días antes durante un acto de repudio le fue inyectada una sustancia desconocida por participantes de las turbas castristas. Otras opositoras también denunciaron haber sido inyectadas con sustancias desconocidas y algunas tuvieron que ser atendidas en hospitales, aunque sin desenlace fatal.
El 19 de febrero de 2012 muere el preso político Wilmar Villar Mendoza tras haber recibido maltratos de sus carceleros durante una huelga de hambre.
EL 8 de mayo de 2012 es asesinado en Santa Clara el opositor Juan Wilfredo Soto García tras haber recibido una paliza por la policía en le parque de esa ciudad.
No es nuevo el linchamiento de dirigentes, de opositores destacados o de personalidades del régimen que estorban o representan un potencial peligro para el dictador. Recordemos que en octubre de 1959 desapareció misteriosamente el comandante Camilo Cienfuegos tras haber intercedido por el comandante Huber Matos a raíz de una protesta que este último realizaba contra la penetración comunista en la revolución. Alegaron que el avión se había estrellado, pero la nave nunca apareció.
En 1968 fue asesinado en las calles de San Juan, Puerto Rico el ex comandante de la revolución Aldo Vera donde intervino el coronel Tony de La Guardia , años mas tarde fusilado junto a General Arnaldo Ochoa.
El 25 de mayo de 1972 el preso político Pedro Luís Boitel fue asesinado en prisión durante una huelga de hambre.
El 13 de julio de 1989 fue fusilado el general Arnaldo Ochoa y varios allegados a través de un proceso judicial completamente amañado y sin ninguna garantía procesal. Le imputaban cargos por trafico de droga, pero se sabía que Ochoa apoyaba la Perestroika y el Glasnot impulsada por le premier soviético Mihail Gorbachov a lo cual Castro se oponía.
El fusilamiento ha sido el medio más común usado por la tiranía para deshacerse de sus enemigos. Miles de cubanos han sido asesinados en el paredón, pero no es la única forma que usa la dictadura para eliminar opositores.
Es una constante que cuando el régimen utiliza otros medios distintos al paredón para asesinar a un opositor, siempre usa la excusa de enfermedad o de un accidente y presenta pruebas fabricadas para esconder el crimen. Así paso con el remolcador ‘13 de Marzo’, donde la dictadura alegó que esa embarcación hacia mucha agua por su casco, sin embargo, luego se probó que la misma estaba acababa de repararse una semanas antes.
Cuando mataron a José William Soto dijeron que no fue de la paliza la causa de su muerte, sino de una pancreatitis. Cuando asesinaron al Manuel (Barbarroja) Piñeiro, dijeron que fue un accidente de auto. Para justificar la muerte en la cárcel al general José Abrahantes, alegaron que fue de un infarto cardiaco, y así sucesivamente. Siempre inventan un pretexto exculpatorio. ¿Por qué el caso de Paya Sardinas tiene que ser la excepción? Las causas de esta muerte están muy oscuras.
La lista de eliminados es muy larga y el espacio nos traiciona, baste con los casos antes reseñados que nos demuestran y evidencian que el asesinato de contrincantes y opositores que representan un peligro o una gran molestia para la dictadura, es una política de estado en la Cuba castrista desde sus primeros comienzos de la dictadura en 1959. Esta política de exterminio selectivo de opositores y contrincantes potencialmente peligrosos a veces alcanza allende los mares como lo fue el caso de Aldo Vera baleado en Puerto Rico.
Esta sanguinaria política de estado esta basada en la sucia filosofía leninista de que “el fin justifica los medios” y es prueba del claro menosprecio por la vida de los seres humanos que tiene la dictadura castrista.
Es necesario la mas enérgica condena contra este criminal ‘ modus operandi’ de la tiranía que atenta de modo flagrante al derecho humano a la vida. Además, hay que exigir una investigación de la muerte de Oswaldo Paya Sardiñas y de las otras muertes no esclarecidas, que debe ser realizada por organismos internacionales imparciales.
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