domingo, 7 de abril de 2013
LOS TITUBEOS DE WASHINGTON
LOS TITUBEOS DE WASHINGTON
Por: Lcdo. Sergio Ramos
El gobierno de los Estados Unidos parece titubear sobre si retira o no a Cuba de la lista de países que apoyan y fomentan al terrorismo, junto a otros como Irán, Siria, Corea del Norte y Sudan.
Una indecisión absurda y peligrosa, mas en estos tiempos, cuando un chiquillo malcriado, aliado de los hermanos Castro, con ínfulas de Hitler izquierdista, juega a la guerra nuclear total, poniendo el peligro la paz mundial y las vidas de millones de habitantes en el planeta.
Indecisión que ocurre, justo en momentos en que el régimen sirio Bashar Al Assar, otro aliado de la dictadura de los hermanos Castro, se aferra al poder, masacrando a su pueblo del modo mas despiadado y cruel. Al tiempo, que Irán, otro de los países instigadores del terrorismo internacional, se artilla con armas nucleares, gracias al plutonio que Venezuela le vende tanto a este, como a Corea del Norte.
Y es que el Departamento de Estado esta ahora en manos de John Kerry, una persona que cree hay que ser suave con Cuba y pasarles la mano a los hermanos Castro. Parece que la intención de la cancilleria americana, basándose en el falaz criterio de suavizar la postura con La Habana, aplicando una política de acercamiento, pensando que así el régimen castrista cesaría en sus propósitos de hacerle daño a los Estados Unidos y haría un cambio hacia mayores aperturas.
El canciller norteamericano parece que pretende ignorar los hechos históricos y la trayectoria hostil del régimen de los hermanos Castro y además, se hace de oídos sordos a las astutas maniobras que el castrismo esta desplegando para desestabilizar y destruir las democracias latinoamericanas y los vínculos estrechos del régimen cubano con países anti-americanos y propiciadores del terrorismo internacional.
Nunca debemos olvidar, que durante la crisis de los Cohetes en Octubre de 1962, el dictador Fidel Castro pretendió que la URSS lanzara un ataque nuclear por sorpresa contra las principales ciudades norteamericanas. El hecho de que ahora él se pinte de pacifista pidiendo evitar una guerra con Pyongyang, no es más que parte de un teatro politiquero para fomentar el levantamiento de restricciones que permitan liberalizar la entrada de capital y financiamiento americano para rescatar la quebrada economía cubana.
Por causa de una de esas indecisiones, y la adopción de políticas erradas, la tiranía castrista ha durado más de medio siglo, y su cáncer comunista hoy hace metátesis en todo el continente Latino Americano. Fue ese tipo de indecisión, y la falta de determinación contra el castrismo, que se perdió la oportunidad de tumbar a dicho régimen comunista el 17 de abril de 1961, La absurda y mala decisión de quitarle el apoyo aéreo a la Brigada 2506 en Bahía de Cochinos y dejarlo abandonados los valientes brigadistas y al clandestinaje dentro de Cuba, afianzó cinco décadas de tiranía totalitaria.
Fue por causa de esas indecisiones, que conducen al error y a la inacción en los momentos cruciales, que acordaron el Pacto Kennedy-Khuchev, por virtud del cual los Estados Unidos se comprometieron a impedir que el exilio continuara la lucha armada contra la tiranía castrista desde territorio americano o desde terceros países. ¿Cuántos cubanos no fueron presos políticos en los Estados Unidos por el “delito” de luchar por la libertad y la democracia del pueblo cubano?
Son estas decisiones nocivas las que apuntalan tiranías y permiten que estas se expandan a otras tierras, sembrando la opresión y la esclavitud en otros pueblos.
No podemos perder la memoria, ni tampoco desconocer la naturaleza intrínseca del régimen castrista. Desde antes de tomar el poder, Castro fomentó el terrorismo como procedimiento usual de lucha y de política exterior.
Durante la lucha contra el dictador Fulgencio Batista, llenó de bombas las ciudades de Cuba, haciéndolas estallar en cines, cabaret, matando cientos de inocentes ciudadanos.
