domingo, 26 de agosto de 2012

LAS DOS VARAS DE MEDIR DE UNA MISMA JUSTICIA

LAS DOS VARAS DE MEDIR DE UNA MISMA JUSTICIA Los casos Ángel Carromero vs. Tte. Coronel Filiberto Hernández Ruiz Por Lcdo. Sergio Ramos En breve el gobierno cubano empezará el juicio contra el ciudadano español Ángel Carromero acusado por la muerte de los opositores Oswaldo Paya Sardiñas y Harold Cepero ocurrida en un accidente automovilístico en Bayamo, Cuba el pasado 22 de Julio. Se le acusa de homicidio y se le pide la pena de 7 años de cárcel. La mínima que establece para ese delito el artículo 261 del Código Penal de Cuba. Las causas del accidente no están claras. La viuda e hija de Paya insisten en que la versión del gobierno no se ajusta a la verdad y que hubo mano criminal, ya que ellos fueron premeditadamente impactados por un vehiculo de los organismos policiales de Cuba que los estaba siguiendo, y en consecuencia, exigen una investigación imparcial por organismos internacionales a lo que el régimen de La Habana se niega. Un reclamo que ha sido secundado por organizaciones de derechos humanos en diversas partes del mundo. Carromero, quien es dirigente de las juventudes del Partido Popular español, junto al ciudadano sueco Jens Aron Modig acompañaban a Paya y a Cepero con el propósito de apoyar la oposición pacífica cubana. Tanto Carromero como Modig fueron sometidos a intensos interrogatorios por parte de las autoridades policíacas cubanas. A Modig lo liberaron y salió del país bajo un código de mordaza, aparentemente voluntaria, para no perjudicar a su compañero de viaje; pero a Carromero, quien conducía el auto, se le dejo detenido en Cuba sujeto a una serie de interrogatorios por parte de la policía cubana, en un país donde las garantías procesales y el respeto a los derechos humanos de los detenidos son altamente cuestionables. El propósito de tales interrogatorios muchas veces no están orientados tanto en la búsqueda de la verdad, como en forzar al detenido a firmar una declaración que exprese lo que los agentes policiacos quieren que diga, y no la realidad de los hechos. Para ello, es frecuente el uso de presiones indebidas, como el chantaje, las torturas sicológicas y hasta las físicas. Estos métodos han sido evidenciados como procedimiento rutinario por innumerables testimonios de expresos en cárceles cubanas ante organismos internacionales de derechos humanos. En el caso Carromero, el gobierno cubano tiene un interés en cuanto a su política exterior. Se trata de las relaciones entre España y Cuba ante el escenario de un partido de derecha gobernando en la Moncloa. De ese modo Carromero se convierte además en una carta de negociación para el gobierno cubano. A este respecto ya hay conversaciones entre ambas cancillerías. Al ser sometido al procedimiento judicial, Carromero se topa con un sistema jurídico que no garantiza la pureza de los procedimientos y donde las garantías de los acusados son mínimas. Es un sistema judicial donde no existe la separación de poderes y esta sujeto a los dictámenes del ejecutivo. Es común que antes que empiece el juicio, la sentencia esta pre-fijada desde el ejecutivo, sobre todo en casos que revisten, como este, el interés político del régimen. Las defensas no suelen ser independientes del Estado, puesto que los bufetes colectivos lo componen letrados empleados del estado bajo el Ministerio de Justicia, el mismo bajo el cual están los fiscales a cargo del proceso acusatorio. El conflicto de intereses es obvio. La garantía de transparencia e imparcialidad en el juicio es cuestionable. La sentencia será la que entienda el Consejo de Estado que es la mas conveniente para sus fines políticos. Llama la atención en corto tiempo que el gobierno cubano ha tomado entre el hecho y el juicio (menos de dos meses) cuando en Cuba hay crímenes que nunca se juzgan. El teniente coronel del MININT Filiberto Hernández Ruiz es uno de esos casos. Entre el 3 de diciembre de 2009 al 23 de febrero de 2010 fue jefe de la prisión de Kilo 8 en la provincia de