DE NUEVO LOS RUSOS
Por: Lcdo. Sergio
Ramos
El testaferro designado
por Raúl Castro para presidir el Consejo de Estado de la dictadura cubana,
Miguel Díaz Canel, llegó a Moscú y se reunió con Vladimir Putin y tras estas conversaciones
anunciaron que Rusia otorgaría un préstamo inicial de cerca de $50 millones de
dólares para modernizar el armamento de las Fuerzas Armadas cubanas. Otorgar
ayuda económica para adquirir armas a un país donde el pueblo padece de hambre
y necesidades a granel constituye un insulto a los cubanos y denota el alto
grado de indolencia para con el sufrimiento de la población por parte de la
alta jerarquía castrista.
Pero más allá de
las consideraciones ético-morales que podamos achacarle al régimen por semejante
acuerdo, están otras de orden de política internacional, relacionadas con los
intereses de Rusia y los de la alta cúpula gobernante de Cuba tras estas
conversaciones.
Para Rusia la provisión
de armamento moderno a las fuerzas armadas cubanas forma parte de la estrategia
de penetración del Kremlin en la América Latina, la cual viene implementando
desde hace varios años. La misma incluye la reincorporación de la presencia
rusa en Cuba, de modo similar a la que tuvo en los tiempos de la otrora Unión Soviética.
Por parte de la dictadura cubana, los rusos le
darían un respiro al régimen en lo económico y lo energético; pero más
importante aún para la cúpula gobernante, proporcionaría la protección militar
necesaria para continuar en el poder, en un momento que los castristas
históricos van desapareciendo, al tiempo que son reemplazados por otros nuevos
subordinados de dudosa fuerza política, los cuales, por sí solos, carecen del
arraigo para sostenerse en el poder y que, además, coincide con momentos en que
el país confronta una seria crisis económica, al desvanecerse la economía de su
principal proveedor de petróleo y productos, la dictadura venezolana.
Desde hace un
tiempo atrás Moscú ha manifestado su interés de reabrir las bases de espionaje
electrónico de Lourdes o construir otra nueva con más avanzada tecnología en
Cuba. Y de igual modo, ha expresado su interés en volver a poseer bases
militares y navales en Cuba.
Analizado esto en
el contexto geopolítico, Rusia pretende reabrir su amenazante portaviones estático
a 90 millas de las costas de Estados Unidos.
A tales fines, los mandatarios de marras anunciaron que próximamente el
Ministro de Defensa Ruso General de Ejército Segey Shoygu visitaría a Cuba.
La diferencia de
hoy día con respecto a los tiempos de la URSS, es que Rusia cuenta con
importantes penetraciones e influencias políticas y militares con los gobiernos
de Venezuela y Nicaragua. Moscú también ha manifestado su interés en poseer
bases navales y militares en Venezuela y en Nicaragua. De hecho, actualmente
asesores militares rusos influyen activamente las fuerzas armadas de esos dos
países. Además, el Kremlin ha enviado modernas armas y misiles a Nicaragua y a
Venezuela.
Otro aspecto muy
preocupante, es que, como parte de la penetración rusa en la Cuenca del Caribe
y Centro América, muy probablemente Moscú trate de aprovechar la victoria
electoral del izquierdista Andrés Manuel López Obrador como presidente de México
para impulsar su penetración e influencia político-militar en ese país; lo cual,
estratégicamente hablando, implicaría cercar las fronteras de los Estados
Unidos. Por el sur, en la frontera con México y los accesos al Caribe con Cuba.
Más aún, si consideramos que, por el Norte, los Estados Unidos dista de Rusia
tan solo unos 87 kilómetros por el Estrecho de Bering que lo separa de las
costas de Alaska. O sea, que, desde el
punto de vista estratégico, esa situación pondría a los Estados Unidos en una
posición política y militarmente desventajosa. De ahí, el posible gran peligro.
Bajo tales
situaciones, Rusia podría aprovechar dicha ventaja estratégica buscando
afianzar y expandir su presencia e influencia económica, política y militar
sobre el Caribe, Centro y Sur América y al mismo tiempo, podría permitirle
presionar a Washington para garantizarse su permanencia en el continente americano
y en otros logares del mundo que han sido conquistados por vía de su política
de expansionismo militar como lo es la Península de Crimea en el Mar Negro, en
lo que podría llegar a ser otro nefasto Pecto a lo Kennedy-Khruchev.
De ahí la
importancia que tiene el frenar el avance de Rusia en el continente, lo cual
empieza por la erradicación de las dictaduras de los Castro en Cuba, de Ortega
en Nicaragua y de Maduro en Venezuela. Una acción que demanda premura, pues el
reloj está corriendo en contra de Washington.
San Juan, Puerto Rico a 4 de noviembre de 2018