EL GRAN LASTRE
ECONOMICO DE CUBA
Por: Lcdo. Sergio Ramos
Tal como ha ocurrido en muchos países en el mundo, Cuba
está sumida en una profunda crisis económica como resultado del impacto causado
por el disloque de los mercados internacionales a raíz de la pandemia del
CORVID-19.
Sin embargo, la situación en Cuba se agrava
exponencialmente a causa de la ineficiencia intrínseca del modelo económico
impuesto por la dictadura. El pueblo cubano está padeciendo una severa escases
de productos de primera necesidad y alimenticios que al régimen le es imposible
resolver.
Actualmente existe una gran preocupación en las altas
esferas de la casta gobernante; razón por la cual comparecieron hace varios
días ante el programa televisivo oficialista “Mesa Redonda” tres de las más
altas figuras del régimen en cuanto a economía: Miguel Diaz-Canel, el primer
ministro Manuel Marrero Cruz y el Ministro de Economía Alejandro Gil. El mismo
estuvo cargado de discursos justificativos en donde achacaban culpas infundadas
a otras cuestiones, sin afrontar el meollo de la causa real de la crisis
económica de afecta a Cuba.
Posteriormente, el ministro de Comercio Exterior, Rodrigo
Malmierca, como parte de la desesperación económica de la dictadura castrista,
anunció una medida autorizando a los cubanos en el exterior a invertir en el
país y otra que concederá autorización a ciertos cuentapropistas para exportar
sus productos, sujeto a una serie de condiciones limitativas por parte del
estado. Al tiempo que vemos como, contradictoriamente, el régimen desata una
campaña de expropiaciones de productos a los cuentapropistas y agricultores
independientes.
Un hecho cierto es que, por su naturaleza totalitaria,
exclusivista y dictatorial, el régimen cubano no ofrece garantías de
estabilidad, ni de seguridad para la inversión extrajera y/o de los cubanos en
el exterior y/o de los ciudadanos dentro del país, pues se trata de un problema
sistémico. Cualquier inversión en Cuba es de muy alto riesgo pues
constantemente estará a expensas de su expropiación arbitraria sin
indemnización a causa de las inconsistencias, las arbitrariedades, la
corrupción y los fanatismos ideológicos de la casta gobernante que por más de
60 años usurpa el poder que le corresponde al pueblo.
La realidad es que ninguna de dichas medidas adoptadas
por el régimen contribuye a resolver la
crítica situación económica del país, puesto que la génesis del mal radica en
el inoperante e improductivo sistema económico de control y propiedad estatizada
impuesto por el régimen. Un sistema económico que nunca ha dado resultados
puesto que el país lleva 60 años en la pobreza y que constituye un gran lastre
que obstruye capacidad para salir de la presente crisis, e impide el desarrollo
económico del país y el bienestar del pueblo Cuba. Se trata del mismo sistema
que por su ineficiencia fue descartado por quienes primero lo aplicaron: Los
rusos.
Para resolver la crisis y pueda salir de la pobreza en
que esta sumida, se ha de empezar por abrir plenamente la economía al libre
mercado y a la tenencia de la propiedad tanto de los bienes de consumo, como de
producción, no solo para los extranjeros o los cubanos en el exterior, sino
para todos los ciudadanos cubanos que residen en el país. Medidas que deben de
ser acompañadas de garantías plenas para la seguridad y estabilidad en la
tenencia de la propiedad privada, tanto agrícola, industrial, comercial, como
también en lo personal. Además, debe proveerse de incentivos a la inversión
como la reducción de los impuestos a niveles razonables, incluyendo la exención
contributiva para la inversión en la agricultura, industria y comercio y
permitir la libre contratación de los trabajadores bajo condiciones salariales
justas y dignas que garanticen el bienestar de los ciudadanos.
O sea, ha de desecharse por completo el modelo de
economía estatal centralizada del comunismo y adoptar un modelo de libre
empresa y mercado.
Obviamente, sabemos que eso es algo que la minoritaria
casta de la alta cúpula en el poder no está dispuesta a hacer, puesto que
perdería el control férreo que tienen sobre el país y en última instancia, su
dominio sobre el ciudadano común.
Para resolver el problema económico de Cuba se requiere
el cambio radical de modelo económico, lo cual también requiere a
priori un profundo cambio en el modelo político orientado hacia la
democratización del país, y a eso le tienen terror los altos jerarcas del
Partido Comunista de Cuba.
De hecho, a principios de este siglo la cúpula gobernante
estuvo considerando cambios en el modelo económico e hizo estudios sobre la
posibilidad de la implantación del modelo chino y el modelo vietnamita. Este
último fue muy considerado por la cúpula gobernante por ser más restrictivo,
pero al final fueron arropado por el miedo al cambio y desecharon ambos, pues
hacerlo pudiera conllevar una pérdida en los niveles de poder absoluto que
ostentan.
Cabe señalar que ambos modelos económicos, el chino y el
vietnamita, son inaceptables como remedios para los males que sufre Cuba,
porque ambos conllevan el continuismo del régimen dictatorial.
Al fin de cuentas, mientras los castro-comunistas estén
en el poder en Cuba, todo seguirá igual. La pobreza, las escases y el hambre
continuará arropando al país, manteniendo al pueblo cubano sumido en la
opresión y la miseria al tiempo que la minoritaria casta gobernante seguirá
enriqueciéndose a costa de la explotación de los trabajadores cubanos.
Y de nuevo, insisto, solo profundo y radical cambio en el
modelo político, hará posible que se produzca un verdadero y real cambio de
modelo económico que de al traste para siempre con la pobreza y la opresión del
pueblo Cuba.
San Juan, Puerto Rico a 23 de junio de 2020
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