Camaguey, Cuba. Para aquel entonces se encontraba en huelga de hambre el preso de conciencia Orlando Zapata Tamayo. Un joven albañil opositor al régimen dictatorial de Cuba. Por órdenes expresas del coronel Ruiz se le privó de lo único que ingería: El agua. Así estuvo por 18 días hasta que su gravedad lo llevó finalmente a la muerte el 23 de febrero de 2010. A pesar de las innumerables denuncias por parte de la oposición y de organismos internacionales de derechos humanos reclamando justicia ante este vil asesinato de un opositor pacifico, el régimen cubano ha hecho caso omiso, y ocultó los hechos e ignoró el deber del estado de hacer justicia. El teniente coronel sigue campeando por sus respeto, y la justicia burlada, en lo que a las claras es un asesinato tipificado en el articulo 263 del Código Penal de Cuba con los agravantes de haberse perpetrado en una persona incapaz de defenderse ( Inciso c) , que aumentó el sufrimiento de la víctima ( Inciso ch), obrada con premeditación ( Inciso d) , facilitando el hecho y ocultarlo ( Inciso f) y obrar con sadismo y brutal perversidad ( Inciso g). El crimen sigue sin castigo, y la victima sin justicia. Y Orlando Zapata no es el único caso, se nos pierde en el infinito la lista. (Remolcador 13 de Marzo, José Wilfredo Soto, Pedro Luís Boitel, Wilman Villar…..) La diferencia es que en el primero es un extranjero que apoya la lucha por los derechos humanos del pueblo cubano, en el segundo es el alto oficial penitenciario del régimen que defiende a muerte y causando muerte, el sistema dictatorial cubano. Son dos varas distintas con lo que la mal llamada “justicia” cubana, mide a los responsables de crimines, donde en el fondo solo impera sobre la ley, el capricho; sobre la justicia, el interés; sobre la imparcialidad, la afiliación política. Por eso, ante esta falta de garantías procesales, de irrespetuosidad para la vida y de desprecio a los derechos humanos que tiene el régimen dictatorial cubano, no dudamos que en el caso Carromero esta muy latente el elemento de ocultación de verdades, por medio de la fabricación de pruebas conducentes a la inculpación de un inocente, cuyo único “delito” fue apoyar el reclamo de libertad de un pueblo oprimido.

ESQUEMA INSTITUCIONAL DE UNA FARSA ELECTORAL

ESQUEMA INSTITUCIONAL DE LA FARSA ELECTORAL Por: Lcdo. Sergio Ramos Nuevamente el Consejo de Estado ha convocado a “elecciones” en Cuba para las Asambleas Municipales y Provinciales para el próximo mes de octubre. Coincide con un año en el cual muchos países han tenido o tendrán elecciones, por lo que es de interés de la dictadura darle bombos y platillos a su simulacro electoral. Es régimen cubano monta este espectáculo propagandístico cada cinco años para proyectar ante el mundo la imagen falsa de que exista una “democracia distinta” en el país y que su gobierno es el producto de la “voluntad del pueblo”. Sin embargo, un análisis al sistema electoral de Cuba nos descubre el montaje de la farsa y que dicho proceso no cumple con los requisitos más elementales de una elección real, imparcial, transparente, y representativa de la voluntad de un pueblo. La Ley Electoral tiene defectos que descalifican desde sus cimientos a dicho proceso electoral. Cualquier elección, para que sea válida, debe cumplir con una serie de requisitos indispensables para que su producto, el resultado electoral, sea la expresión verdadera de la voluntad del pueblo. Lamentablemente, la Ley Electoral de Cuba no cumple con los requisitos establecidos en la Declaración sobre los Criterios para Elecciones Libres y Justas, adoptada por unanimidad por el Consejo Interparlamentario en su 154ª reunión (París, 26 de marzo de 1994) Falta de un ambiente electoral adecuado: De acuerdo a dicha declaración, una elección tiene que realizarse en un marco de garantías fundamentales a ciertos derechos humanos básicos: “■ Expresar las opiniones políticas sin interferencia; ■ Buscar, recibir e impartir información y efectuar una elección informada; ■ Desplazarse con libertad dentro del