lunes, 26 de julio de 2010

GENOCIDIO SIN CASTIGO

La noche del 13 de Julio de 1994 zarpó del Puerto de La Habana el viejo Remolcador de madera “13 de Marzo” con 72 cubanos a bordo que pretendían escapar de esa gran carcel llamada Cuba y encaminarse a tierras de libertad.

Maliciosamente fue interceptado por otros tres potentes remolcadores tipo Polargo
(números 2, 3 y 5 ) construíos en acero. A corta distancia navegaba una cañonera de la Marina de Gurrra , vulgarmente llamada ‘Griffin’, por la población.

Los remolcadores castristas, tripulados por agentes del Ministerio del Interior bajo el mando de un tal “Jesusito” ( Apodo por el que suelen siempre identificarse los agentes del Minint para ocultar su verdadera identidad) estaban al acecho, con órdenes de dar un escarmiento para quienes trataran de salir del país clandestinamente por mar. A siete kilómetros del puerto habanero comenzaron los tres Remolcadores Polargo ( Números 2, 3 y 5 ) a lanzar chorros de agua con sus manguera a presión para extinsión de incendios y a embestir sin clemencia al “ 13 de Marzo”. (Continúa Hoja Extra Página 2 )

EL INFORMADOR LIBRE LA HOJA EXTRA Página 2
Volúmen 1, Número 9 Agosto 2010 Edición Especial, Página 1

Las madres les mostraban a sus hijos rogando respetaran sus vidas. La fuerza de los chorros de agua lanzaron algunos pasajeros al mar. Los tripulantes resguardaron a los niños y mujeres en los camarotes. Luego los Polargo comenzaron a embestir con saña al viejo remolcador, hasta que uno de ellos lo embistió mortalmente por la popa quebrando al “13 de marzo”, el cual empezó a hundirse.

Pese a los gritos de auxilio de los naufragos, los remolcadores castristas no hicieron nada por salvar a los sobrevivientes, por el contrario continuaron tirandoles agua con sus potentes mangueras. Tampoco acudió de inmediato al llamado la cercana cañonera castrista. Muy largo rato después comenzaron a recoger a los naufragos que sovevivieron.

El resultado fue 41 cubanos ahogados de los cuales 23 eran niños. La noticia consternó a la capital , sobretodo , a el El Cotorro y San Miguel del Padrón de donde eran muchos de los que viajaban en el desdichado remolcador.

El gobierno cubano trató de culpar a los cubanos que escapaban de la dictadura. Alegó que habían tomado un barco en reparaciones con el casco defectuoso. Sin embargo, el capitán Inspector de Cascos del Puerto de La Habana, Pablo Brown Hechavarría, quien posteriormente se exliara, declaró bajo juramento que el había personalmente inspeccionado días antes el casco del “ 13 de Marzo” despues de reparado y que estaba en parfecto estado. Pero el sol no se puede tapar con un dedo. La intención del régimen era matar. Un acto así en Cuba solo puede haber sucedido con el visto bueno del propio Fidel Castro. Quedo claro el genocidio. Al esbirro “Jesusito” lo premiaron, ascendieron y trasladaron.

Dos condenas internacionales se dictaron por parte de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra y por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos de fecha 18 de octubre de 1996. (*) Esta última condenó al Gobierno cubano por violación al artículo I ( Derecho a la Vida) , al artículo VII ( Derecho de Transito) y al artículo XVIII ( Derecho a la Justicia) de la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre.

Los culpables de tan horrible genocidio siguen impunes en Cuba. Las víctimas siguen sin justicia, como lo siguen miles de cubanos víctimas de los múltiples crímenes que durante más de cinco décadas ha cometido la dictadura. El mas reciente fue el asesinato del preso de conciencia Orlando Zapata Tamayo.

El Derecho Internacional provee para el encausamiento de los culpables de estos y otros crímenes de lesa humanidad. Desde Nurenberg, pasando por el juicio a Milosevic, decenas de genocidas han sido encausados de tribunals internacionales por sus crímenes contra la humanidad. Hoy día extiste un Tribunal Penal Internacional. Sin embargo, nadie ha sido encausado por los hechos del Remolcador “13 de Marzo”.

¿Hasta cuando los culpables de estos horrendos crímenes de lesa humanidad perpetrados por el régimen de los Hermanos Castro van ha continuar impunes? ¿Hasta cuando la comunidad internacional va a permanecer impasiva e indolente ante al clamor de justicia de un pueblo, mientras continúan ayudando, apoyando y hasta aplaudiendo a la sanguinaria dictadura castrista? La omisión ante el crimen es complicidad.

Quede claro que existe dentro del pueblo cubano un fuerte clamor de justicia que no puede ser soslayado y que tarde o temprano ha de tener su día en juicio para los asesinos del pueblo cubano.

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