sábado, 9 de junio de 2012
PURITANISMOS TRASNOCHADOS
PURITANISMOS TRASNOCHADOS.
Por: Lcdo. Sergio Ramos.
En el Sub-Comité para Política y Control Migratorio de la Cámara de Representantes se esta discutiendo un proyecto de ley presentado por el congresista por la Florida David Rivera, para enmendar la Ley de Ajuste Cubano de 1966 a los fines de que todo aquel cubano acogido a los beneficios de la misma, pierda la residencia permanente en los Estados Unidos si antes de cinco años de su concesión, viaja a Cuba.
Dicha ley permite solicitar la residencia permanente a todo nacional cubano que entra legalmente a los Estados Unidos o si entró ilegal, es puesto bajo ‘Parole’. En cuyos casos pueden solicitarla al año de su presencia física continua en este país.
El congresista Rivera basa su proyecto de enmienda a la Ley, en que muchos cubanos que llegan a este país y obtienen la residencia amparados en dicha Ley, viajan a Cuba tan pronto adquieren la residencia, por lo que esto --- alega el Congresista Federal ---, pone en peligro dicha ley, pues ésta es una especie de ‘asilo’ y no debe ser abusada, ni manipulada, pues se macula el carácter de exilado.
Es cierto que un alto por ciento de los cubanos que adquirieron ese status migratorio bajo dicha Ley, viajan a Cuba tan pronto son residentes. Sin embargo, a tenor con la Ley de Inmigración el status de residente permanente, no es lo mismo que el estatus de asilado. Jurídicamente hablando, son dos cosas distintas. Por cuanto, una vez Usted adquiere la residencia en Estados Unidos, por la vía que sea, Usted tiene todos los derechos que le competen a un residente de este país, que son: viajar, trabajar, estudiar, y vivir permanentemente en los Estados Unidos.
Si bien la Ley de Ajuste Cubano surge como resultado de la condición opresiva extrema contra el pueblo cubano, impuesta por el régimen totalitario comunista de Cuba, también es cierto que el status migratorio de residente permanente concede el derecho a viajar fuera del territorio americano.
Los cubanos viajan a Cuba forzados por las circunstancias socio-políticas creadas por la dictadura castrista. El régimen cubano mantiene un patrón de chantaje generalizado contra sus ciudadanos al mantenerlos en la penuria y zozobra constante de la escasez, obligándolos a escarbar día a día migajas para resolver sus más elementales necesidades básicas. De ahí que, los familiares en el exterior, se vean obligados a socorrer a los suyos, para mitigarles las penurias impuestas por el sistema totalitario comunista. Se crea entonces una especie de martirio y agonía diario entre los exiliados por la situación de sus allegados cautivos en Cuba.
En ese maquiavélico escenario cotidiano, es lógico que quien deja atrás a sus padres, hijos, esposas y demás seres queridos, se lance desesperado a ayudarlos para resolver lo que la dictadura intencionalmente no les resuelve, ni les resolverá, porque la escasez es parte del control dictatorial totalitario sobre la población. El régimen tiene como política de estado mantener al pueblo en constante penuria, a expensas de las migajas que a su conveniencia le otorga el Estado cubano.
Con ese dantesco panorama, ¿Cabe preguntarse si teniendo una madre enferma de gravedad o un hijo pasando serias necesidades el señor Congresista no saldría corriendo a socorrerlos o si tendría la deshumanizada indolencia de no hacer nada por los suyos? Los aspectos humanitarios reales, no pueden ser desconocidos a la hora de promulgarse una ley, so pena de crear injusticias mayores que las que se alega remediar.
Por su parte, el régimen cubano sabedor de lo fuerte que son los vínculos familiares en la cultura del cubano, juega con la carta del chantaje de las familias cautivas (mas bien diríamos, rehenes) en la isla, como medio de adquirir jugosas divisas del exilio, estimadas en billones de dólares.
Si analizamos la proyectada medida desde una visión macro de la cuestión cubana, su proyecto de enmienda a la Ley no resuelve el grave problema de Cuba, ni tampoco facilita el derrocamiento de la dictadura. Sin embargo, lo que si ocasionará, es perjudicar al sufrido y chantajeado cubano de a pie, que tuvo que salir de su patria por la total conculcación de sus libertades y la ausencia de futuro. Resulta en síntesis que la víctima ---el pueblo cubano --- será la castigada, pagando los platos rotos de una medida fundada en un puritanismo trasnochado.
