sábado, 27 de octubre de 2012
EL UCASE MIGRATORIO DEL DICTADOR
EL UCASE MIGRATORIO DEL DICTADOR
Por: Lcdo. Sergio Ramos
El régimen de Cuba acaba de emitir un Decreto-Ley 302 modificando la Ley de Migración del país. La misma mantiene el carácter restrictivo al derecho humano de libertad de movimiento, las cuales vanamente justifica con un prólogo donde inculpa a terceros de las razones por las cuales los cubanos, a los largo de mas de medio siglo de dictadura, abandonan el país.
Argumenta en dicho Prólogo que la salida de se debe al “bloqueo de los Estados Unidos”, a “la Ley de Ajuste Cubano” y “al robo de cerebros con objetivos políticos “entre otros. Como de costumbre la dictadura ‘ex profeso’ ignora las verdaderas razones del masivo y continuado éxodo de sus ciudadanos al exterior, no solo a los Estados Unidos, sino que los cubanos se han quedado o han escapado a cualquier lugar del planeta que les ofrezca la oportunidad alcanzar lo que la oligarquía gobernante le niega al pueblo. Y cuando esto sucede consistentemente en un país, es porque algo anda mal, muy mal, en ese lugar.
La realidad es que la hostilidad proviene del régimen cubano contra el pueblo, y no de terceros países. Que los ciudadanos se van del país porque los oligarcas gobernantes les niegan el derecho a los ciudadanos de progresar y desarrollarse libremente y les obligan a trabajar por salarios de miseria. Son ellos y nadie más que ellos los únicos responsables de la falta de libertad y de futuro, porque han diseñado e impuesto un sistema para favorecer a los privilegiados del poder a expensa de la explotación de los obreros, campesinos, estudiantes, técnicos, científicos, artistas, atletas y profesionales cubanos.
La enmienda Migratoria promulgada por Decreto es, además, discriminatoria al establecer ciertas categorías de ciudadanos que no pueden salir del país. El articulo 23 inciso (f) restringe la salida de Cuba por “Carecer de autorización establecida, en virtud de las normas dirigidas a preservar la fuerza de trabajo cualificada para el desarrollo económico, social y científico-técnico del país, así como para la seguridad y protección de la infamación oficial”. Estos quedan coartados de la libertad de locomoción al aprobarse simultáneamente el Decreto 306 en donde en el Articulo 1 establece las categorías de directivos superiores, graduados de educación superior (universidades), científicos, técnicos medios especializados que realizan actividades “vitales” y atletas de alto rendimiento, los cuales quedan restringidos de viajar, temporera o permanentemente al exterior”.
Esta clasificación discriminatoria, contraviene el artículo 13 inciso 2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos que establece que “Toda persona tiene el derecho a salir del país, incluso del propio, y a regresar a su país”.
En otros países civilizados, se mantiene a los profesionales, a los científicos, artistas, a los técnicos cualificados y a los atletas de alto rendimiento con mejoras sustanciales de sus salarios y condiciones de trabajo, pero en Cuba el régimen los retiene por virtud del ucase dictatorial, atándolos a la miseria y la explotación del estado cubano.
La medida resulta contrastante, cuando vemos países sub-desarrollados como por ejemplo la República Dominicana, donde sus ciudadanos entran y salen de su país, para visitarlo o para retornar a residir sin mas restricción que tener su pasaporte y un visado del país extranjero a donde se dirigen, en caso de salir del mismo.
El discrimen también aplica a los que regresan temporera o definitivamente al país, pues a tenor con el articulo 24.1 inciso ( c ) resulta inadmisible “toda persona” que haya participado en “Organizar, estimular, realizar o participar en acciones hostiles contra los fundamentos políticos, económicos y sociales del Estado Cubano”. O sea, que los opositores al régimen, dentro y fuera de Cuba, quedan excluidos de poder ejercer el derecho a salir o retornar a su país, siendo esta, no solo otra violación al citado articulo 13 del la Carta de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, sino un medio de discrimen, persecución y represión contra todo aquel que activamente manifieste su oposición a la dictadura castrista.
Es importante señalar que esa disposición es un mecanismo coercitivo contra la libertad de expresión y de acción política del ciudadano, pues constituye una chantajista amenaza de prohibición de entrada o salida contra el ciudadano que opta por hacer actos y expresiones publicas contra la dictadura.
Si bien el Decreto Ley 302 elimina la llamada “Tarjeta Blanca” o permiso de salida, dicho permiso sigue existiendo a través de otros organismos del estado, ya que delega en los distintos ministros otorgar la llamada “liberación” para poder viajar al exterior, a tenor con los Artículos 3 y 4 del subsidiario Decreto 306 que, además, deja en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social la determinación de los cargos y puestos de trabajo sujetos a las restricciones máximas para viajar.
