lunes, 15 de febrero de 2016

UN NERON LLAMADO RAUL

UN NERON LLAMADO RAUL Por: Lcdo. Sergio Ramos Este año 2016 comenzó con la destrucción de templos evangélicos en Cuba y la detención de sus religiosos y feligreses. Nos llega la noticia de que en Santiago de Cuba fue derribada la Iglesia Evangélica Emmanuel sita en la Micro-3 de esa ciudad. Unos 200 feligreses fueron detenidos por la policía política de Cuba. El hecho apunta a no ser algo aislado. El mes pasado dos templos también evangélicos fueron destruidos en la ciudad de Camagüey y en las Tunas con el arresto de pastores y fieles en distintas partes de la isla. Todo apunta a una operación sistemática de persecución religiosa contra los evangélicos en Cuba orquestada por el régimen dictatorial del general Raúl Castro. Nada nuevo de que sorprenderse. No es la primera vez que la dictadura castrista se ensaña contra las religiones. En Septiembre de 1961, a raíz de que el tirano Fidel Castro se proclamara marxista-leninista y ateo, fueron cerradas centenares de iglesias católicas y expulsados 131 religiosos, cuando no, encarcelados sus fieles y religiosos, aterrorizándose al pueblo cubano para que los feligreses no visitaran las iglesias so pena de fuertes represalias. La medida desenmascara la teatral política de simulación de ‘cambio’, cuyo fin es obtener mayor aceptación del régimen cubano entre los gobiernos de Estados Unidos y sus aliados en pos de lograr financiamientos para el régimen a raíz del desplome económico de Venezuela. Un espectáculo publicitario que comenzó con la visita del Papa Francisco I a Cuba, en donde también afloró la persecución contra los opositores al impedirles a estos acercarse al Papa, encarcelando a cientos de ellos para que no participaran a las misas públicas. Una persecución que se destapa cada domingo contra las Damas de Blanco cuando van a misa para luego en silencio desfilar por las calles de Cuba. La represión religiosa de Raúl Castro nos recuerda al sanguinario emperador romano Nero Claudius Cæsar Augustus Germanicus, más conocido como Nerón, el cual gobernara a Roma del 54 D.C. al 68 D.C. y quien persiguió sin clemencia a los cristianos. Y es que las religiones que deciden funcionar al margen y con independencia del gobierno molesta a los tiranos, porque en sí, profesan y promulgan un mensaje alternativo que lesiona y choca --- quiéralo o no ---- contra la doctrina oficialista. La religión es un modo de expresión y es un acto de opinión. Un derecho humano inalienable consagrado en el artículo 18 de la Carta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas establece: Artículo 18. “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.” Y por ende, es un derecho intolerable por los estados totalitarios que pretenden convertir a sus ciudadanos en zombis socio- políticos. Por eso ahora Raúl se pone la túnica de Nerón para perseguir y acallar a las iglesias evangélicas independientes que dicho sea de paso, han incrementado últimamente su feligresía en el país. Fomenta esta actividad represiva el silencio culposo de aquellos gobiernos que avalan al régimen totalitario de Cuba, empezando con la política exterior de la actual administración americana. También la estimula el desentendimiento negligente de una jerarquía eclesiástica que prefiere tender mano al opresor a cambio de prebendas para su credo institucional, en vez de condenar pública y enérgicamente la persecución política y religiosa de aquellos cristianos (católicos y evangélicos) que claman por el respeto a los derechos humanos, entre ellos el de la libertad religiosa consagrada en el citado artículo 18 de la mencionada Carta de Derechos Humanos de la ONU Valga entonces recordarles a estos sordos-ciegos-mudos que le dan la espalda al sufrimiento un pueblo oprimido el pensamiento del Apóstol José Martí de que “Ver en calma un crimen, es cometerlo “. San Juan, Puerto Rico a 7 de febrero de 2016