país para realizar una campaña electoral; ■ Realizar una campaña electoral en las mismas condiciones que los demás partidos políticos, incluido el partido que forma el gobierno existente.” La realidad cubana en materia de Derechos Humanos no propicia cumplir con tales requisitos. Primero por la ausencia de libertad de expresión. Recientemente a un grupo de opositores los encarcelaron por repartir un panfleto reclamando cambios en Cuba. Ese acto priva al elector de recibir información para realizas una elección informada. Segundo, la libertad de movimiento es muy cuestionada, pues en múltiples actos de la oposición la policía y los agentes de la Seguridad del Estado han impedido los desplazamientos estos. Tercero: La falta de medios de comunicación alternativos a los del gobierno impide la posibilidad de la difusión de la informaron contraria a la del régimen. Tampoco los medios de comunicación de la dictadura dan acceso a personas que difieran de las líneas de opinión oficialistas. La Internet esta limitada y bloqueada por la dictadura para el ciudadano común. En otras, palabras, el ambiente de represión, violenta e invalida cualquier elección en Cuba por falta de un clima electoral adecuado. Exclusión y Ausencia de Pluralismo: Las sociedades no son homogéneas, se componen de un amplio espectro de opiniones, posiciones políticas, condiciones sociales e intereses diversos. Y todos los nacionales son parte de la misma nación y han de tener iguales derechos ante la ley, y por cuanto, deben tener igual derecho a participar electoralmente y contar con representación proporcional ante los distintos organismos del estado. Sin embardo, no sucede así en Cuba, porque por disposición constitucional (Art. 5), solo hay un partido legalmente permitido: El Partido Comunista de Cuba. Todos los demás partidos o asociaciones políticas ajenas a ese partido están excluidos. Existe un mono-partidismo que excluye a todo aquel partido o movimiento independiente y contrario al gobierno. De hecho, la Ley Electoral de Cuba (Ley Numero 72 de 29 de octubre de 1992) impide la nominación independiente de candidatos por organizaciones, movimientos o partidos independientes y no vinculados con el gobierno. La Comisión Electoral, en cada nivel pertinente, nombra las Comisiones de Candidatos (Art. 67), y estas son las encargadas de las nominaciones de los candidatos. (Art. 68). Estas Comisiones de Candidatos las integran los representantes de las organizaciones de masa contempladas en el articulo 7 de la Constitución: O sea la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), el Comité de Defensa de la Revolución (CDR), la Federación de Mujeres Cubanas (FME), la federación de Estudiantes Universitario (FEU), y otras organizaciones del Estado y controladas por el Estado y el Partido Comunista. Como puede verse, en realidad es el Estado y no el pueblo o los partidos políticos independientes, quien nomina a los candidatos a Delegados a las Asambleas Municipales, a las Provinciales y a la Asamblea Nacional del Poder Popular (Seudo –parlamento cubano). Son los gobernantes que controlan el Estado los nominadores reales de los candidatos a puesto electivos. A estos, en esta primera etapa, se les llama “precandidatos”. Estas designaciones de pre-candidaturas llegan al extremo de proponer los candidatos para presidir las Asambleas en los distintos niveles. (Art. 73, 75, y 77) No existe la autonomía, ni independencia, ni la separación de poder en materia nominativa. A pesar que en la Ley se contemplan las reuniones de ciudadanos de la circunscripción para presentar candidatos (Art. 80 y siguientes), estas reuniones de base popular adolecen de un clima de libertades y garantía a los derechos humanos, tan imprescindible para la pureza de los procesos eleccionarios democráticos. El ambiente de coacción y miedo generalizado conspira contra la posibilidad de que el ciudadano común pueda presentar candidatos anti-oficialistas o de oposición, derrotándose así, la libre elección nominativa. Una vez seleccionados