sábado, 27 de febrero de 2021

DE LA MISERIA AL PROGRESO


DE LA MISERIA AL PROGRESO

Por: Lcdo. Sergio Ramos

El pueblo de Cuba se ahoga cada día más en la escasez de alimentos y artículos de primera necesidad, mientras vive encerrado en un hermético ambiente represivo impuesto por la dictadura totalitaria castrista. Situación recientemente agravada por la crisis económica y las asfixiantes medidas económicas relativas los cambios monetarios y al aumento exorbitante de los alimentos, medicamentos y productos de primera necesidad.

Una miseria provocada con la perversa intención de mantener el control dictatorial sobre al pueblo, al tiempo que la minoritaria cúpula gobernante se enriquece cada día más a costa de la explotación de los trabajadores cubanos.

El régimen está diseñado para que, en el fondo, nadie tenga nada y si alguien posee, es en última instancia propiedad del estado para disfrute de la minoritaria cúpula gobernante.

Por lo que antes de que se pueda proceder con una reforma de la economía, se necesita como requisito ‘sine qua non’ un cambio total y completo del sistema político de gobierno y sus gobernantes.

La economía cubana es un fracaso sostenido. La improductividad es un problema intrínseco del sistema comunista, pues el ser humano por naturaleza, que no se siente verdaderamente dueño de los bienes de producción, ni tampoco recibe los beneficios que como supuesto “titular” le corresponde, o que, siendo empleado, percibe un sueldo miserable e insuficiente para su sustento y el de su familia, le produce un efecto desmoralizante, provocando que trabaje con desgano y desaliento, haciéndolo improductivo. Ese es el caso del trabajador cubano, obligado a producir para el estado, sin recibir un salario justo, ni beneficio cierto y adecuado, sin ninguna posibilidad de alcanzar un futuro de bienestar y progreso en su patria.

El sentido de la pertenencia sobre los medios de producción y el disfrute del fruto del trabajo, digna y justamente remunerado, es la base y el estímulo a la productividad y al progreso.

Dicho esto, tenemos que partir de la base de que Cuba necesita un cambio radical y total del modelo económico de planificación centralizada y propiedad estatal, por uno de libre mercado y propiedad privada de los medios de producción y de consumo.

La propiedad privada que debe ser reconocida como derecho universal y aplicado de modo inclusivo y accesible a todos los ciudadanos, eliminándose el discriminatorio exclusivismo que ostenta la cúpula gobernante para acceder a las riquezas y a la tenencia de los medios de producción y consumo.

Visto lo antes indicado por cada sector económico tenemos que:

En la agricultura. Como elemento básico para la alimentación de todos los ciudadanos, cada agricultor que cultiva la tierra debe ser propietario de la tierra que cultiva, con libre derecho a cultivar lo que entienda pertinente y a disponer de sus cosechas, así como también para acceder libremente a los mercados y venderlos a los consumidores.

Del mismo modo, en cuanto al sector comercial, hay que garantizar el libre comercio de los productos y servicios, bajo un régimen de libre mercado en donde tanto el comerciante como los consumidores tengan libre acceso a los productos.

Cuba debe encaminarse al desarrollo de la industria; un sector económico que también ha de estar en manos privadas, con libre acceso a los mercados nacionales e internacionales para los productos fabricados en el país, así como también para la adquisición de las materias prima para la manufactura. La industria puede ser una fuente importante de empleos e ingresos, por lo que debe implementarse un desarrollo industrial sostenido y balanceado en todo el país, a través de la atracción de capital nacional e internacional, por medio de exención contributiva basada en la creación de empleos, al tiempo que se garantizan salarios justos y adecuados para los trabajadores.

Tanto la industria, como la agricultura y el comercio, requieren del desarrollo de una infraestructura adecuada. En Cuba la incompetencia del gobierno ha descuidado el desarrollo del sistema infraestructural del país. Gran parte del comienzo del camino hacia el progreso nacional comienza por la rehabilitación y modernización de las infraestructuras.

El sistema eléctrico es ineficiente e inadecuado, los apagones están a la orden del día, por lo que habría que modernizar toda la red nacional eléctrica del país a los fines de atemperarla a las necesidades de la demanda de los ciudadanos y de los sectores económicos del país en concordancia con un programa integral de desarrollo económico para el país.

Los sistemas de agua potable y alcantarillados son anticuados y defectuosos, lo que implica la imperiosa necesidad de reparar y modernizar los sistemas de agua potable y de alcantarillados en todo el país.

