AVANCEMOS POR EL
CAMINO HACIA LA LIBERTAD
Por: Lcdo. Sergio Ramos
Mirar hacia adelante. Actuar enfocados en avanzar la
causa libertaria para erradicar la sexagenaria tiranía. Esa ha de ser la meta
de todos.
Tras cumplirse sesenta años de dictadura totalitaria en
Cuba advienen a nuestras mentes muchas remembranzas y pases de revista de estas
seis décadas vividas y sufridas por el pueblo cubano. Y es lógico y natural que
esto suceda ante tanto dolor y muerte que han sembrado en nuestro pueblo los
perversos que por tanto tiempo nos oprimen.
Pero el reloj camina hacia adelante y el lamento no
conduce a la solución, pues solo la acción prospectiva, firme y perseverante
contra la tiranía generará el cambio hacia la libertad tan anhelado por nuestro
oprimido pueblo.
Ha quedado más que comprobado que las dictaduras
totalitarias no se erradican por las buenas. Estos regímenes de férreo oprobio
y control absolutista solo caen a fuerza de golpe y rebeldía de los pueblos.
De nada vale, ni el dialogo, ni la negociación, ni las
concesiones al enemigo, pues estas son utilizadas por los opresores para ganar
tiempo y/o para reorganizarse y/o para frenar el empuje de los opositores al
amparo de crear falsas expectativas sobre acuerdos satisfactorios para los
intereses libertarios del pueblo.
El camino es otro. Es el de la rebeldía del pueblo contra
la dictadura. Un camino que ya tiene trechos andados con heroísmo y firmeza por
distintos grupos opositores, los periodistas independientes, grupos de defensa
de los derechos humanos entre otros muchos valientes que dentro y fuera de Cuba
se enfrentan a diario contra la tiranía. Pero también es cierto que queda mucho
camino por andar.
Lo primero es ir creando las condiciones para la rebeldía
popular a todo lo largo y ancho de la isla contando con el apoyo moral,
material, económico y humano del exilio, pues todos los cubanos, donde quiera
que estemos, somos una sola nación, con un mismo sufrimiento y un mismo anhelo
de libertad.
Al mismo tiempo que también se precisa la sincera y
desprendida unidad de acción, esfuerzo y propósito de las fuerzas opositoras
dentro y fuera de Cuba. Una unidad fundada en el desprendimiento sincero de los
egos, las ambiciones y el fragmentarismo. Trabajar para lograr un sólido bloque
unitario opositor que sea capaz de movilizar masivamente al pueblo contra la
tiranía. Nada nuevo, ¿Acaso esa no fue la ruta que nos enseñó José Martí? Y es que la fuerza está en la unión de todos
los cubanos, luchando juntos en la acción, aspiración y propósito; y nos hará más
fuerte que los opresores.
Un sola ha de ser la división admisible: La del pueblo
oprimido contra el anti-pueblo opresor.
El pueblo somos los cubanos todos, que queremos un país
de paz, progreso, bienestar, el respeto a los derechos humanos, democracia y
libertad. Son todos los que aspiran a forjar la Cuba “Con todos y para el bien de todos” tal como nos enseñó el Apóstol José
Martí.
El anti-pueblo son todos aquellos que nos empobrecen,
oprimen y esclavizan. Son aquellos que nos roban el país que nos pertenece para
convertirlo en feudo privado para satisfacer de sus desmedidas ambiciones de
poder y riqueza a costa de la esclavitud y explotación del pueblo cubano.
El anti-pueblo es nuestro verdadero enemigo, es el castro-comunismo
y sus aliados, y contra ellos ha de dirigirse todo el empuje libertario de modo
incesante e ininterrumpido hasta que sean totalmente derrocados y despojados
del poder ilegitimo que ostentan.
De ahí que, es preciso echar andar hacia adelante por el
camino hacia la libertad. La ruta hacia la libertad comienza por organizarnos
todos los cubanos dentro y fuera de Cuba como una solo bloque de lucha.
Comienza por sentar las bases haciéndonos eco solidario de los justos reclamos
del pueblo ante las injusticias, los abusos, atropellos e iniquidades de los
opresores. Reclamos que deben desarrollarse de modo ‘in crecendo’ para lograr
un nivel tal de fuerza y magnitud que se haga imparable y que sea capaz de
aplastar a la casta gobernante que nos oprime.
El presente inmediato se trata de afianzar los escasos
espacios ganados, forjar una sólida unidad de acción y preparar el terreno para
empujar el incremento de la lucha adoptando una metodología de lucha adecuada a
las circunstancias del momento, sin aferrarse a una, ni descartar ninguna, pues
la estrategia de lucha la dictaminan las circunstancias de cada momento.
Es justo ahora, cuando la gerontocracia que ostenta el
poder empieza a desaparecer por el peso natural del tiempo, y advienen a la
cúpula por designación de aquellos sus testaferros, y la dictadura busca esconderse tras una máscara
leguleya para tapar ilegalidad, imponiéndonos una constitución que en nada
representa las aspiraciones del pueblo y solo responde al interés de los
opresores de perpetuarse en el poder, que el pueblo cubano ha de adoptar y
aplicar el principio básico de lucha de
que “Cuando
la tiranía es la ley, la rebelión es orden”. Ese es el camino.
Avanzando todos juntos por esa ruta llegaremos a ser libres.
San Juan, Puerto Rico, 10 de enero de 2019
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