estos candidatos, pasan a un filtro político del estado, toda vez que la Ley dispone que las Comisiones de Candidaturas remitirán a los candidatos propuestos para” análisis y trámites de las proposiciones de precandidatos a Delegados (Art. 91) y es “facultad de la Asamblea Municipal del Poder Popular aceptar o rechazar a uno o a todos los precandidatos” (Art. 92). O sea, tienen la última palabra nominativa la tienen los mismos que están en la incumbencia de los escaños en las Asambleas Municipales. Poseen un poder de veto, censurante y excluyente, sobre la decisión adoptada por la población electoral. Esta institucionalización de la exclusión de cualquier partido, movimiento o ciudadano opositor, produce la concurrencia de un solo partido, el gubernamental, a las urnas, dejando al pueblo sin posibilidad de elegir entre otras alternativas, con lo cual queda abolido ‘ab initio’ el concepto ‘elección’ Falta de Imparcialidad y Transparencia: La indicada Ley Electoral de Cuba establece mecanismos de control e influencia directa del Ejecutivo gobernante sobre los procesos electorales. (Art. 21) Es el Consejo de Estado , quien designa la Comisión Electoral Nacional. Organismo a cargo de dirigir el proceso electoral y quien nombra a los miembros de las Comisiones Electorales Provinciales, las Municipales y las de Distrito, así como también, a las barrios o las circunscripciones. Estas comisiones, cada una en su nivel, “controlan y supervisan” la organización y los procesos de nominación de candidatos a Delegados a las Asambleas Municipales (Art. 26 inciso g).Y también, las de Comisiones de Circunscripción hacen lo mismo y además, elaboran las listas de candidatos (Art. 30). Este férreo control estatal sobre el proceso electoral, que emana directamente de la fuente del poder absoluto, derrota toda imparcialidad y transparencia en el proceso de conteo de votos y escrutinio, ya que se carece de una Junta Electoral autónoma e imparcial, compuesta por representantes de todos los partidos y asociaciones políticas para fiscalizar los procesos. Un caso clásico es que tradicionalmente en los municipios por donde se postulaba el dictador Fidel Castro siempre votaba el 99% de los electores y él ganaba por el 98 % o el 99% de los votos en todas las ocasiones, algo matemáticamente imposible. El proceso de votación en los Colegios Electorales carece de una supervisión independiente y autónoma del Estado. Al momento de la “elección”, las mesas de votación carecen de representación de agentes independientes al gobierno. La Comisión Electoral Municipal (Nombrada por el Consejo de Estado) es quien designa a los miembros de las Comisiones Electorales de Circunscripción (Art. 29). Estas tienen como función “Organizar, dirigir y presidir las Asambleas de Nominación de candidatos a delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular” (Art. 30 inciso b). Elaboran las listas de candidatos (Art. 30 (c)). Circulan y exponen en murales en lugares públicos, las fotografías y datos biográficos de los candidatos (Art. 30 (d)). Hacen las listas de electores (Art. 30 (e)). Designan los miembros de las Mesas Electorales de cada Colegio Electoral de Circunscripción (Art. 30 (j)) y realizan el cómputo de las votaciones (Art. 30 (m)). En resumen, lo controlan todo. No hay campañas electorales independientes, ni fiscalización independiente. Obsérvese que en el sistema electoral cubano, la voluntad nominadora y reguladora no emana de la base hacia arriba, sino, por el contrario, surge de la cúpula del poder hacia abajo en forma de dictamen impositivo. Este método vicia y obstruye completamente el poder electivo que siempre debe estar en la base popular. Además, La Comisión Electoral de cada nivel pertinente nombra las Comisiones de Candidatos (Art. 67), y son encargadas de las nominaciones de los candidatos. La ley no contempla la nominación para puestos electivos por instituciones o partidos independientes y no vinculados al Estado. Las Comisiones de Candidatos son las que designan las personas