domingo, 10 de diciembre de 2017

UN TEATRO PARA EL 2018

UN TEATRO PARA EL 2018
Por: Lcdo. Sergio Ramos
A todos los cubanos amantes de la democracia nos gustaría que hubiera elecciones libres y democráticas en Cuba. De hecho, ha habido propuestas desde la oposición interna y externa requiriendo se hagan elecciones y plebiscitos vinculantes y verdaderos en el país.
Mas aun, últimamente opositores dentro de la isla han retado a la dictadura en un esfuerzo por crear fisuras y penetrar dentro del hermético bloqueo político del régimen, intentando postularse para puestos electivos a la Asamblea del Poder Popular; una seudo legislatura integrada por miembros de un solo partido desde hace más de cinco décadas: El elitista Partido Comunista de Cuba, que monopoliza y controla al gobierno cubano en todas sus ramas.
La respuesta no se hizo esperar. Los candidatos independientes de la oposición fueron bloqueados por el oficialismo, siendo víctimas de actos de repudio, golpizas y arrestos por las turbas castristas y los esbirros de la policía política. Con ello, se les viola los derechos humanos a dichos opositores que pretendían ejercer un derecho como ciudadanos cubanos.
Y es que todos los ciudadanos cubanos tienen el derecho humano a participar en las gestiones de gobierno del país. Ese derecho incluye la participación del ciudadano, sea por sí mismo, de modo personal y directo o a través de los representantes libremente escogidos por el pueblo. Tal derecho va más allá: Cubre el acceso a las funciones públicas en condiciones de igualdad y sin ser objeto de discrimen de clase alguna. Justamente, lo que no ocurre en Cuba. Porque este derecho está totalmente conculcado por la propia constitución impuesta por el régimen que en su artículo 62 que establece que:
“ARTICULO 62. Ninguna de las libertades reconocidas a los ciudadanos puede ser ejercida contra lo establecido en la Constitución y las leyes, ni contra la existencia y fines del Estado socialista, ni contra la decisión del pueblo cubano de construir el socialismo y el comunismo. La infracción de este principio es punible.”
El citado artículo, como las acciones represivas y discriminatorias recién ocurridas, bloqueando los derechos a los opositores, viola el artículo 21 de la Carta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que establece en su inciso 1 que:
“1. Toda persona tiene derecho a participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de representantes libremente escogidos.”
Dicha participación de los ciudadanos en el gobierno del país conlleva el derecho a postularse en los procesos eleccionarios, sin ser discriminado por tener una opinión política distinta a la del oficialismo, bien como candidato independiente, bien como parte de un partido o de un movimiento político o de un grupo de ciudadanos, y así lo expresa el mencionado artículo 21 en su inciso 2 que establece que:

2. Toda persona tiene el derecho de acceso, en condiciones de igualdad, a las funciones públicas de su país.”
Estos compatriotas probaron una vez mas ante el mundo que las elecciones en Cuba son una farsa y que los puestos “’electivos” no existen, sino que son puestos selectivos. Seleccionados por el propio régimen con exclusión de todo otro punto de vista social, político, económico y social, que sea en contraposición a la del oficialismo.
También, estos hechos de represión, discrimen y exclusión dejan en claro que para poder llevar a cabo en Cuba un plebiscito, referéndum o elecciones se requiere previamente realizar cambios sustanciales de orden legal y estructural, que permitan un ambiente electoral sano y apropiado para que tales procesos resulten en una participación ciudadana amplia y plural y sus resultados sean los que realmente surjan de la voluntad del pueblo expresada en las urnas.
Desde el punto de vista legal, se requiere la derogación del artículo 5 de la Constitución sobre la supremacía y monopolio político del Partido Comunista de Cuba; del articulo 6 sobre el monopolio concedido a la Unión de Jóvenes Comunistas como un instrumento para agrupar y dirigir las juventudes del país y también la eliminación del articulo 7 sobre las organizaciones de masa como únicas entidades agrupadoras, representantes y dirigentes de los distintos sectores del país: Mujeres , Niños, Trabajadores, etc. . Debe incluirse la derogación del articulo 62 en donde solo se reconocen aquellos derechos civiles y libertades que no estén en conflicto con los promulgados por el estado comunista y el carácter irrevocable del actual sistema y del estado, según reza en el artículo 137 de la Constitución
En su lugar, se ha de reconocer bajo nuevo articulado la plena libertad para la organización y funcionamiento de los partidos políticos, cualquiera que sea su ideología o criterio político o posición respecto al gobierno. Así como la garantía a la libertad de expresión y de asociación para todos los sectores de la sociedad civil cubana, estén o no a favor del gobierno. Y debe reconocerse en ley el derecho del pueblo a cambiar y elegir el modelo político, económico y social que este escoja democráticamente en las urnas.
Por su parte, los derechos contenidos en la Carta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas deben tener carácter de ley en rango constitucional, para garantizarle a todos los ciudadanos cubanos sus derechos humanos.
En Cuba, el organismo rector de los procesos electorales en Cuba está en manos y bajo la jurisdicción del Ministerio de Justicia, o sea del ejecutivo. Lo cual anula la imparcialidad e independencia que tal instrumento electoral requiere. Por lo que debe haber una nueva ley electoral que verdaderamente garantice la imparcialidad e independencia de los poderes del estado del organismo electoral y en donde estén representados todos los partidos políticos que concurran a las elecciones. Ese organismo debe estar en manos de ciudadanos imparciales y probos.
Dada las características especificas de Cuba, todo proceso eleccionario debe hacerse con la presencia de observadores internacionales imparciales, tanto de personalidades reconocidas como de organismos internacionales como la ONU o la Organización de Estados Americanos, la Comunidad Europea, entre otros
Una de las grandes desventajas que tienen los candidatos opositores es la total falta de acceso a medios de prensa y publicidad para poder promocionar sus plataformas y presentar sus planteamientos políticos a la población. Esto se debe a que los medios de comunicación masiva (prensa, radio y televisión) están en manos y bajo el control del Partico Comunista de Cuba. Por tal razón, previo a instrumentar unas elecciones en el país debe abrirse el país a la tenencia de medios de comunicación masiva (Prensa, radio y televisión) en manos privadas y fuera del control estatal. Además, debe eliminarse todo tipo de censura y garantizar plenamente la libertad de expresión y de prensa, así como el total y libre acceso de los ciudadanos al internet.
Tal como están instrumentadas las tan cacareadas “elecciones” en Cuba para el 2018, donde se supone que “se retira” el dictador Raúl Castro, y se “elegirá” lo que realmente se esta montando por el régimen es un show teatral. Eso quedó plenamente demostrado con el bloqueo que les han hecho a los opositores que intentaron retar al régimen postulándose y recibiendo a cambio la abusiva represión de la dictadura castrista.
También quedó probado que elecciones, sin cambios previos legales y estructurales, es un acto en futilidad. Primero, como parte de los reclamos por elecciones libres, hay que exigir y establecer las bases para garantizar un proceso limpio, imparcial, universal, participativo y democrático antes de realizar elecciones en el país, de lo contrario seremos objeto del engaño y del fraude.
San Juan, Puerto Rico a 26 de noviembre de 2017


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