LUZ PARA CUBA: UN PAIS EN TINIEBLAS
Por: Lcdo. Sergio Ramos
Un estrepitoso apagón ha ocurrido en
toda Cuba oscureciendo al país desde Maisí al Cabo de San Antonio. La gran avería
empezó por la salida de servicio de la planta Antonio Guiteras, en Matanzas, y
creando el caos energético en toda la isla, dejando en evidencia ante el mundo
la ineficiencia sistémica del régimen de economía centralizada que el comunismo
ha impuesto en Cuba.
Como era de esperarse los altos jerarcas
del régimen han salido a justificar con sus mentiras la ineptitud
económico-administrativa del régimen y sus dirigentes.
Y como es de costumbre les echan la
culpa a los Estados Unidos y al mal llamado bloqueo. El mismo “bloqueo” a cuyo
país al cual le compra alimentos, medicinas y automóviles eléctricos.
Pero a realidad es otra. Primero, la
situación actual de Venezuela ha sido un contribuyente al desastre energético
del país porque, entre otras cosas, el régimen de Maduro, principal abastecedor
de combustible de Cuba, la cual pasa por un periodo de ineficiencia productiva
de la empresa estatal petrolera PDVSA, decidió por la necesidad de obtener
divisas, venderles el petróleo a empresas petroleras extrajeras, relegando a
Cuba en una larga lista de espera. Al tiempo, que el otro factor externo es que
su aliado, Rusia, está impedido de suministrar el petróleo necesario a Cuba
debido a la demanda interna de combustible que le ha generado a Moscú la guerra
contra Ucrania.
Simultáneamente, aunque no es
suministrador de petróleo a Cuba, China ha decidido cancelar contratos
comerciales porque el régimen no tiene divisas para pagarle. Esto afecta en la
adquisición de piezas de repuestos para sus termoeléctricas, así como otros
productos y maquinarias.
Pero más allá de los factores externos,
pesan en primacía los factores internos que han llevado al país a la ruina económica.
Cuba esta carente de divisas porque el sistema de economía centralizada del
comunismo adolece de el gran defecto intrínseco de la improductividad crónica.
Lo estamos viendo en la seria escases de alimentos, artículos de primera
necesidad y medicinas que arropa en todo el país. Inclusive, de alimentos que
se podrían producir abundantemente en el país como la malanga, yuca, boniato,
carne de cerdo, carne de res entre otros.
Gran parte se debe al defecto intrínseco
del sistema económico comunista que es la improductividad. Es un hecho cierto y
probado que si el trabajo de los seres humanos no produce riquezas y bienestar
a los trabajadores, no estimula la productividad, que un elemento
imprescindible para el progreso económico del país. Ese es el principal defecto
del comunismo y su economía estatizada.
Otro factor que ha contribuido al
desastre económico en Cuba es la corrupción desorbitada de los altos jerarcas
del régimen. Desde la década de los noventa cuando se le descubrió al tirano genocida
Fidel Castro cuentas en Suiza de $1,900 millones de dólares y a su hermano,
también asesino, Raúl Castro otras cuentas por $500 millones de dólares. Y así
sucesivamente los altos jerarcas del régimen guardan dineros robados al
patrimonio nacional en cuantiosas cuentas bancarias en paraísos fiscales
alrededor del mundo. Esos desmedidos robos a las arcas del país, sumados a la
improductividad del sistema, han contribuido a que Cuba carezca de divisas
suficientes para importar los recursos y materiales para mantener funcionando
la economía del país, entre los que se encuentra el debido y adecuado
mantenimiento a las plantas de energía eléctricas del país.
El desastre energético en el cual está
sumido el país solo es remediable con el cambio total y radical de su sistema
político, social y económico. Solo la sustitución radical y plena por un
sistema de democracia pluripartidista y participativa, amparado en el marco del
respeto pleno a los derechos humanos para todos sus ciudadanos y la
transformación radical del sistema económico hacia un sistema de libre empresa
y propiedad privada, accesible a todos los cubanos, en donde a los trabajadores
se les paguen salarios justos y suficientes para que les garanticen una vida
digna y con pleno bienestar para todos los ciudadanos.
Ese ha de ser la meta, lucha y obra de
todo pueblo oprimido. Reconquistar la libertad para disipar al país de las
tinieblas en que vive sometido y sobre nuestro suelo patrio edificar un sistema
económico de progreso y bienestar. Un nuevo país de luz y libertad.
San Juan, Puerto Rico a 20 de octubre de
2024