a ser escogidas. (Art. 68) Estas Comisiones de Candidatos las integran los representantes de las organizaciones de masa contempladas en el articulo 7 de la Constitución: O sea la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), el Comité de Defensa de la Revolución (CDR), la Federación de Mujeres Cubanas (FME), la federación de Estudiantes Universitario (FEU), y otros organizaciones controladas por el Estado y que son parte del Estado por virtud constitucional. Voto indirecto controlado: Solo los candidatos a Asambleas Municipales son electos por voto directo del pueblo. Los niveles mas altos son de elección indirecta. Es de la Asamblea Municipal de donde salen los candidatos a las Asambleas Provinciales y de estos, a su vez, de donde emanan a los aspirantes a la Asamblea Nacional del Poder Popular (El mas alto organismo seudo legislativo de Cuba). Los candidatos a un nivel de Asamblea, tienen como requisito haber sido nombrados delegados en el nivel inferior (Art. 10). Esto excluye que personas ajenas a las Asambleas se inserten como delegados. Con este diseño legislativo, se asegura el control monopólico del Partido Comunista sobre los que compondrán cada Asamblea. El resultado es la homogeneidad política, la cual es la principal característica de estas Asambleas que dicen representar al pueblo, que su propia naturaleza, es políticamente heterogéneo. Resumen: Toda elección en Cuba es una gran farsa institucional. Bajo el actual ordenamiento jurídico del país, donde la exclusión, el férreo control estatal y la represión son materias institucionalizadas por el Estado, es imposible tener unas elecciones verdaderamente libres y representativas de de voluntad del pueblo. Se requiere como cuestión ‘sine qua non’ derogar plenamente la actual constitución, para ser sustituida por una que emane de la voluntad de los ciudadanos y que contenga garantías a los derechos humanos y a las libertades y derechos ciudadanos de modo incluyente para todos los nacionales cubanos. Por tanto, además de la nueva constitución de corte democrático, habría que crear una nueva Ley Electoral que ciertamente garanticen que las elecciones cuenten con la transparencia, imparcialidad y participación de todas las vertientes del pensamiento político y social del país. Para lograr esto, hay que cambiar de raíz el sistema político, social y económico del país.

DEL ERROR ?

“¿Del error? Pues del error Di el antro, di las veredas Oscuras: di todo cuanto puedas Del tirano y del error” José Martí CONSIDERACIONES EN TORNO A UN DOCUMENTO Por : Lcdo. Sergio Ramos Un documento promoviendo un dialogo nacional acaba de ser divulgado por distintas personalidades del exilio cubano. El mismo contiene unos planteamientos sobre respeto a las libertades fundamentales y derechos humanos al que todos los cubanos aspiran. Sin embargo, también adolece de imprecisiones y planteamientos que podrían ser contraproducentes por conducir a serios errores políticos. No vamos a dudar de la buena fe de los que lo promueven, pero sin descartar la posibilidad de la existencia de no tan buena en algunos sus promotores. Analicemos los ángulos preocupantes del “Llamamiento Urgente por una Cuba Mejor y Posible”. Condicionamiento al Pacifismo: El pacifismo es un método de lucha, y no puede adoptarse como un planteamiento ideológico, so pena de perder la flexibilidad que las luchas por la libertad de los pueblos requieren. En Túnez se derrocó la dictadura de modo pacifico, tal como todos desearíamos que se resuelva en Cuba; pero en Libia, la despiadada violencia del régimen obligó a los luchadores pacíficos a tomar las armas para derrocar al sanguinario Khadafi. Pacifismo o belicismo son métodos de lucha, no posturas ideológicas, y se usan según las circunstancias imperantes de cada caso. El belicismo, cuando es en procuración de los derechos humanos y las libertades de un pueblo es legítimo y constituye parte del ‘ius resistendi’ que proclamaba Santo Tomas de Aquino. Es un error atar a priori el pacifismo como método, antes de