Los sistemas de carreteras y calles están en pésimo estado y no son adecuados para servir al desarrollo económico del país, por lo que hay que implementar un plan vial de reparación y construcción vial a nivel nacional.

La trasportación pública en el país es ineficiente. Lo cual demanda una reforma completa de los sistemas de transportación, tanto urbano como inter-urbano, el cual debe abrirse para que sean operados tanto por empresas públicas como privadas, como también bajo la operación de alianzas público-privadas.

El sistema de telefonía está en manos del estado a través de la concesión monopólica que este ha otorgado a la empresa ETECSA, la cual se ha convertido en un colaborador del Ministerio del Interior en la represión de los opositores y de los ciudadanos en general, al violar la privacidad de las conversaciones de los ciudadanos para facilitárselas a las agencias represivas del estado, violando los derechos humanos de los ciudadanos a la privacidad y a la libertad de expresión. ETCSA debe desaparecer y abrir el mercado de la telefonía e internet a las empresas privadas bajo un código de salvaguarda al derecho de privacidad, al libre acceso a la información y a la libertad de expresión de los ciudadanos cubanos. Los sistemas de comunicación en el país requieren además de su modernización a los fines de que sirvan de apoyo al desarrollo económico del país y al bienestar de los ciudadanos cubanos.

Los sistemas de infraestructura (luz, agua, transportación, telefonía e internet) podrían hacerse más eficientes con la participación de empresas privadas, así como también mediante alianzas público-privadas.

La libre contratación de los trabajadores por parte de las empresas ha de estar garantizada, respetando y garantizando los derechos laborales fundamentales de los trabajadores, según establece la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Cada trabajador debe recibir un salario justo, digno y adecuado que alcance para garantizarle una vida decorosa, de progreso y bienestar, para él y su familia.

Del mismo modo, el desarrollo económico del país no puede ser ahogado por la avaricia contributiva del estado. Hoy día el régimen castrista impone altísimas tasas de impuestos a los limitados sectores del cuentapropismo y los pequeños agricultores como mecanismo para bloquear todo desarrollo de la empresa privada.  Política abusiva que solo trae la improductividad y el incremento de la pobreza y la carestía de productos alimentarios y necesarios para la vida cotidiana de los ciudadanos.

Los impuestos sobre las propiedades, las empresas, las ventas y los ingresos de los ciudadanos deben ser pautados al mínimo imprescindible para el funcionamiento del gobierno y su cuantía máxima ha de ser baja y razonable, limitada por la constitución para evitar que el estado ahogue el progreso de la economía y el bienestar de los ciudadanos.

Por su parte la burocracia gubernamental debe ser reducida al mínimo y ha de funcionar con la mayor eficiencia en beneficio del ciudadano, manteniendo una amplia transparencia en sus procesos y operaciones.

Verdaderamente se trata de un arduo camino hacia el progreso que tomará varios años y que también requiere de cuantiosas inversiones en el sector público como en el privado. Pero se trata de un camino a recorrer que es ineludible para sacar al pueblo cubano de la miseria y para que tenga una vida mejor, plena de libertad bienestar y progreso.

Sin embargo, no se puede desconocer que lo político está ligado a lo económico, luego para lograr el gran cambio de salir de la miseria para alcanzar el bienestar y el progreso de todo el pueblo cubano se requieren cambios políticos radicales que descarten y eliminen el actual modelo político dictatorial y totalitario. Es requisito ‘sine qua non’ salir de la dictadura para forjar la democracia y el respeto a los derechos humanos a los ciudadanos todos. Es preciso erradicar el monopartidismo y abrir el país al pluralismo político para forjar en Cuba una sociedad inclusiva. Del mismo modo, se ha de acabar con la censura, la coacción y la represión, garantizándole a todos los ciudadanos, sin distinción, los derechos humanos y libertades civiles. Al mismo tiempo que se ha despojar al país del actual estado de capricho y arbitrariedad que impone la oligarquía que hoy usurpa el poder que le corresponde al pueblo, sustituyéndola por un estado de derecho asentado sobre bases democráticas, en donde los puestos electivos tengan un límite de tiempo específico por disposición constitucional.

En otras palabras, hay que salir del centralismo totalitario de la economía, la sociedad y la política para adentrar y forjar el país dentro del democrático modelo del pluralismo social, político y económico con una economía de libre mercado y de accesibilidad a las oportunidades para todos los ciudadanos cubanos. Y una vez logrado el desarrollo económico el país tendrá los recursos para que el pueblo tenga mejores escuelas y educación, mejores hospitales y servicios de salud, mejores y dignas viviendas. O sea, mejor calidad de vida para todos los cubanos.