Por otro lado, el impacto político que la propuesta enmienda de ley tendría sobre el sistema tiránico de Cuba, tampoco aporta nada a su caída. Le pasa algo parecido con el mal llamado bloqueo, que no es bloqueo sino un embargo, o prohibición de un país de comerciar con otro. Cuba sigue comerciando con todo el mundo y adquiriendo de todo en todas partes menos en los Estados Unidos, y aun así, también los compra a través de terceros países. Y también seguirá recibiendo las ayudas de los exiliados, a mayor costo para estos por otras vías.
El Embargo es una medida pasiva, que nunca se ha aplicado en su totalidad, pues la parte más efectiva y dañina contra el régimen, el Titulo III de la Ley Helm Burton, nunca se ha aplicado. Este permite el embargo o confiscación de los bienes de compañías extranjeras que invierten o compran propiedades de empresas o ciudadanos americanos que les fueron nacionalizados (robadas) por la dictadura. El Titulo III, desde que se promulgó esta Ley, siempre ha sido pospuesto por discreción presidencial, concedida por dicha Ley.
La realidad es que las medidas pasivas debilitan o molestan, pero no tumban dictaduras. Y mucho menos cuando se trata de regímenes ideológicos de control férreo como el de Cuba, Corea del Norte, etc. Se puede asediar un castillo, pero si no se asalta espada en mano, puede resistir indefinidamente. Hace falta la medida activa, jamás tomada por Washington desde el pacto Kennedy-Khuchev en 1962. Por cuanto, si no se ataca frontalmente a la tiranía castrista para erradicarla, no se cae. Y el ejemplo del efecto de una medida activa es lo que se hizo en Libia y en Irak.
En Cuba todas las acciones de Estados Unidos después de 1962 han sido pasivas. ¿Pero porque a Cuba no y a otros países si? ¿No ha sido y es el castrismo un régimen hostil, conjurado en hacerle mal a los Estados Unidos? ¿Por qué se le ha permitido tanto tiempo su existencia a 90 millas de sus costas sin tomar acción activa drástica, a pesar de que Cuba intentó que se dispararan por sorpresa lo cohetes nucleares contra las ciudades americanas en 1962 y de haber derribado con su Migs de combate, avionetas civiles estadounidense en espacio aéreo internacional? ¿Un misterio o un secreto bien guardado o una incompetencia garrafal?
El señor Congresista tampoco percibe que para poder derrocar una dictadura, la oposición necesita líneas de información, comunicación y de logística. Un ejército cuyas líneas de comunicación y de logística, le son cortadas esta condenado a la derrota. El caso clásico fue el del VI Ejercito Alemán en Stalingrado en 1943.
Pues bien, el señor legislador tampoco se percata de que a través de los viajes de cubanos exiliados a la Isla, se esta pudiendo ayudar a muchos opositores con recursos económicos, informativos, y materiales y mantienen la comunicación de coordinación entre ambos lados del Estrecho de la Florida. Si se cierra esa avenida, los opositores quedarán, si no desprovistos de ese apoyo, seriamente mermados por hacerse más difícil los envíos logísticos a la lucha interna contra la dictadura, que, dicho sea de paso, también se hacen de terceros países. Aunque, el grueso del recurso de apoyo externo a la oposición interna sale del exilio en Estados Unidos, específicamente en Miami.
La esencia y solución del problema entonces, radica en la toma de medidas y políticas conducentes al derrocamiento de raíz de la tiranía castrista, y no andarse deshojando margaritas.
Hubiera sido más efectivo si el Sr. David Rivera hubiera presentado un proyecto de Ley para que Estados Unidos actuara contra Cuba como lo hizo con el dictador Sadam Hussein en Irak. O, mejor aun, que se aprobase una Ley reconociendo y concediendo el Derecho a la Beligerancia del pueblo cubano exiliado y de adentro de Cuba, contra la tiranía castrista y en consecuencia, se permita la total libertad de acción de los exilados y del pueblo cubano en general, contra el régimen castrista, eliminándose las secuelas todavía existentes del Pacto Kennedy-Khruchev, por virtud del cual Washington se convirtió en el perro guardián de Castro contra las acciones de lucha libertaria del exilio y el pueblo cubano.
Los cubanos sufrimos desde hace cinco décadas, las indecisiones, inconsistencias, vaivenes e improvisaciones de la política exterior de los Estados Unidos respecto a Cuba, dando como resultado que dicha dictadura tenga mas de medio siglo de existencia y que el cáncer del comunismo este haciendo metástasis en toda la América Latina con los Chávez, los Correa, los Evo Morales, los Ortega, etc.…. y cuidado, señores Congresistas, no les reviente el problema al otro lado de sus fronteras, en México.