haberse sentado a la mesa de negociaciones, pues eso equivale a entregar las armas antes de firmar la paz. Entrega unilateral de la Base de Guantánamo: No hay duda que la Base de Guantánamo en poder de los Estados Unidos es una violación del territorio soberano de Cuba. Pero resulta, que en las presentes condiciones políticas del país, adjudicar su entrega a priori sin nada a cambio, representa perder una importante cabeza de playa de la democracia en suelo cubano, que ha servido todos estos años de dictadura totalitaria de refugio para los que escapan de la tiranía buscando la libertad. Y todavía se hace mas riesgoso aun cuando recientemente el dictador sustituto Raúl Castro firmó un tratado con Rusia para la reapertura de las bases militares y de espionaje rusas en Cienfuegos y en Lourdes, respectivamente. Bajo las actuales condiciones la falta de la base de Guantánamo, le daría una superioridad a las pretensiones neo-expansionistas Rusas y un mayor interés para ejercer su veto ante la ONU en las cuestiones que afectaran la tiranía castrista. La Base de Guantánamo debe ser un asunto solamente negociable con los Estados Unidos una vez la dictadura cubana haya sido derrocada –por el medio que sea – y se haya instaurado definitivamente un gobierno democrático y libre en Cuba. Desconsideración al poder de negociación: Para negociar con éxito hay que tener, entre otras cosas, elementos de poder que otorguen la capacidad para hacer ceder a la otra parte en sus posiciones y llegar a los objetivos básicos deseados. Si se carece de este poder de negociación (Bargenning Power), entonces el contrario impondrá sus condiciones, convirtiendo la misma en una rendición. El exilio y la oposición carecen en este momento de esa capacidad dada la desunión y la falta de capacidad de poner en peligro inminente la existencia del régimen. El jugador castrista tiene todas las cartas, mientras nosotros no tendríamos ninguna. ¿Quien negocia? (Legitimidad y representatividad): La ausencia de representatividad legítima del exilio y de la oposición interna plantean un problema de legitimidad de la representación. Hasta ahora los diálogos que se han producido en Cuba se han transformado en monólogos del régimen y donde este último ha impuesto sus dictámenes. Más bien han sido unos mal montados simulacros de negociación. La falta de representatividad de la base popular cubana implica que los “acuerdos” que se tomen carecerán de legitimidad y por ende de valides ante el pueblo. El descontento en quienes no se sintieron representados hará que las desavenencias y las luchas continúen, a menos que se logre el fantasioso deseo de que el tirano entregue por nuestra linda cara las riendas del poder político del país. El exilio y la oposición no tienen base organizativa para negociar con la dictadura de los hermanos Castro que lo hacen desde el poder absoluto con una maquinaria y control total de las condiciones. Dejar la negociación en manos de terceros foráneos o de nacionales comprometidos con otros intereses distintos al fin libertario, seria desastrosa y facilitaría que una vez más seamos traicionados. Usar de interlocutores como la actual jerarquía de Iglesia Católica, cuyos intereses no responden a los del pueblo cubano, como quedó demostrado tras el viaje papal a Cuba, sería caer en las manos de los traidores y de los opresores. Solo los surgidos del pueblo que respondan al interés del pueblo, pueden servir de negociadores. Pero de nuevo, se requiere de la inexistente legítima representatividad y de los ausentes elementos de fuerza que den poder de negociación a nuestra parte. ¿Con quien negociar?: Tampoco habla el documento con quien se negociaría. Se asume que es con la actual nomenclatura que ostenta el poder. El problema que se presenta es que bajo las condiciones de un estado totalitario, se presta a que el régimen, cuyo historial de violar acuerdos y negociar de mala fe, es impresionante, no cumpla con lo acordado en lo que a la oposición le es beneficioso. Lo ideal seria que se pudiera