domingo, 9 de octubre de 2011

LOS SINTOMAS DEL MIEDO Y LA DEBILIDAD



LOS SINTOMAS DEL MIEDO Y LA DEBILIDAD
Por: Lcdo. Sergio Ramos

El en las últimas semanas régimen ha arreciado la represión contra los opositores. Los arrestos y detenciones de opositores se ven a granel. Las agresiones y los actos de repudio son cada vez mas frecuentes.

Simultáneamente, la dictadura anuncia nuevas medidas para liberalizar en algo la compra y venta de autos, de casas, y da autorización para que se realicen legalmente mas tipos de trabajos por cuanta propia bajo cierta restricciones, a pesar de la existencia de algunas condiciones muy onerosas.

Por otro lado, la dictadura esta preocupada con su actual fuente de subsidio económico por la enfermedad de Chávez. Su desaparición podría traer el fin del subsidio venezolano, trayendo muy serias consecuencias a la ineficiente y empobrecida economía cubana.

El discurso de la dictadura ya no es creíble. El régimen sabe que su ideología comunista ya no tiene la misma penetración en la población que en otros tiempos y que carecen de una confiable generación sustituta que continúe con el modelo y las ideas del castrismo.

Los históricos altos jerarcas son mayoritariamente octogenarios, y saben que tienen el tiempo contado por ley de la naturaleza. Mas aun, saben que apenas tienen tiempo para reformar para su provecho el modelo socio económico. Están concientes de que son muchísimo menos los que todavía creen en el sistema, pues tras cincuenta años ha quedado mas que probado que el sistema no funciona.

Por tal razón, contradiciendo los propios postulados marxistas-leninistas en que se sustenta el régimen castrista, toman medidas desesperadas de corte capitalista para atajar el descontento y evitar la debacle económica y el malestar social. Se saben fracasados. Las tímidas medidas remediales son síntomas de su debilidad.

El pueblo sabe que la dictadura ha envejecido, y no ve con que el sistema castrista ofrezca ningún futuro para el país, ni para el ciudadano común. De hecho existe un hastío en el pueblo y una preocupante descomposición de la moral social. Esto ha provocado el crecimiento de la oposición, la cual, además, se ha visto beneficiada por los adelantos en los medios de comunicación que les permiten transmitir sus ideas y los acontecimientos al exterior, deteriorando la imagen de la dictadura.

Además del paulatino aumento en la membresía de la oposición y estos se muestran cada día un poco más audaces en sus acciones, a pesar de que falta mucho por recorrer para llegar a los niveles de lucha necesarios para poner en jaque a la tiranía. Pero lo importante es que esto es el reflejo del descontento popular y destaca que el pueblo va cobrando mayor conciencia de la necesidad de un cambio real….Y la dictadura lo sabe.

Cada día se ven más las manifestaciones de simpatías del pueblo con la oposición como ocurrió en la protesta ante Capitolio de la Habana donde los ciudadanos abuchearon a los policías que arrestaban a las manifestantes. También vimos mayor agresividad en los opositores, como aconteció en El Verde, en Boyeros y en Palma Soriano donde los opositores se enfrentaron a golpes con la policía castrista.

Por otro lado, en el plano internacional, actualmente se ha desarrollado una corriente libertaria que empezó en Túnez y que ha derrocado a dictaduras tan feroces y sanguinarias como las de Muamar Ghadafi en Libia. Una ola libertaria que bien pudiera arropar a Cuba. Y a esto tiene aterrada a la oligarquía gobernante.

Este panorama nacional e internacional tiene muy, pero que muy, preocupados a la alta cúpula del poder en Cuba. Les embarga un sentimiento, que mas que de preocupación, es de miedo. Y el miedo se transforma en más represión.

Si tomamos la historia de la Cuba republicana como ejemplo, podemos observar que las dictaduras se vuelven más represivas cuanto mas se van debilitando. En Cuba, durante la Revolución del 1933, el dictador Machado se volvió más brutal en sus últimos tiempos y los crímenes de sus cuerpos represivos conocidos como ‘La Porra’, fueron cada vez mas frecuentes. Lo mismo ocurrió durante la dictadura de Batista en los cincuenta, esta fue más cruel en su último años (1958), en la medida en que esta se debilitaba.

Hoy día, Cuba, con un Fidel Castro enfermo y avejentado, y un Raúl Castro en la cabeza del régimen, sin el carisma ni la habilidad de su hermano y con 80 años de edad, la alta cúpula parece atemorizada por el espectro del estallido social generalizado. Tienen miedo.

La manifestación del miedo y de su debilidad es la escalada represiva contra quienes se les oponen reclamando un cambio total en le país. El miedo esta en ellos, la represión es su síntoma.

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