UN TEATRO
PARA EL 2018
Por: Lcdo. Sergio Ramos
A todos los cubanos amantes de la democracia nos
gustaría que hubiera elecciones libres y democráticas en Cuba. De hecho, ha
habido propuestas desde la oposición interna y externa requiriendo se hagan
elecciones y plebiscitos vinculantes y verdaderos en el país.
Mas aun, últimamente opositores dentro de la isla han
retado a la dictadura en un esfuerzo por crear fisuras y penetrar dentro del
hermético bloqueo político del régimen, intentando postularse para puestos
electivos a la Asamblea del Poder Popular; una seudo legislatura integrada por
miembros de un solo partido desde hace más de cinco décadas: El elitista
Partido Comunista de Cuba, que monopoliza y controla al gobierno cubano en
todas sus ramas.
La respuesta no se hizo esperar. Los candidatos
independientes de la oposición fueron bloqueados por el oficialismo, siendo víctimas
de actos de repudio, golpizas y arrestos por las turbas castristas y los esbirros
de la policía política. Con ello, se les viola los derechos humanos a dichos
opositores que pretendían ejercer un derecho como ciudadanos cubanos.
Y es que todos los ciudadanos cubanos tienen el
derecho humano a participar en las gestiones de gobierno del país. Ese derecho
incluye la participación del ciudadano, sea por sí mismo, de modo personal y
directo o a través de los representantes libremente escogidos por el pueblo.
Tal derecho va más allá: Cubre el acceso a las funciones públicas en
condiciones de igualdad y sin ser objeto de discrimen de clase alguna.
Justamente, lo que no ocurre en Cuba. Porque este derecho está totalmente
conculcado por la propia constitución impuesta por el régimen que en su artículo
62 que establece que:
“ARTICULO 62.
Ninguna de las libertades reconocidas a los ciudadanos puede ser ejercida
contra lo establecido en la Constitución y las leyes, ni contra la existencia y
fines del Estado socialista, ni contra la decisión del pueblo cubano de
construir el socialismo y el comunismo. La infracción de este principio es
punible.”
El citado artículo, como las acciones represivas y discriminatorias
recién ocurridas, bloqueando los derechos a los opositores, viola el artículo
21 de la Carta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas que establece en su
inciso 1 que:
“1. Toda persona tiene derecho a
participar en el gobierno de su país, directamente o por medio de
representantes libremente escogidos.”
Dicha participación de los ciudadanos en el gobierno
del país conlleva el derecho a postularse en los procesos eleccionarios, sin
ser discriminado por tener una opinión política distinta a la del oficialismo,
bien como candidato independiente, bien como parte de un partido o de un movimiento
político o de un grupo de ciudadanos, y así lo expresa el mencionado artículo 21
en su inciso 2 que establece que:
Estos compatriotas probaron una vez mas ante el mundo
que las elecciones en Cuba son una farsa y que los puestos “’electivos” no
existen, sino que son puestos selectivos.
Seleccionados por el propio régimen con exclusión de todo otro punto de vista
social, político, económico y social, que sea en contraposición a la del
oficialismo.
También, estos hechos de represión, discrimen y
exclusión dejan en claro que para poder llevar a cabo en Cuba un plebiscito,
referéndum o elecciones se requiere previamente realizar cambios sustanciales
de orden legal y estructural, que permitan un ambiente electoral sano y
apropiado para que tales procesos resulten en una participación ciudadana
amplia y plural y sus resultados sean los que realmente surjan de la voluntad
del pueblo expresada en las urnas.
Desde el punto de
vista legal, se requiere la derogación del artículo 5 de la Constitución sobre
la supremacía y monopolio político del Partido Comunista de Cuba; del articulo
6 sobre el monopolio concedido a la Unión de Jóvenes Comunistas como un
instrumento para agrupar y dirigir las juventudes del país y también la
eliminación del articulo 7 sobre las organizaciones de masa como únicas
entidades agrupadoras, representantes y dirigentes de los distintos sectores
del país: Mujeres , Niños, Trabajadores, etc. . Debe incluirse la derogación
del articulo 62 en donde solo se reconocen aquellos derechos civiles y
libertades que no estén en conflicto con los promulgados por el estado
comunista y el carácter irrevocable del actual sistema y del estado, según reza
en el artículo 137 de la Constitución
En su lugar, se ha
de reconocer bajo nuevo articulado la plena libertad para la organización y
funcionamiento de los partidos políticos, cualquiera que sea su ideología o
criterio político o posición respecto al gobierno. Así como la garantía a la
libertad de expresión y de asociación para todos los sectores de la sociedad
civil cubana, estén o no a favor del gobierno. Y debe reconocerse en ley el
derecho del pueblo a cambiar y elegir el modelo político, económico y social
que este escoja democráticamente en las urnas.
Por su parte, los
derechos contenidos en la Carta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas
deben tener carácter de ley en rango constitucional, para garantizarle a todos
los ciudadanos cubanos sus derechos humanos.
En Cuba, el
organismo rector de los procesos electorales en Cuba está en manos y bajo la
jurisdicción del Ministerio de Justicia, o sea del ejecutivo. Lo cual anula la
imparcialidad e independencia que tal instrumento electoral requiere. Por lo
que debe haber una nueva ley electoral que verdaderamente garantice la
imparcialidad e independencia de los poderes del estado del organismo electoral
y en donde estén representados todos los partidos políticos que concurran a las
elecciones. Ese organismo debe estar en manos de ciudadanos imparciales y
probos.
Dada las
características especificas de Cuba, todo proceso eleccionario debe hacerse con
la presencia de observadores internacionales imparciales, tanto de
personalidades reconocidas como de organismos internacionales como la ONU o la
Organización de Estados Americanos, la Comunidad Europea, entre otros
Una de las grandes
desventajas que tienen los candidatos opositores es la total falta de acceso a
medios de prensa y publicidad para poder promocionar sus plataformas y presentar
sus planteamientos políticos a la población. Esto se debe a que los medios de
comunicación masiva (prensa, radio y televisión) están en manos y bajo el
control del Partico Comunista de Cuba. Por tal razón, previo a instrumentar unas
elecciones en el país debe abrirse el país a la tenencia de medios de
comunicación masiva (Prensa, radio y televisión) en manos privadas y fuera del
control estatal. Además, debe eliminarse todo tipo de censura y garantizar
plenamente la libertad de expresión y de prensa, así como el total y libre
acceso de los ciudadanos al internet.
Tal como están
instrumentadas las tan cacareadas “elecciones” en Cuba para el 2018, donde se supone
que “se retira” el dictador Raúl Castro, y se “elegirá” lo que realmente se
esta montando por el régimen es un show teatral. Eso quedó plenamente
demostrado con el bloqueo que les han hecho a los opositores que intentaron
retar al régimen postulándose y recibiendo a cambio la abusiva represión de la
dictadura castrista.
También quedó
probado que elecciones, sin cambios previos legales y estructurales, es un acto
en futilidad. Primero, como parte de los reclamos por elecciones libres, hay
que exigir y establecer las bases para garantizar un proceso limpio, imparcial,
universal, participativo y democrático antes de realizar elecciones
en el país, de lo contrario seremos objeto del engaño y del fraude.
San Juan, Puerto
Rico a 26 de noviembre de 2017
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