CUBA, UN PAIS
SUMIDO EN LA DESESPERANZA Y EL SUFRIMIENTO
Por: Lcdo. Sergio Ramos
La crisis socio-económica que atraviesa Cuba continúa
agudizándose sin que el dictatorial régimen pueda, ni sepa, como resolver la situación.
Cada día que pasa la escasez alimentaria se agudiza más,
incrementándose la falta de alimentos, agravándose el hambre y el sufrimiento
del pueblo.
La producción de alimentos está estancada, toda vez que
ha aumentado la improductividad de las tierras agrícolas controladas por el
estado a causa de los bajos salarios que percibe el trabajador y lo inadecuado
y obsoleto de los equipos y la falta de fertilizantes, herbicidas, y
combustibles. A esto añádase las políticas anti-productivas del régimen como
son las persecuciones contra los pequeños agricultores empobrecidos que son
sancionados por el “delito” de sembrar y criar sus animales para luego tratar
de venderlos al pueblo.
Así, por ejemplo, vemos que para este 2023 solo se
sembraron 68,000 hectáreas de arroz, cuando para cubrir la necesidad
poblacional por ese producto básico en la dieta diaria del pueblo, que es de
600,000 toneladas anuales, hace falta sembrar 200,000 hectáreas de arroz según
el propio Ministerio de Agricultura de Cuba.
Como consecuencia de esa ineficiencia productiva, el
régimen está teniendo que importar $1,500 millones de dólares en maíz,
frijoles, soya y arroz, productos cultivables en el país, para tan solo
satisfacer una fracción de la demanda de la población por esos productos
alimenticios.
La improductividad e ineficiencia administrativa estatal
ha provocado un gran descenso en la producción de azúcar. Para la zafra del
2022-23 se estima un total de 350,000 toneladas. Una cifra que se parea con las
zafras para los años de la Guerra de Independencia a finales del siglo XIX. Tal
es el fracaso de dicha zafra que hay escases de ese producto que está siendo
importado de otros países, incluyendo de los Estados Unidos. Hecho insólito en
un país que otrora fuera la primera productora de azúcar en el mundo.
El incentivo para producir en las industrias y empresas
estatales es nulo toda vez que los trabajadores perciben salarios de miseria
que no alcanza para su sostenimiento y el de sus familias. El salario mínimo en
Cuba es de 2,100 CUP que equivale a US$ 8.40 dólares al mes. El segundo salario
más bajo de América después de Venezuela (otro país castro-comunista que es de
US$ 8.00 mensuales); siendo en salario promedio de Cuba unos 5,000 CUP, lo cual
representan US$ 20 dólares al mes. Sin embargo, dado el alto nivel de los precios
de los productos básicos en Cuba, las familias cubanas, para poder satisfacer
sus necesidades básicas, requieren un salario mensual de 32,000 CUP, o sea, el
equivalente a US$ 128, partiendo que la familia promedio en Cuba tiene de 3 a 4
personas.
A esto se añade que actualmente Cuba sufre un acelerado
incremento inflacionario de los productos en el país y la devaluación acelerada
de la moneda cubana, haciendo precipitar la asfixiante pobreza que sufre el
trabajador promedio. Al día de hoy la tasa de inflación en Cuba supera un alza
del 40 % en una racha que viene en ascenso de años anteriores, pues el índice
de precios subió un 70 % en el 2021 y un 40 % en el 2022. Tales tasas
inflacionarias generan un estrangulamiento de la capacidad adquisitiva el trabajador
cubano que percibe salarios de miseria.
Del mismo modo, las medicinas brillan por su ausencia
complicándose el estado de salud de los enfermos y de los hospitalizados en
instituciones carentes de la asepsia y los recursos para atender y resolver los
problemas de salud de sus pacientes. De hecho, la entidad del estado
BioFarmaCuba, reconoce la falta de 251 medicamentos básicos o sea del 40% de
los fármacos para atender de demanda de medicinas en las farmacias y hospitales
del país.
En el sector de la educación acabamos de ver el destape
de la crisis educativa en el país cuando los estudiantes sufren de la carestía
de libros, libretas y lápices necesarias para el nuevo curso escolar que
empieza.
Mientras el pueblo pasa hambre y miserias contemplamos el
patético contraste con la minoritaria oligarquía usurpante del poder. Los altos
jerarcas del régimen residen en lujosas mansiones que un día fueron arrebatadas
a sus legítimos dueños, mientras que el pueblo está obligado a vivir en
viviendas inadecuadas, en constante deterioro por la falta de materiales y de
recursos para su mantenimiento. Inclusive en los últimos tiempos se ha visto un
incremento significativo de trabajadores y campesinos cubanos viviendo en ranchones
improvisados. Al igual que se percibe un aumento de la indigencia en las calles
de Cuba durmiendo en portales y parques. De hecho, de acuerdo a estadísticas del
Banco Interamericano de Desarrollo e informes de la Oficina Nacional de Estadísticas
e Información (ONEI) en el país hay un déficit de 862,000 unidades de viviendas
y más de 3 millones de cubanos carecen de una vivienda adecuada y digna.
Otro aspecto preocupante es que estamos observado un
incremento en la criminalidad, lo que denota un deterioro de la moral social y
la curiosa incompetencia de las autoridades, las cuales desvían sus recursos en
perseguir a los opositores políticos pacíficos en vez de a los criminales. Una
de las causas de este descalabro moral está en que la misma policía y aparatos
de seguridad del estado que esta corrompida por la misma corrupción galopante
que permea las estructuras gubernamentales desde sus más altas esferas.
Además de la disfuncionalidad intrínseca en el ámbito económico
y social que acarrea el sistema comunista, hay que añadir la incompetencia de
los dirigentes económicos y sociales quienes responden y son contratados más a
base de sus lealtades políticas para con el régimen que por sus conocimientos y
destrezas profesionales para desempeñar un cargo administrativo.
Los que gobiernan allá en la cúpula de la dictadura, lo
hacen para el bienestar de ellos, no para el bien del pueblo, pues el pueblo
son sus esclavizados ciudadanos de los cuales los explotan para engrosar sus riquezas,
muchas de ellas bien guardadas y ocultas en paraísos fiscales.
Cuba ha sido convertido por los corruptos déspotas que
nos han desgobernados durante más de seis décadas en un país sumido en la
desesperanza y el sufrimiento de todo el pueblo; razón y la causa de las salidas
masivas de cubanos, o más bien de la fuga masiva, sobretodo de los jóvenes cubanos,
educados y criados en el opresivo sistema totalitario, que huyen de Cuba para
buscar en tierras ajenas la felicidad, el progreso, la libertad y la paz con
futuro que le es negada en su suelo patrio.
Lo que nos reafirma el pensamiento del Apóstol José Martí
al decir que: “ Cuando los pueblos
emigran, sus gobernantes sobran” .
La verdadera solución a la crisis social, económica y
política que sufre Cuba, no está ni en voluntad, ni en la capacidad de sus opresivos
gobernantes, sino en el pueblo adoptando el único camino para hacia la libertad,
el progreso, el bienestar y la felicidad de todos los cubanos que es derrocar a
los opresores y erradicar su régimen totalitario, para edificar la patria nueva
y libre que soñó Martí: “Con todos y para
el bien de Todos”
San Juan, Puerto Rico a 12 de septiembre de 2023