EL OSTRACISMO:
UNA PRACTICA REPRESIVA DEL CASTROCOMUNISMO
Por: Lcdo. Sergio Ramos
A raíz de las protestas en Cuba del 11 de julio y las que
posteriormente fueran convocadas por la oposición el pasado noviembre del 2021,
el régimen castrista ha forzado a salir del país a varios opositores que se
destacaron en algún modo durante dichas manifestaciones populares pacíficas. Se
trata de la aplicación de la represiva medida del ostracismo por la dictadura
castrista.
Los orígenes del ostracismo se remontan a la antigua
Grecia. La misma se remonta al 510 a.C. aplicada por Clístenes en Atenas. Así les
llamaban los antiguos griegos a las expulsiones del país de políticos
non-gratos con fines de privarles de sus actividades e influencias políticas en
las ciudades-estado griegas.
En Cuba, esta práctica violatoria de los derechos humanos,
consistente en expulsar de su país a los opositores cubanos se remonta a los
comienzos de la toma de poder por el castrismo. Recordemos en septiembre de
1961 la expulsión de 136 sacerdotes y religiosos, de los cuales 45 eran ciudadanos
cubanos, a bordo del buque español “Covadonga”, entre los que se encontraba el
obispo Mons. Eduardo Boza Masvidal, destacado por su prédica anti-comunista.
Otra aplicación por el régimen de las represivas medidas
del ostracismo lo fue en 1980 durante el llamado éxodo de El Mariel. Allí la
dictadura forzó a muchos homosexuales y a presos políticos y comunes, por medio
de presión y amenazas, a abandonar el país en frágiles embarcaciones hacia la
Florida.
A lo largo de las más de seis décadas de dictadura
castrista, han sido sometidos muchos
presos políticos a severas presiones por parte de la Seguridad del Estado,
incluso con torturas y amenazas personales, e incluyendo amenazas contra sus
familiares, para que, a cambio de cesar su abuso contra ellos, acepten la
oferta para que se fueran del país hacia el destierro.
Durante la llamada crisis de los balseros en 1994,
también sucedieron casos donde los agentes de la Seguridad del Estado, ejerciendo
coacción y amenazas, forzando a disidentes cubanos a abandonar el país.
Más recientemente, tras las protestas del 11 de julio, la
dictadura ha forzado a destacados dirigentes y opositores a abandonar al país
hacia el exilio luego de estos haber sido detenidos y/o sometidos a fuertes
medidas represivas contra ellos y/o sus familiares. Ejemplo de ello ha sido Yunior García
Aguilera, uno de los principales líderes de las protestas del 11j. También se
destacan los casos de la profesora Dayana Prieto Espinosa, el de la curadora
Claudia Genlui Hidalgo, el rapero Eliecer Marques Duany, conocido como El Funky,
la poetisa Katherine Bisquet Rodríguez , el artista Hamlet Lavastida, el
opositor Daniel Llorente Miranda; así como también los periodistas
independientes Olrelvys Cabrera, Esteban
Rodríguez y Héctor Valdés Cocho, entre otros muchos opositores.
El objetivo de la dictadura al enviar al ostracismo a los
dirigentes y destacadas personalidades de la oposición es sacar del terreno
político nacional a los opositores para así quitarse la presión y la actividad
en pos de los derechos humanos y la democracia que realizan los compatriotas
activamente opuestos al castrismo; los cuales, dentro del país, le causan serias mellas a las engañosas campañas
desinformativas del régimen y de ese modo, evitar la expansión del malestar popular,
las actividades y las protestas contra la dictadura y la difusión de las ideas
pro-democracia. Sacar a la oposición pacífica del país equivale a sacar del
terreno de juego a un jugador del equipo adversario.
El macabro método que aplican los esbirros de la
dictadura castrista consiste en detener
a los opositores y someterlos a fuertes presiones y torturas, mientras que los
amenazan con tomar represalias contra sus familiares más cercanos, a quienes
también hostigan y amenazan para que convenzan a los detenidos para que se
vayan del país. Así, por ejemplo, en estos momentos se encuentran detenidos y
bajo torturas físicas y/o psicológicas destacados opositores como José Daniel
Ferrer, Félix Navarro, Luis Manuel Otero Alcántara y Maykel Osorbo entre otros
muchos.
Este patrón represivo del régimen constituye una
flagrante violación de los derechos humanos de los opositores a tenor con lo
dispuesto en la Carta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Según el artículo 9 de esta “Nadie puede ser arbitrariamente
detenido, preso, ni deportado.” De hecho, toda persona tiene derecho a
residir en su país según dispone el artículo 13 al establecer en su inciso 1.
Que “Toda
persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el
territorio de un estado” y en el inciso 2 de dicho artículo establece
que “Toda
persona tiene derechos a salir de cualquier país, incluso del propio y a
regresar a su país” Además, cabe recalcar que el artículo 5 establece
que “nadie
será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”.
Esta aplicación del ostracismo contra los opositores
constituye un patrón represivo, violatorio del derecho humano a residir en su
propio país. Dicha práctica represiva no solo está siendo aplicado en Cuba por
la tiranía de Miguel Díaz Canel, sino también por las dictaduras pro-castristas
de Nicolás Maduro en Venezuela y de Daniel Ortega en Nicaragua. Países cuyos
agentes represores están siendo entrenados y asesorados e incluso, estos, actúan
como participes, bajo la dirección del Departamento de la Seguridad del Estado
de Cuba.
La práctica de forzar a los ciudadanos al destierro, o
sea al ostracismo, debe ser condenada por todos los países democráticos en el
mundo y los regímenes que la apliquen deberían ser fuertemente condenados y
sancionados por los organismos internacionales derechos humanos y las naciones
libres de mundo.
San Juan, Puerto Rico a 8 de febrero de 2022
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