lunes, 4 de julio de 2011
PROHIBIDO OLVIDAR
PROHIBIDO OLVIDAR
Por.: Lcdo. Sergio Ramos
La muerte ha sido una costante en los mas de cinco décadas de dictadura. Nada de extrañar, pues los tiranos, como usurpadores del poder cuyo titular es el pueblo, necesitan de la violencia y la mentira para mantenerse en el mismo. Así pues, el asesinato va, inseparablemente, de la mano de la dictadura.
La dictadura castrista no ha sido la excepción. Desde los primeros días del comienzo de esta destructiva “Revolución”, el régimen comenzó a matar a los cubanos que se le oponían.
Tan temprano como las primeras semanas de enero de 1959, bajo la dirección de actual dictador sustituto, General Raul Castro, se masacraron cientos de ciudadanos en Santiago de Cuba, los cuales fueron enterrados en fosa común tras la Loma de San Juan; dichos restos fueron desenterrados en 1968 y se deconoce el paradero de los cadáveres.
Para la década de los sesenta, el comandante Ernesto “ Che” Guevara fusiló miles de cubanos en la fortaleza de La Cabaña, tras teatrales juicios sumarios, faltos de toda garantía procesal para los acusados y carentes de toda legalidad. Las masacres llegaron al extremo el 30 de agosto de 1962 cuando se fusilaron en un solo día 489 personas…si esto no es genocidio, venga Dios y vea… Mientras en esa misma década en las Sierras del Escambray, la dictadura procesaba a los opositores, alzados o no, o a los simplemente descontentos con las ideas “revolucionarias” de modo anti-jurídico: Los mismos que los capturaban, los juzgaban, los condenaban y ejecutaban la sentencia de muerte; todo en menos de 24 o 48 horas …Esto tiene un solo nombre : ¡¡Asesinato !!
Para la década de los setenta, el presidio político adoptó posturas verticales de protesta contra el abuso de sus carceleros. Hubo muchos presos que se declararon plantados, por lo injusto de sus condenas y el horror de las condiciones carcelarias. Algunos se fueron a la huelga de hambre y fueron asesinados por la dictadura, como el caso de el líder estudiantil Pedro Luis Boitel en 1972.
En los años ’80 continuó el crimen y se hizo internacionalista el genocidio. Los jóvenes cubanos fueron envíados a pelear en guerras ajenas en otros continentes, sobre todo en Africa. Muchos jóvenes murieron innecesariamente en aquellas guerras peleadas para servir solamente a los intereses de la metrópolis de entonces, la URSS. Fueron muchas las masacres de aldeanos indefensos y civiles asesinados principalmente por las Tropas Especiales, simplemente porque en esas aldeas no compartían las ideas del gobierno de Luanda o de Addis Abeba.
Al final de aquellos años, cuando la metrópolis imperial decidió cambiar porque su fracazado sistema politico-económico no funcionaba, y tras la visita de Mijail Gorbachev con el objeto de sugerirle al dictador que adoptara la perestroika y el glasnot, el tirano Fidel Castro, ordenó matar al General Arnaldo Ochoa por éste estar de acuerdo con que en Cuba se realizara el cambio recomendado por Gorbachev. Para guardar la forma, montaron un juicio y un supuesto “Tribinal de Honor” que no estaba contemplado en la legislación penal y procesal penal del país. Hicieron un montaje especial, cargado de pruebas fabricadas y falsas para guardar las apariencias. El juicio fue llevado a cabo como si se tratara de una obra de teatro mas que de un proceso judicial. Todo para simular que había sido procesado de acuerdo a derecho. Al final, el General Ochoa y varios de sus supuestos cómplises fueron fusilados, corrijo, asesinados por la dictadura.
En la década de los 90 ocurre una de las masacres mas horrorosas perpetradas por la tiranía: El hundimiento del remolcador “13 de Marzo” en agues territoriales, frente a la Bahía de La Habana. Allí murieron 42 cubanos que buscaban la libertad prestada en tierras extrañas, entre ellos 23 niños. Los autores de este macabro asesinato en masa fueron premiados por el tirano, mientras el mundo condenaba el genocidio. Tristemente tenemos que decir que no fue el único crimen de este tipo. En 1969 en el Río Canimar tambien fueron masacrados cubanos que trataban de buscar libertad fuera del país. Una docena de personas fueron asesinados. Allí tambien hubo niños asesinados por la dictadura.
En este siglo, en el 2003, el patrón de muerte continuó. Tres jóvenes fueron fusilados al tratar de escapar en la lancha de Regla conocida como “ La Baraguita”.
Recientemente hay un recrudecimiento del asesinato como medio de perpetuación en el poder, acompañada de las mentiras de un falso “cambio” basado en la raquítica “liberalización“ del cuanta-propismo. Los casos mas relevantes son el vil asesinato de Orlando Zapata Tamayo, en el 2010, preso político en huelga de hambre. El asesinato este año del opositor José Wilfredo Soto García de manos de la policía en Santa Clara.
La lista de muertos es interminable. Necesitaríamos cientos de páginas para relatar los todos asesinatos del castrismo en estas cinco décadas.
¿Cuántos muertos mas habrán en la Cuba tiralizada por el castrismo?. El problema del crímen institucionalizado, ejecutado por los esbirros de esta dictadura, nos lleva a concluir que no es posible aceptar la continuación en el poder de la pandilla mafiosa de los hermanos Castro. El cambio, para que sea real, tiene que empezar por ser político. Los hermanos Castro y su mafia oligárca tienen que salir totalmente del poder.
Mientras, las víctimas esperan por justicia. Y recalcamos firmemente la palabra justicia, pues descartamos la venganza como medio de resarcir el daño irreparable que implica una vida injustamente cercenada. La venganza solo fortalece la cadena de la venganza haciendo interminable la agonía del pueblo. La justicia alienta la paz.
En el derecho internacional de hoy día existen los Tribunales Penales Internacionales en donde han sido juzgados a tono con el derecho internacional y bajos las mayores garantías procesales, a los genocidas de las masacres de Bosnia Hersegovina, o la los genocidas étnicos de Ruanda, entre otros, siguiendo el precedente establecido en los juicios de Nuremberg de 1945 contra los criminales de guerra Nazis.
Por tal razón, nos unimos a las víctimas de la dictadura, en su reclamo de justicia verdadera, y repudiando la venganza, que solo ocaciona mas injusticias sobre las ya existentes, y nos hacemos eco de su clamor para que no queden impunes los victimarios…un clamor que que nos impone el deber de Prohibido Olvidar.
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