Por: Lcdo. Sergio Ramos
Tras varios meses de confrontación directa, callejera y pública, contra la dictaduta por parte de algunos sectores de la oposición, específicamente por las marchas confrontativas Damas de Blanco, la prolongada huelga de hambre del periodista independiente Guillermo Fariñas, las huelgas de hambre de varios presos políticos, incluyendo el detonador de los eventos, la huelga de hambre que culminó en el asesinato del preso de conciencia Orlando Zapata Tamayo, vimos como resultado un cambio en la política exterior de la Comunidad Europea que representó un elemento presionante para el régimen que lo forzó a ceder y excarcelar algunos presos políticos y permitir que continuaran las caminatas pacíficas de las Damas de Blanco.
Sin embargo, el régimen es extremadamente mañoso. A fin de no reconocer a la oposición, buscó apoyo en algunos sectores del liderato de la Iglasia Católica, específicamente el Cardenal Jaime Ortega y Alamino, y en su aliado en Europa el canciller español Miguel Angel Moratinos. Cada uno tenía sus propósitos particulares, coincidiendo en puntos comunes.
Moratinos, forzado por la derrota sufrida en la Comunidad Europea respecto al levantamiento de sanciones a Cuba, persigue defender los intereses económicos de España en Cuba y ganar el terreno perdido ante los demás miembros de la Comunidad Europea y al pueblo español.
La Iglesia Católica, persigue ganar un espacio mayor que le permita mantener sus propiedades y expandir sus influencias religiosas en Cuba. El cardenal en específico, busca silenciar al clero más radical contra la dictadura, que le reta su autoridad dentro de la Iglesia.
La dictadura por su parte, busca quitarse la presión actual de la oposición, la cual es conducente al incremento de la militancia libertaria entre pueblo, facilitada conyunturalmente por la crisis socio-económica que vive el país y, además, recuperar su deteriorada la imagen en Europa.
El resultado de esta envenenada caldosa política fue excarcelar a algunos presos de conciencia relacionados con el grupo de los 75, a cambio de que éstos salieran del país y dejar que las Damas de Blanco continuaran limitadamente sus caminatas pacíficas sin ser molestadas y, además, provocar que Fariñas abandonara su larga huelga de hambre.
Las medidas tomadas no representan una liberalización, ni apertura de parte de la dictadura. En cuanto a los presos liberados, lo que hubo fue un cambio de castigo: La carcel por el ostracismo. Una fórmula muy usada por los Emperadores Romanos para sacar de juego a sus detractores. Esta es una medida violatoria de los derechos humanos de los presos políticos y sus familiares, porque todos son cubanos, nacieron en Cuba y tienen el derecho natural a permanecer en su patria si así, libremente, lo deseasen. De hecho, ya hay presos políticos que no aceptan la salida del país como condición excarcelante, como aparenta ser el caso del preso de conciencia Dr. Oscar Elias Biset.
Por otra parte, la dictadura a través de sus agentones y chivatos infiltrados, han convencido a algunos opositores para adoptar y promover la distensión de los actos de protesta, al amparo del argumento de que esto traerá un cambio político o apertura para el país o que tales actos de desobediencia civil pudieran afectar las “prevendas” logradas con el acuerdo de marras.
Esta es una postura totalmente falaz, que solo beneficia a la dictadura, avida de ganar tiempo en medio de una seria crisis económica, que le puede desembocar en una explosiva crisis social. Además, con esta solapada maniobra, pretende debiliar a la oposición al dividir las opiniones entre los que compran el tramposo argumento de la dictadura y los que lo rechazan porque correctamente entienden que hay que continuar la lucha sin dar respiro al tirano.
De hecho, y como prueba del engaño de la dictadura y sus compinches, el enfermo opositor Ariel Sigler Amaya fue recientemente a las oficinas de Migración de la ciudad de Matanzas, acompañado de su esposa y dos opositores mas y al protestar por negársele el permiso de salida del país, fueron todos brutalmente golpeados por los esbirros de la Seguridad del Estado. Este incidente molestó a los europeos y más rápido que ligero, a los pocos días le dieron el permiso de salida.
Analicemos las realidades objetivas: La presión obligó a la dictadura a ceder, independientemente de sus posteriores embaucadoras maniobras para minimizar los impactos adversos. La presión de las protestas contestatarias y confrontativas, obligó al régimen darle el permiso de salida a Sigler.
Reconozcamos que la rancia oligarquía gobernante tiene miedo a perder sus riquezas y privilegios. Saben que si pierden el control opresivo sobre el pueblo, les pasará lo que a los opresores de Polonia, Checoeslovaquia o Rumanía. Por eso harán todo lo posible por mantenerse en el poder al precio que fuere nacesario, aun la entrega de la soberanía patria.
El pueblo debe tomar conciencia que solo la acción confrontativa contra la dictadura hace perder terreno a los opresores y ganar libertades y derechos para el pueblo. Los cubanos tenemos que estar muy claros que la meta de lucha es la libertad total de todo el pueblo, por lo que no se pueden aceptar componendas de paños tibios que solo afianzan y alargan el sufrimiento y la esclavitud de nuestro pueblo.
La ruta de lucha es clara: Contra la dictadura Presión, Presión y mas Presión hasta sacar de raiz a la dictadura.
lunes, 26 de julio de 2010
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