Existe también una razón económica del régimen cubano para hacer ciertas disposiciones un poco más laxas. Se trata de la extensión de la autorización de estadía en Cuba de los visitantes hasta 90 días o 180 días (Articulo 48.1), según sea el caso y, por otro lado, la de permitir a los ciudadanos que salen del país por tiempo “indefinido” por un término de hasta 24 meses (Articulo 40). El propósito, en ambos casos, es buscar una manera de ingresar divisas a un país quebrado por el síndrome sistémico de la improductividad. Cónsono con esa intención económica, se abre también unas categorías de residentes en el país para aquellos que tienen inversiones inmobiliarias, (Residentes Inmobiliarios (Articulo 3 Inciso e )).
Estas medidas no pueden ser consideradas como “aperturas” ni “liberaciones” del régimen, sino que constituyen modificaciones originadas en crisis económica que afecta el país, manteniendo el carácter opresivo del régimen castrista. Por cuanto seguirán ocurriendo las fugas de ciudadanos buscando la libertad y el progreso.
Cuba no necesita de estos oprobiosos ucases propios del mayor despotismo zarista, sino un Estado de Derecho que respete los derechos humanos y las libertades ciudadanas fundamentales y les brinde bienestar y progreso.
Cuba, no necesita de decretos que coarten la libertad de movimiento de sus ciudadanos, los cuales tienen el derecho de vivir donde les plazca y por cuanto les plazca sin pedirle permiso a nadie. Si Cuba quiere retener a los profesionales, a los técnicos, a los estudiantes universitarios, artistas, científicos y a los atletas, tiene que cambiar radicalmente su sistema, de un modelo que solo produce pobreza y opresión, por un modelo que produzca riqueza y libertad. Y para eso hace falta un radical cambio estructural, político, social y económico, que los perpetuados incumbentes del poder no están dispuestos a realizar.
sábado, 13 de octubre de 2012
LA MUTACION DEL ESTADO CUBANO
LA MUTACION DEL ESTADO CUBANO
Por: Lcdo. Sergio Ramos
La BBC destaca la reciente visita de una delegación vietnamita presidida por el vice primer ministro de Viet Nam Nguyen Xuan Phuc. La visita precede a otra que el dictador, General Raúl Castro hizo a ese país el pasado mes de Julio. Acontece en medio de una serie de medidas económicas adoptadas por el régimen cubano en los últimos años.
Cuba aspira a mutar su sistema sin cambiar su cúpula en el poder como medio de sobrevivencia ante un mundo en recesión y dentro de una seria crisis económica nacional, resultante, mayormente, de su improductivo modelo incapaz de generar riqueza y desarrollo. Luego de cinco décadas, los gobernantes han tenido que reconocer que la economía estatizada y de dirección centralizada no funciona. Lo reconoce tras haber pasado más de veinte años de que los inventores y principales promotores del sistema, la URSS, tuvo que desecharlo por las mismas razones.
Pero el camino que intenta recorrer el gobierno cubano, no es el del cambio profundo y amplio que requiere la nación para beneficio del pueblo, sino que han optado por uno que le garantiza a la anciana oligarquía gobernante su permanencia en el poder y así poderlo traspasar a sus privilegiados herederos privilegiados de la casta gobernante.
China y Viet Nam, les ofrecen un ejemplo claro de esa mutación. Sobretodo este último, cuyo marco de control y restricciones es más severo que el del primero.
Cuando analizamos los cambios ocurridos en esos dos países y lo comparamos con otro modelo social, político y económico de antaño podemos observar una significativa similitud ---honrando sus variantes --- con el fascismo. Comparemos el modelo implementado en esos dos países asiáticos con los de Italia y Alemania en la década del 30 y 40 del siglo pasado.
En el fascismo, el gobierno lo controlan las elites, no el pueblo. Esa elite esta agrupada en un solo partido legalmente admitido, haciendo exclusión de toda otra agrupación política o corriente de pensamiento distinta o alternativa.
El estado es superior y prevalece sobre el ciudadano. Esta forjado sobre la base de su autoridad absoluta sobre cada individuo, al cual se les demanda una férrea disciplina y obediencia jerárquica. “Nada por encima del estado, nada contra el estado” según decía Mussolini, mas tarde parafraseado por Fidel Castro.
El estado esta dirigido por un líder supremo, alrededor del cual se centra un fuerte culto a su personalidad, que lo transforma en un semidiós omnisciente, omnipresente y omnipotente. Ese mismo endiosamiento esta presente en las figuras máximas de dichos países asiáticos.
Las libertades y derechos civiles de los ciudadanos no son tales, sino son concesiones otorgadas a conveniencia del estado, en tanto y en cuanto no les perjudique.
El militarismo es esencial, pues la concepción de lucha contra los inferiores estados y sistemas políticos se demanda como demostración de superioridad. Esto va atado al expansionismo de su modelo e ideología por cualquier medio, en aras del agrandamiento del estado. Del mismo modo que lo es para infundir el terror y miedo entre los habitantes del país y servir de fuerza represiva interna.