Luego, una vez en el poder, expandió el terrorismo por toda la América Latina, apoyando y armando a los grupos terroristas urbanos como los Tupac Amaru, los Montoneros, Sendero Luminoso, etc., al igual que a los grupos guerrilleros como las FARC y el ELN de Colombia, el Frente Farabundo Martí en El Salvador, los Sandinistas en Nicaragua y el Bolivia otra guerrilla al mando del genocida Ernesto (Che) Guevara. ¡Cuantos miles de vidas inocentes han muerto a los largo y ancho del continente a causa de ese terrorismo , apoyado, protegido, organizado, instigado , entrenado y esparcido por la dictadura de los hermanos Castro.!
Pero no solo en este continente. El esparcimiento del terror castrista ha llegado a otros continentes. En África, a través de la invasión de tropas cubanas, donde, específicamente las tropas elites del Ejercito Cubano, llamadas Tropas Especiales, han masacrado aldeas enteras de aldeanos africanos por el solo hecho de no apoyar al régimen dictatorial que defendieron en las guerras de Etiopia y en Angola. O las masacres de africanos por las guerrillas izquierdistas, como las que el Che Guevara dirigió en el Congo.
Europa tampoco no escapa al brazo del terrorismo castrista. Sabido es que Cuba ha servido de refugio y lugar de entrenamiento a terroristas de la ETA de España, o del IRA de Irlanda del Norte, y de connotados terroristas internacionales como Ilich Ramírez Sánchez, alias El Chacal.
No debemos tampoco olvidar, que Castro apoyó la invasión de los tanques Soviéticos a Checoslovaquia y que se opuso al cambio a la democracia en los países del bloque Soviético incluyendo Rusia.
Y para remachar su enfermizo odio hacia los Estados Unidos, del tirano Fidel Castro y su hermano, hoy dictador sustituto de Cuba, aplaudieron que el terrorista Osama Bin Laden tumbara las Torres del Word Trade Center en New York y elogiaron esa maléfica maquina de matar llamada Al Qaeda.
Tampoco debemos olvidar que el terrorismo castrista operó dentro del territorio de los Estados Unidos. La dictadura castrista apoyó, protegió, escondió, entrenó y usó a los terroristas de izquierda en Puerto Rico, llamados Los Macheteros, para asesinar exiliados cubanos como al comandante Aldo Vera y al periodista Enrique Núñez en Puerto Rico, en colaboración con agentes castristas infiltrados en la isla; este grupo terrorista fueron los mismos que destruyeron aviones de combate de la Guardia Nacional de Puerto Rico, le pusieron bombas a exiliados cubanos anti-castristas, asesinaron marinos norteamericanos desarmados, entre otras atrocidades. Y para concluir, los hermanos Castro apoyaron a la organización terrorista norteamericana llamadas Panteras Negras.
El hecho de hoy el castrismo trate de ponerse una careta amante de la paz, es parte del teatro engañoso que hoy despliega para quitarse restricciones económicas y políticas para así poder salvar la seria crisis económica que padece.
Como parte del montaje mediático, simula aperturas, tales como, liberalizar el cuenta-propismo o pequeños negocios privados, permitir los viajes al exterior a los opositores, declarar asueto para el viernes santo, etc. ; pero sin cesar en la represión y hostigamiento a los opositores dentro de la Isla.
Y como parte de ese teatral show mediático, Cuba sirve de país anfitrión a las conversaciones de paz entre las FARC y el gobierno de Colombia. Aunque en el fondo respalda con todos los medios a su alcance a dichas guerrillas que tanta muerte y destrucción ha causado al pueblo colombiano.
Y detrás de esa supuesta búsqueda de la paz, esta la nueva estrategia de socavar y destruir las democracias desde dentro, para así imponer el totalitarismo desde las socavadas estructuras democráticas.
Para eso es el cambio de planes de lucha, en donde se apuesta por infiltrar este grupo terrorista-guerrillero como partido político dentro de la democracia colombiana, a fin destruirla e instaurar otra autocracia opresiva al estilo chapista, y una vez en el control absoluto del poder, hacer igual que ahora lo hace Venezuela: Oprimir a sus pueblos y apoyar a sus aliados de Siria, Irán, Corea del Norte, como parte de lo que acertadamente el ex-presidente John W. Bush llamó “el eje del mal”
La realidad es que en el fondo, el castrismo sigue con ese odio enfermizo hacia los Estados Unidos, que exacerba su deseo en hacer lo que tengan que hacer para verla destruida.
La cancillería y las agencias de inteligencia de norteamericanas saben esto muy bien el historial y las pretensiones, por lo que tenemos que preguntamos, ¿A que viene ahora el titubeo? ¿Es incompetencia o simpatías con el enemigo confeso de Washington?
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