¡FARISEOS!... Y LA LIBERTAD DE CUBA ¿QUE?
Por: Lcdo. Sergio Ramos
Un grupo de senadores bipartidistas ha presentado un
Proyecto de Ley para liberalizar los viajes de turistas a Cuba. También se ha
radicado otro proyecto de ley para permitir las exportaciones de ciertos
productos agrícolas a ese país. Algunos de los legisladores que promueven tales
medidas argumentan que representarían cerca de 2,000 millones de dólares
anuales en comercio para los Estados Unidos. De hecho, el secretario de agricultura
nombrado por esta administración, Sonny Purdue, es partidario de que los bancos
norteamericanos financien las compraventas de productos con Cuba.
El senador republicano por Wyoming Mike Enzi, con
sagaz malabarismo retórico, argumentó
que la medida es una vía de “circulación no solo de bienes, sino de ideas,
ideas de libertad y democracia…” Por su parte, la senadora por Minnesota Amy
Klobuchar dijo que tal medida “crearía oportunidades para el pueblo cubano””
Nos es difícil creer tanta ingenuidad e ignorancia de
parte de dichos experimentados legisladores. Ellos saben muy bien que en Cuba
existe un régimen totalitario donde se conculcan todas las libertades
fundamentales del pueblo cubano. Ellos están muy bien informados sobre el hecho
de que todo comercio con Cuba se hace a través del estado cubano y que redunda
en beneficio de la dictadura y de las arcas de la casta gobernante que controla
el poder político y económico del país. Estos congresistas están muy
conscientes que al final, los grandes beneficiarios de ese comercio serán los
altos jerarcas de la nomenclatura cubana. El pueblo solo tendrá migajas y
explotación, tal como lo ha estado sufriendo por más de cinco décadas. Saben
también que, en muchas ocasiones, los productos que han recibido como ayuda a
Cuba de parte de sus aliados, el régimen, en vez de entregarlos al pueblo, los
ha vendido por divisas en el exterior. Divisas, que van a parar a los bolsillos
de los jerarcas en cuentas bancarias en paraísos fiscales.
En realidad, ellos no están buscando el beneficio, ni
las libertades de los oprimidos cubanos, sino enriquecer los grandes intereses
económicos que, posiblemente, financien sus costosas campañas políticas.
Estos, son los mismos que cuando se acercan las
elecciones, comparecen ante los exiliados pidiéndoles el voto, retratándose en
los lugares iconos del exilio y prometiéndoles que harán “villas y maravillas”
por la libertad de Cuba. ¡Hipócritas!!
Ellos olvidan defender los intereses de los que están
esclavizados, en franca contravención a los postulados universales sobre los
derechos del hombre que contiene la Constitución de los Estados Unidos y que
recoge la Carta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Ellos son los
mismos que se llenan la boca en sus tribunas electorales hablando de la
libertad para los cubanos, mientras por detrás promulgan medidas que solo
benefician a la dictadura castrista.
Mientras proponen la liberalización de los placenteros
viajes de turistas y los jugosos negocios con Cuba, también con conocimiento de
los legisladores, la dictadura castrista golpea todos los domingos a las Damas
de Blanco, destruye las Iglesias evangélicas que no se arrodillan ante los
opresores, encarcelan a los opositores que claman porque se les respeten los
derechos humanos al pueblo, hostigan a los hijos menores de los opositores que
demandan justicia para el empobrecido pueblo cubano, y silencian a golpe y
cárcel a los periodistas independientes que tratan de divulgar los horrendos atropellos
y abusos al pueblo que comete la dictadura.
Desean los viajes por la libre a Cuba para los
americanos, mientras el régimen dictatorial discrimina contra sus propios
ciudadanos y nacionales cubanos exigiéndoles una visa, alias “permiso de viaje”,
para visitar su propia tierra que los usurpadores en el poder le han robado,
convirtiendo su patria en una finca privada de los opresores castristas.
Nos recuerdan estos legisladores de esta gran
democracia a la hipocresía de los fariseos que se ufanaban de la pulcritud y el
cumplimiento de los preceptos del judaísmo, mientras por detrás hacían todo lo
contrario a cambio de acumular monedas de oro. Las mismas treinta monedas por
las cuales vendieron al Cristo para crucificarlo.
La libertad de un pueblo no se logra enriqueciendo y
fortaleciendo a los opresores, sino arruinando las economías de los tiranos y
debilitándolos en su poder. Pero lo real es que hay quienes tienen por
motivación, solo el afán de poder y riqueza que esconden tras poses y discursos
demagógicos y patrioteros. Estos son los viles hipócritas, fariseos de la
democracia, aliados sutiles y encubiertos de los tiranos.
San Juan, Puerto Rico a 28 de mayo de 2017