domingo, 9 de octubre de 2011
YO QUIERO SER LIBRE
YO QUIERO SER LIBRE
Por: Lcdo. Sergio Ramos
Solo los pueblos que se deciden a ser libres alcanzan la libertad. Es una resolución colectiva que parte de la conciencia de que las cosas en el país están mal, que se les están conculcando los derechos humanos fundamentales y que la injusticia es generalizada, por cuanto ese estado de cosas hay que cambiarlo.
A veces esta importante toma de decisión popular toma tiempo en madurar. Se empieza por unos pocos que levantan su voz señalando los males que aquejan al país y a la sociedad.
Así empezó en Francia con los planteamientos de Voltaire, Montequieu, Russeau y demás filósofos de los llamados enciclopedistas, forjando la conciencia de cambio, la cual se materializó en la Revolución Francesa en 1789 bajo los conceptos de “ Igualite” "Fraternite” et “ Liberte”
Las ideas de libertad se propagaron en las trece colonias Británicas , teniendo como eco, además, de las ideas de John Locke y de los enciclopedistas, los planteamientos de Benjamín Franklin, Thomas Paine, Thomas Jefferson y otros pensadores que forjaron la conciencia de cambio que condujo a la Revolución Americana dando lugar a la Declaración de Independencia de los Estados Unidos el 4 de julio de 1776.
Esa misma conciencia de cambio se materializó en la América Latina en Caracas, Venezuela en 1810 y en Argentina con la Declaración de Independencia en San Miguel de Tucumán en 1816 dando lugar a las Guerras de Independencia contra España lidereadas por Simón Bolívar y José de San Martín, respectivamente.
En la Cuba del siglo XIX, la formación de la conciencia de cambio comenzó por la difusión de las ideas del Padre Félix Varela, José Antonio Saco, José de la Luz y Caballero y otros precursores de la nación cubana. Esa conciencia de cambio se hizo realidad el 10 de Octubre de 1868 con el Grito de Yara, cuando Carlos Manuel de Céspedes se levantó en armas contra el despotismo colonial español.
Todos estos eventos históricos tuvieron en común una idea de cambio que caló en la conciencia del pueblo y de ahí se transformó en una voluntad resuelta de cambio.
En el presente cubano, muchos han sido los planteamientos esgrimidos sobre las injusticias del sistema y lo que se necesita forjar en el país para que el pueblo tenga libertad, bienestar y progreso. Las bases estan ya sentadas.
El movimiento hacia el cambio se inicia por la resolución de unos pocos que toman la iniciativa de confrontar al régimen opresor y la cual va propagándose dentro de un ambiente de malestar y disgusto colectivo dentro del pueblo sojuzgado, que va adquiriendo esa conciencia que luego adviene a crearse en necesidad hasta que estalla, con sus propias características y formas peculiares de cada país y cada época, en la imparable revuelta popular.
Tal es el caso que observamos recientemente en Túnez, Egipto, Libia, Siria, Yemen, etc. La chispa detonó la pólvora. El malestar exaservó el disgusto y lo convirtió en indignación manifiesta y radicalización generalizada de la procuración del cambio.
Todo empieza por la toma de conciencia de que estoy oprimido y se transforma en la resolución accional de “Yo quiero ser libre”.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario