CRUCES DE MENSAJES
SUBLIMINALES TRAS UNA VISITA NAVAL
Por: Lcdo. Sergio Ramos
La reciente visita a La Habana de una flotilla de la
marina de guerra rusa integrada por la fragata Almirante Gorshkov, el buque
cisterna Akademik Pashin, el remolcador de rescate Nikolai Chiker y el
submarino nuclear Kazan, destapó las tensiones en la región del Caribe tras
arribar al Puerto de La Habana.
Tan pronto la flotilla se aproximó a la región, unidades
de la marina de Guerra de los Estados Unidos comenzaron a vigilarla de cerca
con una docena de unidades navales y además enviaron a la Base Naval de
Guantánamo un submarino nuclear.
Las unidades navales rusas estuvieron en el puerto
habanero desde el 12 de junio hasta el 17 de junio (5 días), tras lo cual
navegaron alejándose de Cuba hacia otro destino.
Durante su estancia en el puerto habanero, la nave
insignia, la fragata Almirante Gorshkov fue visitada por algún público y el
propio dictador Díaz Canel.
Indiscutiblemente, dicha visita esta revestida de mensajes
subliminales y advertencias solapadas, principalmente dirigidas contra los
Estados Unidos.
En medio de la Guerra de Ucrania, tal parece que Rusia
pretende ahora tratar imitar la política de amenazas que China viene
desarrollando contra Taiwán, creando tensiones con la presencia de unidades
navales en el flanco sur de los Estados Unidos.
Uno de sus mensajes que pueden interpretarse de dicha
maniobra político-militar es dejarle claro a Washington de que Cuba sigue
siendo una neo-colonia de Rusia y que Moscú tiene fuertes intereses y vínculos
con la dictadura castrista. Hay que recordar en el mes pasado el dictador Díaz
Canel estuvo en Moscú y se reunió con el dictador Vladimir Putin. Aquella
visita tuvo el propósito de solicitar más ayuda de Rusia ante la seria crisis
económica que atraviesa el régimen castrista.
El otro mensaje que deja ver la llegada a La Habana de
dicha flotilla, es dejar ver el poderío naval-nuclear que posee Rusia y que es
desplegable tan cerca de los Estados Unidos como el Caribe. De ahí, la
respuesta de Washington al enviar a Guantánamo un submarino nuclear para dejar
ver que del lado de acá también hay un poder nuclear desplegable en el mar.
Hay que señalar la activa participación de las unidades
navales canadienses en las respuestas a Moscú, cuando el buque de guerra
“Margaret Brooke” de la Marina de Guerra de Canadá entró y permaneció
simultáneamente y durante mismo tiempo que las unidades rusas en el puerto de
La Habana, para “visitar” o más bien vigilar a las unidades rusas y advertirle
Moscú que ante agresiones habría respuestas conjuntas de los aliados de
Washington, a tenor con la intensidad de la amenaza.
También hay que recordar, que más allá de estos alardes
de poder, hay un tratado calladamente vigente desde 1962 entre Estados Unidos y
la otrora URSS, del cual Rusia se subrogó al caer el bloque soviético, por el
cual Rusia no emplazaría misiles nucleares en Cuba y los Estados Unidos no
invadiría, ni permitiría una invasión a Cuba, ni desde su territorio, ni desde terceros
países continentales: El llamado Pacto Kennedy- Khruchev.
Luego la razón de la mencionada demostración de fuerza,
tiene más fundamento en la generación de presiones contra Washington por las
ayudas en armamentos que le está dando a Ucrania. Un mensaje disuasivo que se
traduce en dejar ver que Rusia podría crear tensiones en el Caribe para
hostigar a Norteamérica justo en el flanco sur de los Estados Unidos. Y que, a
su vez, los rusos han recibido en respuesta un contra-mensaje disuasivo de que
Estados Unidos continuará apoyando a Ucrania y que además cuenta con el poder
naval y militar para confrontar a Rusia.
Lo que a posteriori venga, está por verse y nos dejará
saber cuál será el patrón operativo que uno y otro bando del conflictivo y
delicado panorama mundial, adopte en la región del Caribe.
San Juan, Puerto Rico a 19 de junio de 2024