El serio problema, o mas bien el síndrome de la pasividad, es que Washington ha carecido y carece de un plan firme, serio, real, abarcador y consistente con el propósito deliberado para derrocar la tiranía de los hermanos Castro. Hasta ahora han estado jugado a las improvisaciones y variaciones de políticas según toque al mandatario y al partido de turno y aplicando a medias una Ley pasiva (La Helm Burton) que nunca se acaba de aplicar en su totalidad y donde no se implementa la imprescindible acción activa directa y frontal contra la dictadura castrista con el fin expreso de derrocarla de raíz de una vez y por todas.
domingo, 3 de junio de 2012
MARIELA LA MENTIROSA
MARIELA, LA MENTIROSA.
Por: Lcdo. Sergio Ramos.
Mariela Castro Espín ha visitado los Estados Unidos y lo ha recorrido de costa a costa, entrevistándose, reuniéndose con todo aquel que quiso y accesando a los medios de comunicación y prensa libremente. Habló en foros públicos, insultando al exilio cubano y difundiendo acomodaticias versiones distorsionadas de eso que llaman la Revolución Cubana.
Vino para esparcir la propaganda del régimen respecto a la liberalización y la supuesta tolerancia del gobierno cubano para con los homosexuales. Para ello tuvo que “explicar” la conducta de la tiranía para con los estos durante la década de los sesenta y setenta cuando la dictadura hacia recogidas de sacerdotes y religiosos, de homosexuales y personas desafectas para llevarlos a trabajar forzada y gratuitamente en la agricultura, siendo internados y concentrados en campamentos bajo vigilancia militar en las peores condiciones de higiene y trabajo. Las llamaron Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP). Nos recuerda ese método de reclutamiento y uso de mano de obra gratis al empleado por los Nazis en sus tristemente famosos campos de concentración y a los utilizados por el dictador Joseph Stalin en la URSS y que dio lugar a la laureada novela el ‘Archipiélago de Gulag’ de Alexander Solzhenitsyn. Esa mano de obra gratuita a fuerza de látigo se llama esclavitud y no tiene ninguna diferencia con la usada por los colonizadores con los negros esclavos que trajeron a América. Pero Mariela dice que fue una medida de” trabajo voluntario” en un momento de crisis en Cuba.
Por años ser homosexual en Cuba, salvo contados protegidos de Fidel Castro en las altas esferas, implicaba cárcel, vejación y discrimen. Solo ahora, luego que en el mundo empezó a esparcirse la corriente de igualdad de género, el régimen cubano, hipócritamente desea aprovecharse para atraer la braza a su sartén y su portavoz es la hija del tirano sucesor. Pero de aquellos atropellos y violaciones de derechos humanos, Mariela calla, peor, miente.
La otra irreverencia a la verdad de Mariela Castro es decir que le gustaría que el parlamento cubano fuera “mas democrático”, como si allí, en ese monolítico foro, pudiéramos hablar de democracia. Para empezar, ella sabe, que en Cuba por virtud del Artículo 5 de la impuesta Constitución Socialista solo hay un partido, el Comunista, y esa es la verdadera autoridad suprema en el país por disposición constitucional. Ella sabe que en la Asamblea Nacional del Poder Popular solo hay representación de ese solo partido. Los demás están excluidos. Pero para que exista democracia, tiene que haber pluralidad representativa social y política, y además, libertad de expresión y de ejercicio al voto en nombre de los representados. Sino, lejos de ser un parlamento, es un mal simulado acto teatral orquestado para guardar apariencias. Para resolver ese problema en Cuba, no es dar alguna representación, sino es que tiene que cambiarse el sistema político radicalmente, para que entonces haya una democracia real. La realidad es que no hay ninguna democracia en el país. En fin, que en el caso de Mariela Castro el descaro de mentir parece ser una herencia genética.
Finalmente, se despotrica contra el exilio llamándolo “Mafia”. Cuando la despectiva palabrita, parece que le cae como anillo al dedo aquel refrán castellano de que “ladrón juzga por su condición”. Ella sabe, que su tío, el tirano mayor, que se robo al país para hacerlo su finquita privada, empezó sus oficios” revolucionarios “haciendo actividades gasteriles en la Universidad de la Habana, con el saldo de varios de sus adversarios asesinados por él a punta de pistola. Y luego, cuando tomo el poder, se rodeó de un séquito de incondicionales que van desde intelectuales de la cultura como Abel Prieto, hasta matones y asesinos como Ramiro Valdés. Pero todos, serviles miembros de esa ganga de ciega fidelidad al Padrino (The Godfather) Fidel Castro Ruz. Y si lo que ha creado desde los inicio de eso que llaman “Revolución” no es una Mafia politizada, venga Dios y vea. Al Capone no lo hubiera hecho mejor. Pero Mariela proyecta su condición, porque ella es parte de esa criminal Mafia Castrista.