negociar con una Junta de Gobierno Transitoria, donde el país este en manos de un gobierno provisional con voluntad de cambio. Pero lamentablemente, sabemos que con el profundo aferramiento de la alta cúpula gobernante en Cuba al poder, por lo que este escenario es, bajo las actuales condiciones, muy improbable. La estratagema del régimen: Es muy interesante el articulo “ La Nueva Gran Estafa” del politólogo cubano Néstor Carbonell Cortina, al plantear que las actuales movidas del régimen están orientadas a su supervivencia, pues pretenden proyectar un cambio de actitud simulado, tal como lo hizo Lenin en los comienzos del régimen soviético en la década del veinte. A la dictadura le convendría tener un foro controlado donde por virtud de supuestos acuerdos y concesiones, se neutralicen la capacidad y la voluntad de resistencia de la oposición y el exilio, para así garantizarse una estabilidad que les permita recuperarse de la crisis actual y para luego de logrado el afianzamiento, echar por la borda todo lo pactado y seguir en el poder. ¿Documento o carnada?: El documento de marras tiene un titulo harto sugestivo: “Llamamiento Urgente por Una Cuba Mejor Posible” e inicia sus planteamientos con un reclamo a no cometer errores del pasado, ignorando los que en sí mismo tiene el escrito y acto seguido, infunde el miedo al derramamiento de sangre en un tono que tiende a crear el sentimiento de culpa al lector si eso sucediese en Cuba. Cuando lo cierto es que la culpa del derramamiento de sangre, ---- pasado, presente y futuro --- de Cuba, es responsabilidad exclusiva de la dictadura castrista. El pueblo cubano es la victima, no el victimario y las victimas tienen derecho a defenderse de la agresión. Esa posibilidad de represión despiadada, tiene amplias probabilidades en Cuba, pues se trata de una dictadura totalitaria de corte ideológico. Este tipo de tiranías ideológicas fomentan entre sus seguidores un fanatismo apocalíptico, tal como lo hicieron las dictaduras de Hitler, Missolini, Stalin, Khadafi, y actualmente en el caso de Bashar al-Assad en Siria. La carnada que esconde un posible anzuelo, es el destaque inicial de aspiraciones legitimas del pueblo cubano. Respeto a los Derechos Humanos, libertad de movimiento, sociedad pluralista, libertad de los presos políticos, cese de la tortura, etc. El problema se presenta cuando no deja claro si el dialogo es solo con la dictadura o de pueblo a pueblo, contando o no con el régimen. No esta claro si es con los que ahora ostentan el cincuentenario poder o con una Junta de Gobierno Provisional. Son interrogantes que dejan preocupaciones válidas que deberían aclararse por lo propulsores del documento. Lo posible en Cuba hoy: En estos momentos el régimen pasa por una crisis que de continuar agravándose, puede desembocar en una explosión social generalizada en el territorio nacional como ocurrió en Túnez, Egipto o Libia. Esta explosión social es un resultado natural y necesario para que se desarrollen las fuerzas positivas pro-democráticas del país y pueda alcanzarse la recuperación de espacios importante de poder en manos del pueblo cubano, y que al final concluya en el derrocamiento del totalitarismo castrista. Un esfuerzo , donde el régimen sabe que sectores de sus Fuerzas Armadas podrían cambiar de lealtad como sucedió en los países afectados por la primavera árabe o durante la caída del Campo Socialista en la Europa Oriental y la URSS. En conclusión, el documento deja muy serias interrogantes sobre las bases y garantías de que no sea parte de una maniobra planificada por la dictadura o que pudiera ser utilizado por el régimen, para lograr su estrategia engañosa de cambios ficticios y aperturas inexistentes. Deja la duda de si es un señuelo preconcebido o si pudiera ser utilizado por la dictadura para aplacar cualquier acción directa de la oposición o para desalentar una explosión social dentro del país con el eventual apoyo externo del exilio, lo que seria en estos momentos sumamente mortal para el régimen castrista.