Se trata de un camino arduo, pero no imposible. Despojarse del “anti-patria o muerte” para que todos los cubanos podamos tener, como dice la canción, “Patria y Vida” con libertad y democracia.

El camino para sacar al país de la miseria y la escasez empieza por erradicar de raíz al dictatorial régimen castrista, que es el gran obstructor del progreso del pueblo, como ineludible e indispensable paso, previo a la construcción de la inclusiva patria martiana “Con todos y para el bien de todos”

San Juan, Puerto Rico a 21 de febrero de 2021

 

 

 

sábado, 13 de febrero de 2021

EL TERRORISMO CASTRISTA NO PUEDE SER EXCULPADO


 

EL TERRORISMO CASTRISTA NO PUEDE SER EXCULPADO

Por: Lcdo. Sergio Ramos

El gobierno de los Estados Unidos está considerando retirar a Cuba en la lista de países promotores del terrorismo. A esta intención se suman las presiones que sobre la Casa Blanca y el Departamento de Estado están haciendo varios países entre ellos la Comunidad Europea por medio de su encargado de relaciones internacionales Josep Borrell, además de grupos de izquierda desde distintas latitudes.

Existen dos niveles de terrorismo fomentado por la dictadura castrista. Uno externo contra otros países y otro interno contra los ciudadanos que se le oponen.

En el ámbito exterior, el régimen de Cuba se ha caracterizado por su constante e ininterrumpido apoyo al terrorismo de izquierda en América Latina y otros países del mundo

Desde los mismos comienzos de la subida del castrismo al poder en Cuba en enero 1959 el régimen cubano ha sido un promotor del terrorismo en la América Latina. Para abril de 1959 invadió a Panamá con la intención de crear un frente guerrillero en ese país. En junio de ese año envió otra expedición de guerrilleros que desembarcaron, quizás por error, en Honduras, aunque su objetivo era Nicaragua y también en junio de 1959 envió una expedición a Republica Dominicana y en agosto de ese año envió otra expedición para Haití. Para 1967 un grupo de guerrilleros desembarcó en la playa de Machurucuto en Venezuela procedentes de Cuba.

Luego de haber sido enviado por Fidel Castro a África, en donde dirigió acciones guerrilleras en 1966, el dictador envió al sanguinario Ernesto (Che) Guevara a Bolivia, donde formó un grupo guerrillero que fue prontamente derrotado por el ejército boliviano y dieron muerte al Che Guevara en octubre de 1967.

Las raíces de la creación del grupo guerrillero–terrorista llamado Ejercito de Liberación nacional (ELN) de Colombia está en La Habana. En 1964 se fundó esta organización terrorista colombiana y durante toda su larga existencia, y todavía hoy, goza del apoyo financiero, material y logístico del régimen cubano, ahora a través y en combinación con la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela. Además, el régimen de Cuba apoyó, entrenó y armó otros grupos guerrilleros de izquierda en Colombia como las FARC y el Movimiento M-19.

Todos estos grupos son responsables de una gran cantidad de asesinatos, violaciones, torturas, secuestros, y genocidios cometidos en toda Colombia y países circundantes.

Durante la década del ’70, la dictadura castrista envió sustancial ayuda financiera y en armamentos a las guerrillas sandinistas en Nicaragua.

También, durante dicha década, el gobierno cubano entrenó, financió y armó a grupos terroristas urbanos de izquierda en varios países, como los Tupacamaru en Uruguay, los Montoneros en Argentina, los Macheteros en Puerto Rico, entre otros, los cuales causaron muchas muertes y atentados terroristas en sus respectivos países.

En El Salvador, en 1981 las guerrillas izquierdistas del Frente Farabundo Martí recibieron gran cantidad de suministros y armas por parte del régimen de La Habana. Para ese tiempo, Castro también dio refugio y entrenamiento a grupos terroristas de Europa como en el caso de la ETA de España.

De hecho, Cuba ha creado campamentos especializados en el entrenamiento de guerrillas y de terroristas que luego infiltraría en otros países del continente. Uno de ellos fue el de Las Nereidas, cerca de Boca de Jaruco en la provincia de La Habana.

