domingo, 20 de marzo de 2011

LA CTC: EL FALSO SINDICALISMO


LOS ALTOS DIRIGENTES DE LA CTC NO RESPONDEN A LOS INTERESES DE LOS TRABAJADORES, SINO DEL PARTIDO COMINISTA DE CUBA Y AL ESTADO-PATRONO

LA CTC: EL FALSO SINDICALISMO


La Central de Trabajadores de Cuba no ha hecho nada ante la amenaza de despido de más de medio millón de trabajadores cubanos. Su inacción revela su clara complicidad con el Estado-patrono.

En otras partes del mundo, un sindicato que se aprecia de representar y defender a los trabajadores ya hubiera declarado una huelga general, estaría realizando masivas marchas de protestas contra el patrono estatal y denunciando este atropello contra la clase trabajadora. Pero en Cuba, la CTC no hace nada.

No es de extrañar semejante indigna actitud. Es que la CTC está controlada por el Partido Comunista de Cuba, el cual, a su vez, controla al gobierno y al Estado como único partido político legalmente permitido con poderes de “fuerza suprema“ del país y, además, el Estado es el único patrono y empleador a través de sus organismos. En otras palabras, la CTC es un ente patronal y no un verdadero sindicato que lucha por la clase trabajadora.

Un sindicato, para que sea verdadero representante y defensor de los trabajadores, debe ser totalmente independiente del patrono, de los partidos políticos y del Estado. Solo ha de deberse al interés de los trabajadores y por ende debe estar guiado y controlado por los propios obreros.

Históricamente, desde que la CTC cayó bajo el control de auto-proclamado gobierno “revolucionario”, nunca ha defendido los intereses de los trabajadores; por el contrario a cooperado con la dictadura para quitarle derechos a los obreros y campesinos. De ese modo derechos fundamentales, consagrados por las Convensiones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), como lo son el derecho a la huelga, el derecho a piquetear, a la negociación colectiva y exigir el estricto cumplimiento de los convenios, a reclamar mejores y mas dignos salarios, entre otros, han sido eliminados con el apoyo de la alta dirigencia de la CTC.

Los trabajadores deben empezar por demandar el derecho a la libre sindicalización y desvincularse de la patronal CTC, para exigir que le sean respetados los derechos laborales fundamentales y para protestar por los injustos despidos masivos que pretende implemantar el gobierno bajo el control Partido Comunista de Cuba y la complicidad de la alta cúpula de la CTC.

Cada centro de trabajo debe tener su propio e independiente sindicato, cuya dirigencia sea democráticamente electa por los propios trabajadores, sin la injerencia externa del Estado-Patrón u otras organizaciones controladas por el anti-obrero PCC.

Otro de los importantes asuntos a plantearse por el sindicalismo libre e independiente es la demanda de salarios justos, que realmente proporcionen sustento y bienestar para las familias de los trabajadores. Del mismo modo, demandar la eliminación de los obligados “trabajos voluntarios”, que deben ser sustituídos por trabajos extra-horas pagados a doble tarifa del salario regular.

También debe terminarse el discrimen por razones políticas, ideologicas, religiosas y/o de otra índole, eliminándose las anotaciones políticas en los expedientes laborales de los trabajadores. Simultaneamente, debemos demandar la erradicación de las persecuciones y vigilancias políticas a los trabajadores, exigiendo la salida de las organizaciones de masas estatales (CTC, FMC, UJC, PCC) y de los agentes del represivo Departamento de la Seguridad del Estado o cualquier otro organismo policiaco.

La política debe ser expulsada del trabajo. Las reuniones políticas en los centros de trabajo deben terminarse para siempre. El trabajador debe ser respetado en su libertad de criterio y opinión, por lo que como derecho y como principio básico, debe ser libre de decidir el participar o no en los llamados y marchas políticas organizados el Estado y sus organismos de masa.

La crisis laboral creada por el incompetente gobierno “revolucionario”, que no ha sabido sacar al pueblo de su pobreza, sino sumirlo en ella, demanda que todos los trabajadores se organicen en sindicatos libres e independientes para defender y exigir sus verdaderos derechos laborales conculcados y mejores salarios y condiciones de trabajo.

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