RECUENTO DE UNA NUEVA VENDETTA

RECUENTO DE UNA NUEVA VENDETTA Por: Lcdo. Sergio Ramos Durante el mes de julio de este año el general Raúl Castro visitó sorpresivamente a China, Viet Nam y Rusia y firmó una serie de tratados con dichos países, procurando distintos intereses a tenor con las posibilidades de cada uno de ellos. Pero en el fondo, había un urgente propósito de sobrevivencia para el régimen y su dinastía gobernante. La situación económica de Cuba esta en dramática crisis, por no decir en bancarrota. Esta caída abrupta de la ya débil economía cubana puede afectar peligrosamente la continuidad del régimen. Es claro que el sistema económico cubano, copiado del diseñado por los Soviet bajo Lenin y Statin, es intrínsicamente ineficiente por ir en contra de las leyes de la naturaleza humana y de la economía. Esa ineficiencia ha hecho de la economía cubana una dependiente del subsidio extranjero. Con lo cual, el gobierno cubano se ha visto obligado a, no solo a dar jugosas concesiones al foráneo, sino hasta entregar la soberanía nacional y convertirse en colonia de otros países. Así lo hizo con la otrora Unión Soviética. Lo repitió con las concesiones a Venezuela por petróleo y ahora lo esta haciendo con China, una potencia emergente en la etapa preliminar para iniciar su expansionismo mundial. Con China y Viet Nam, fue evidente que su objetivo fue la ayuda económica para su malograda economía y el asesoramiento para la implantación del modelo vietnamita (Copia restringida del de China), o lo que es lo mismo, la ayuda en el objetivo de mutar del marxismo-leninismo al chino-fascismo. No es de extrañar, a juzgar por las experiencias anteriores, que tales convenios conceden enormes porciones del espacio soberano de poder económico y político del país. El viaje de marras tuvo otro propósito adicional: La sobrevivencia política de la dinastía Castro. La dictadura castrista ha estado muy preocupada con el efecto que en la isla caribeña pudiera tener una explosión de Primavera Árabe. La oligarquía gobernante en Cuba ha visto como cuando los rebeldes libios tuvieron el respaldo de la Comunidad Europea y del apoyo aéreo de la NATO, las bien armadas tropas de Muamar Khadafi retrocedieron hasta ser derrotadas y el tirano libio ejecutado. Pero también ha visto en Siria, en medio de una cruenta guerra civil, como se sostiene una dictadura cuando los intereses político-militares de un país con poder de veto en la ONU pueden frenar el respaldo a los opositores de ese organismo internacional y de las restantes potencias mundiales. Rusia, apoyado por China han ejercido tozudamente el poder de veto en el Consejo de Seguridad y en la Asamblea General de ese organismo para bloquear toda sanción o intervención internacional contra la dictadura de Bashar al-Assad. Mirándose en ese espejo, los jerarcas del régimen cubano, han enviado a Rusia al general Raúl Castro, para negociar y firmar tratados estado enfocados en reavivar el interés Ruso por Cuba, en un momento donde Moscú ha mostrado, con la ayuda de Venezuela un gran interés de ampliar su poder político-militar en el Caribe, proveyendo armamento al gobierno de Chávez. Para lograr su seguridad, la dictadura ha concedido a Rusia la reapertura de las bases militares y de espionaje de Cienfuegos y de Lourdes en Cuba. Un acuerdo admitido públicamente por el jefe de la Armada Rusa vicealmirante Víctor Chirkov, aunque después el gobierno ruso lo desmiente, al darse cuenta del indiscreto ‘lapsus mentis’ y el malestar callado de las chancillerías occidentales. Sin embargo, este desmentís esta en contradicción con la intromisión militar rusa en el Caribe con la anuencia y apoyo de Chávez, por lo que lo hace poco sincero y creíble. Rusia mantiene su ancestral tradición expansionista que se remonta a los tiempos de Pedro El Grande, pasando por Stalin. ¡Ya quisiera el sueño imperial Ruso tener hoy en Cuba una base militar como la de Guantánamo! La gerontocracia cubana sabe que una vez reabiertas y en operación las bases militares Rusas en Cuba, habrán garantizado contar con la protección del veto del Kremlin ante la ONU en caso de una revuelta popular en la isla o cualquier otra acción internacional contra el régimen. Sabe, además, que al aumentar los intereses económicos de Pekín en Cuba, y brindarles concesiones a granel, garantizan , no solo salir del atolladero económico actual, sino contar con otro poder de veto en la ONU, tal como sucede hoy con la posición de China en la ONU frente al caso de Siria. La visita de Raúl Castro a China, Viet Nam y Rusia, puede tener muy serias consecuencias en el desarrollo de los acontecimientos venideros en Cuba, pues resulta un nueva vendetta de la soberanía nacional para salvaguardar la perpetuidad de la dinastía Castro en el poder en Cuba. De nuevo queda en evidencia la total falta de lealtad al pueblo y a Cuba que tiene la corrupta gerontocracia gobernante. Su abyecta concepción de finca privada que Cuba tiene para ellos, cuando regalan una vez mas a nuestro país a potencias extranjeras con pretensiones expansionistas, en un acto solo calificable de la mas alta traición a la patria.