sábado, 17 de marzo de 2012
LOS TIRANOS NO SE RESPETAN
LOS TIRANOS NO SE RESPETAN
Por: Lcdo. Sergio Ramos
La asfixiada dictadura cubana vuelve a escarbar en el exilio recursos económicos que su economía es incapaz de producir y de nuevo, crear mas discordias entre los compatriotas que residen fuera. El régimen ha hecho un llamado a un nuevo “dialogo” con aquellos “inmigrantes” que son “respetuosos” con la tiranía.
Esta claro que cuando el cinto le aprieta, el régimen cubano trata de inventar nuevas modalidades de saquearle el bolsillo al cubano de afuera creando nuevas modalidades de arbitrios para los que por alguna u otra razón tienen que viajar a Cuba para socorrer a los suyos, dada incapacidad del gobierno de resolver los problemas básicos de sus ciudadanos.
La dictadura se ha caracterizado por el chantaje como medio de control al ciudadano, aun a aquellos que están fuera del país, y el cual es ejercido muchas veces con la sutilidad que infunde el miedo a recibir represalias y castigos como la prohibición de no poder ver y ayudar mas a los seres queridos quedados en el cautiverio o por lo que a ellos pudieran hacerle los indolentes opresores.
Es evidente que cada vez que la dictadura llama a un ‘dialogo’ a los cubanos residentes en el exterior, el resultado es un monologo con el conclave de agentotes, chantajeados y corderitos que pacientemente escuchan y aclaman todo lo que allí, a modo de instrucciones y ordenes, se les imparte por las autoridades dictatoriales.
No es de extrañar la presencia de nuevas caras que responderán a la convocatoria por maldad, por presión o por ingenuidad. Nada de asombrar, pues en todo proceso libertario, hay quienes padecen de flojera de principios, que les provocan genuflexiones ante los dueños del poder absoluto. ¿Acaso no hubo cuerpos de “voluntarios” y los llamados “guerrilleros” integrados por cubanos para reprimir a las tropas del Ejército Libertador y los opositores al colonialismo español durante la Guerra de Independencia?
Esta claro que entre apóstoles siempre hay Judas Iscariote.
El que respeta a una dictadura abyecta y cruel como la cubana, que ha asesinado miles de seres humanos incluyendo niños y ancianos, avala el crimen espantoso de lesa humanidad que han cometido los verdugos del pueblo y en consecuencia, denigra a quienes reverencian con su respeto al opresor.
Y es que las dictaduras no merecen respeto, sino repudio. Se ha de repudiar su usurpación del poder que compete al pueblo; el abuso y el atropello a los ciudadanos por la casta de gobernantes despóticos y corruptos; las violaciones de los derechos humanos al pueblo; las torturas, las prisiones políticas y asesinato de aquellos quienes no les guardan complacencia ni obediencia ciega al tirano.
Al tirano, a todo tirano, se le debe repudiar, y ese repudio irrespetuoso y desafiante, es la manifestación lícita de la indignación ante la injusticia que intrínsecamente encierra todo régimen dictatorial.
El repudio al dictador se manifiesta a través de la denuncia y de la lucha abierta y frontal contra la tiranía. Y al así repudiarlo, se dignifica al ser humano y se respeta al pueblo, honrando a todos y cada uno de los ciudadanos por cuyos derechos y libertades se procura en aras de la justicia y la convivencia pacifica de todos en patria, hoy pisoteada.
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