La política económica esta basada en la autarquía e industrialismo, en el marco de un proteccionismo, donde la economía esta subordinada a los intereses políticos del estado. Funciona sobre una política intervensionista que tiende a ayudar al gran capital, e incluso lo crea directamente, favoreciendo a la clase dirigente, creando carteles oligopolicos. Las corporaciones de empresarios, profesionales y obreros están para servir al estado.
Los sindicatos obreros están al servicio y bajo el control del estado como instrumento de control de la clase trabajadora. Los derechos laborales fundamentales están conculcados.
El modelo económico del fascismo tiene mucha similitud con las políticas económicas de las llamadas Nuevas Políticas Económicas adoptada en la URSS por Vladimir I. Lenin durante la década del veinte para paliar la crisis económica tras las Primera Guerra Mundial. Y es esa tangencia de los extremos totalitarios, lo que hace factible la mutación del modelo centralizado marxista-leninista al estado corporativo del fascismo. Con la característica de que en este modelo neo-fascista, el estado mutante desarrolla un malabarismo dialéctico para mantener la retórica marxista. Algo nada difícil, pues en el totalitarismo, el control de los medios de comunicación masiva es absoluto y la libertad de expresión e información es nula.
Tanto Viet Nam como China están controlados por una elite política afiliada a un solo partido admitido, quienes rigen por largas décadas a ambos países. La oposición, individual u organizada es duramente reprimida, quedando ausente los derechos humanos. Sus ciudadanos solos tienen aquellos derechos que le convenga otorgarle esos estados como cuestión de conveniencia. Nada esta por encima del estado al cual todos le están subordinados bajo un puño férreo. El hombre es para el estado, no el estado para el hombre.
En ambos países hay una figura central que rige el estado, al cual sus ciudadanos están obligados a rendirle pleitesía, en un culto a su persona santificado por le poder absoluto.
Los dos países cuentan con un presupuesto y aparato militar desproporcionado, y un organismo represivo implacable. En el caso particular de China, ha mostrado sus pretensiones imperiales incipientes, que recientemente se manifiestan en el diferendo con Japón por las Islas Senkaku (Diaoyu para los chinos) y su terquedad de no conceder la independencia al Tibet. Este expansionismo imperial chino irá en incremento en la medida que adquiera mayor poder político y económico, pudiendo llegar al retar a los Estados Unidos durante la segunda mitad de este Siglo.
La economía de ambos países asiáticos privilegia a dos tipos de personas: El inversionista extranjero y a la clase gobernante, convirtiéndose estos últimos en los nuevos ricos; pero en ambos casos, sus economías están para servir al interés del estado, que aspira a la mayor autarquía e industrialización posible.
Los derechos laborales en China y Viet Nam son nulos. El obrero trabaja según convenga a los intereses estatales, por el salario y las condiciones laborales que le convenga al régimen. En ambos casos, los sindicatos son controlados por el estado y sirven de poleas de transmisión de las políticas de sus respectivos gobiernos.
Para los fines de las oligarquías gobernantes, tanto en el caso de Viet Nam como el de China, ha resultado beneficioso, pues les ha garantizado la perpetuidad en el poder y el enriquecimiento, mientras que para sus respectivos pueblos, el estado de conculcación de sus derechos humanos y la esclavitud, prevalecen, con la variación de alguna mejora económica en algunos sectores limitados de la población.
Esa mutación del comunismo al fascismo es la que aspira lograr la actual oligarquía del poder en Cuba, con la esperanza de que en algún momento los Estados Unidos cambie su política hacia Cuba y le abra el acceso a sus mercados e inversionistas.
En su tránsito de la economía centralizada al estado corporativo, el gobierno cubano esta dando sus primeros pasos con el asesoramiento vietnamita. De ahí que haya permitido el cuentapropismo, la cesión de tierras estatales en usufructo a los campesinos, la creación del mercado inmobiliario, la concesión de préstamos bancarios a los ciudadanos, entre otras.
Habrá de verse hasta donde la cúpula gobernante es capaz de adoptar las medidas económicas profundas que requiere esa transformación, pues están concientes de que los cubanos son cultural e idiosincrásicamente muy distintos a los chinos y los vietnamitas, y que un aumento de la riqueza en sectores significativos del pueblo, conlleva un incremento de poder para los ciudadanos. Pero también saben que están obligados al cambio, de lo contrario, la crisis económica los llevaría a un insalvable abismo.
Se trata entonces de una mutación que solo le conviene a la casta gobernante, pero que en nada beneficia al pueblo cubano, pues lo mantendría en el actual régimen de opresión, explotación y falta de derechos humanos.
Lo que realmente conviene al pueblo cubano es un cambio total y de raíz, de todas sus estructuras políticas, económicas y sociales en el marco del respeto a los derechos humanos, la democracia pluralista y la libertad empresarial y de mercado, sin descuidar el bienestar y progreso de cada uno de los ciudadanos, bajo un estado reducido, diseñado para servir al pueblo, y no para servirse de este.
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