EL CORONAVIRUS Y LA INDOLENCIA CRASA
DE LA DICTADURA
Por:
Lcdo. Sergio Ramos
Cuba
envió un centenar de médicos a Italia a raíz de la pandemia del CORVID-19 que
azota a ese país europeo. Se trata de una maniobra de propaganda impresionista,
pues tanto a los italianos que reciben la ayuda de los galenos cubanos, como ante
los ojos del mundo, proyecta una imagen favorable. Sin embargo, como dice el
refrán, “el infierno está lleno de buenas intenciones”.
El
propósito real del régimen, oculto tras esa careta de “bondad”, es otro. Todos
sabemos que la Comunidad Europea ha criticado, e incluso ha tomado algunas
sanciones contra la dictadura castrista y más recientemente, recibió duras
críticas a raíz del injusto encarcelamiento al opositor José Daniel Ferrer.
En
consecuencia, lo que el régimen persigue es crear un golpe-efecto de aparente “generosidad” para influir en los
gobiernos de los países europeos, a fin de obtener un cambio en la posición
política hacia el gobierno de Cuba, tanto de Italia, como del resto de los
países de la Comunidad Europea, de modo que se revierta la posición de los
gobiernos europeos en una política más favorable a la dictadura castrista.
Dicha
maniobra política del castrismo, esconde, tras el disfraz de “solidaridad humanitaria”,
un dantesco escenario cuyo precio lo está pagando el oprimido pueblo cubano,
quien no tiene ningún derecho, ni participación real en las decisiones tomadas
por la elitista cúpula gobernante de Cuba.
Primeramente,
es harto conocido y denunciado por los organismos internacionales de derechos
humanos, la explotación y trata de personas de que son objeto los médicos
cubanos que son enviados por el régimen en las llamadas “misiones
internacionalistas” a dar sus servicios en países extranjeros. En realidad, tal
explotación laboral constituye un trabajo esclavo de profesionales de la salud;
en donde los países receptores de los médicos cubanos pagan cuantiosas sumas de
dinero al gobierno cubano por los servicios de los galenos cubanos, y a su vez,
el régimen cubano se apropia del dinero de los médicos, entregándoles a estos una
ínfima parte del pago por sus servicios.
Además,
en el específico caso de Italia, la dictadura está exponiendo a los médicos
cubanos al contagio del coronavirus, más aún si tomamos en cuenta que las
estadísticas reflejan que el personal de la salud que labora con pacientes
infectados con el CORVID-19 tienen una alta probabilidad de ser contagiados.
(Se calcula que entre el 10 % al 14 %). Contagio, que luego a su regreso, lo
podrían llevar a Cuba, transmitiéndolo a la población.
Por
otra parte, el régimen ha reconocido públicamente que en Cuba ya está presente
a pandémica plaga del CORVID-19, con más de cien personas los contagiados y varios
muertos. Aunque todos sabemos del vicio del secretismo que permea a la
dictadura castrista; lo que nos lleva a pensar que lo más probable es que haya
muchos más contagiados de los que ellos dicen.
A
dicho patrón de indolencia crasa de la dictadura para con el pueblo, añádase el
hecho de que el régimen permitió el arribo a puerto de un crucero turístico con
más de una decena de infectados con el coronavirus, a cambio de recibir la suma
de $2 millones de dólares de la compañía naviera. Hecho que corrobora el
rejuego mercantilista de la alta cúpula gobernante que es capaz de sacrificar
la salud del pueblo a cambio de enriquecer sus bolsillos.
Además,
debemos recalcar el carácter discriminatorio en la provisión de los servicios
médico-hospitalarios que existe en Cuba. La alta oligarquía gobernante dispone
de hospitales cinco estrellas, que cuentan con los más modernos equipos médicos,
los mejores médicos, servicios de salud alta calidad, y medicinas en
abundancia; mientras que el cubano de a pie tiene que atenderse en hospitales
cuyas facilidades están desprovistos de equipos médicos necesarios, carentes de
asepsia y faltos de medicinas. Situación que agrava más aun el peligro y la
indefensión del pueblo cubano ante la expansión de la pandemia de coronavirus
en el país.
En
resumen, para la dictadura es más importante hacer negocios a costa de la
pandemia y proyectar propagandísticamente una falsa imagen de “bondad y humanidad”,
que garantizarle al pueblo cubano el bienestar y la salud. La indolencia crasa
para con el dolor del pueblo cubano es parte de la maldad intrínseca que permea
a la cruel dictadura castrista.
San
Juan, Puerto Rico a 31 de marzo de 2020
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