Pero también hay otro terrorismo que ejecuta diariamente la dictadura castrista contra el pueblo cubano. Se trata del terrorismo interno, mejor conocido como Terrorismo de Estado, consistente en ejercer todo el poder represivo del estado totalitario contra los ciudadanos que manifiestan su desconformidad con la dictadura. Así, el régimen cubano, utiliza una serie de organismos estatales cuyo único fin es reprimir al pueblo. En primer término, el Departamento de la Seguridad del Estado, una policía política encargada de reprimir, torturar y hasta asesinar a los opositores, no solo dentro del país, sino también fuera de Cuba. Los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) cuyo fin es de mantener constante vigilancia cuadra por cuadra de los ciudadanos y delatando a quienes disienten del régimen y efectuando actos de repudio y agresiones contra los opositores y sus familiares. Los servicios de la Contrainteligencia Militar también asisten a estos en la represión contra el pueblo.

Sería interminable relatar la lista de cubanos encarcelados, torturados y asesinados por el castrismo, pero podemos destacar algunos macabros hechos cometidos por la maquinaria del terrorismo de estado castrista contra los opositores cubanos.

Tan pronto como entre el 7 al 8 de enero de 1959, bajo las ordenes de Raúl Castro, se asesinaron unas 75 personas en Santiago de Cuba. Luego, para principio de la década del sesenta, en la fortaleza de La Cabaña bajo las ordenes de Ernesto (Che) Guevara se fusilaron, en juicios amañados y sin garantías procesales ---lo que constituye en verdad, asesinatos --- más de 450 cubanos opositores al castrismo. En la década del sesenta en el Escambray se asesinaron ante el pelotón de fusilamiento a cientos de prisioneros capturados por las tropas castristas.

Hay que señalar las masacres que cometió la dictadura castrista en donde se asesinaron niños como la ocurrida en Rio Canimar en 1968 o la del remolcador “13 de Marzo” el 13 de julio de 1994

También se destaca el derribo de las avionetas civiles de matrícula norteamericana en aguas internacionales de Hermanos al Rescate en 1998, hecho realizado por aviones de combate de la Fuerza Aérea de Cuba por órdenes directas del dictador Raúl Castro. 

Más adelante, podemos destacar el asesinato del preso político Orlando Zapata Tamayo en el 2010 La muerte por envenenamiento de la opositora presidenta de las Damas de Blanco Laura Poyan en 2011.  El asesinato de los opositores Osvaldo Payá Sardiñas y Harold Cepero en 2012.

En el exterior, la dictadura ha realizado actos de terrorismo contra el exilio cubano, como lo fue el asesinato en Puerto Rico de Aldo Vera Serafín en 1976, crimen cometido por el entonces agente de la Seguridad del Estado Antonio (Tony) De la Guardia en cooperación con organizaciones terroristas pro-castristas de Puerto Rico.

Actualmente, la dictadura castrista mantiene una sistemática campaña represiva de hostigamiento, detenciones, torturas y encarcelamiento de los opositores pacíficos; la más reciente se ha producido contra los trabajadores de la cultura pertenecientes al Movimiento San Isidro, donde en dicha represión violenta intervino personalmente el ministro de cultura de Cuba Alpidio Alonso Grau.

Los eventos antes relatados constituyen una pequeña muestra que evidencia de la involucración del régimen castrista de Cuba en la organización, planificación, sostenimiento y ejecución del terrorismo de izquierda en la América Latina y en otros continentes; como también es una ínfima muestra del terrorismo de estado que desde hace sesenta años viene sufriendo día a día el pueblo cubano.

La represión sistemática contra un pueblo por parte de quienes ostentan el poder, también es terrorismo. Es lo que se conoce como terrorismo de estado, que se repite todos los días en Cuba desde hace seis décadas.

Ante tales hechos, sería altamente irresponsable exculpar al régimen castrista de sus actos terroristas, pues constituiría una injusticia y un gran desprecio a los derechos humanos del pueblo cubano sacar a Cuba de la lista de países promotores del terrorismo. Como también sería una gran falta de respeto a los miles de víctimas del terrorismo castrista, no solo en Latinoamérica, sino también en África, Europa, y otras partes del mundo, donde el terrorismo fomentado por el régimen dictatorial cubano ha dejado una estela de terror y muerte.

Cuba tiene que permanecer en la lista de los países promotores del terrorismo y los responsables del régimen deben ser condenados por los foros internacionales por los crímenes de lesa humanidad que el castrismo ha cometido dentro y fuera del país.

San Juan, Puerto Rico a 12 de febrero de 2021