Sin embargo, mas allá de las mentiras y los insultos de Mariela, lo que nos debe preocupar del viajecito de Mariela Castro por Estados Unidos, no son sus mentiras, sino la unilateralidad del beneficio de la política del intercambio cultural con Cuba del presidente Barak Obama, quien fue apoyado expresamente por Mariela Castro haciendo un llamado a votar por él.
Resulta que los artistas, intelectuales, activistas de derechos humanos y opositores cubanos que tienen posturas verticales contra la tiranía castrista, no pueden hacer en Cuba lo que ella hizo en los Estados Unidos. No pueden ni pisar tierra cubana. Y esto es un discrimen contra el exilio cubano. ¿Porque razón no se le permite, digamos, ahora que va la Flotilla a protestar por la falta de libertad de Internet en Cuba, que Ramón Saúl Sánchez entre en Cuba, y sin restricciones de conferencias en universidades, se reúna con los opositores que desee, haga declaraciones libremente y sin censuras en la Radio y la televisión, como las hizo Mariela aquí ?.
Esta política aplicada con severa unilateralidad solo ayuda a la tiranía castrista, anti-americana y anti-democrática, a difundir su cizaña, forjar la desestabilización y hacer proselitismo en territorio de Estados Unidos. Mientras, el mensaje para que Cuba sea democrática no tiene acceso al país. Y aquí se denota la absurda y desequilibrada política que para con Cuba tiene Washington, o ¿será que esta administración gusta de cargar los dados a favor de Castro?
Y mientras esto no cambie, seguirán viniendo los hijitos de papa ha decir mentiras, mientras en Cuba a las verdades del exilio y la oposición interna se les silencia.
SIN CAMBIO POLITICO, NO HAY CAMBIO
SIN CAMBIO POLITICO, NO HAY CAMBIO
Por: Lcdo. Sergio Ramos
Los altos jerarcas del régimen hicieron tajantes declaraciones durante la visita papal expresando que “no habrán cambios políticos” en Cuba.
Sin embargo, la dictadura esta tratando de venderle al mundo que Cuba esta cambiando. Proyecta sus nuevos derroteros a base de la liberalización del cuenta-propismo. Lo hace a través de una intensa campaña propagandística y diplomática a nivel internacional, y a través de un coqueteo con sectores adinerados no conflictivos del exilio cubano. El propósito es la atracción de capital en el marco de una improductiva economía quebrada, y ante la posibilidad de ocurra una debacle en Venezuela, su principal subsidiador, ocasionada por la enfermedad mortal que padece Hugo Chávez en medio de las elecciones presidenciales.
La dictadura, como hemos señalado en otras oportunidades, busca un tímido cambio de modelo económico hacia el prototipo vietnamita. Pero sin ningún cambio político, por eso le han llamado “actualización del modelo cubano” y a su vez, pretende vender dichas “actualizaciones de su modelo” como si ello fuera un gran cambio en la isla.
En el plano internacional, como parte de la estrategia de promoción, la dictadura utiliza a sus aliados latinoamericanos, los cuales presionan a los Estados Unidos para que normalice las relaciones con el régimen de La Habana, al tiempo que la alta jerarquía de la Iglesia Católica avala al castrismo con la visita papal y el alineamiento del cardenal cubano a los dictámenes del gobierno.
No es de dudar que si la actual administración Obama logra prevalecer en las elecciones de noviembre, se produzca un viraje en las relaciones diplomáticas de los Estados Unidos para con Cuba. En la VI Cumbre de Las Américas en Cartagena, Colombia, el presidente Obama se comprometió a “estudiar’ el asunto, lo cual ha de entenderse como una lógica posposición decisionaria ante la incertidumbre electoral.
Simultáneamente, la dictadura ha desarrollado una gran escalada represiva contra los opositores, alcanzándose cifras record en las detenciones, en lo que a todas luces es un intento por aplastar todo indicio de oposición en la población. Este es un mensaje claro para el pueblo cautivo de que no habrá alteración alguna en el sistema político y sus regentes.
Paralelamente, la Iglesia Católica realiza reuniones en Cuba con los sectores “moderados” del exilio en La Habana, mientras que la dictadura hace lo propio con otros cubanos de similar corte en Estados Unidos. Indiscutiblemente el régimen aspira a atraer el pujante capital del exilio, o al menos de algunos capitales cubanos en manos de elementos capaces de acatar sumisamente sus reglas a cambio de jugosos réditos monetarios compartidos.
Este acatamiento equivale a la sumisión con la dictadura, declinando las aspiraciones al cambio político, en aras de percibir ganancias monetarias.
Algunos de los involucrados en el convite pudieran de modo muy ‘naive’, pensar que si logran un cambio económico, esto pudiera a la larga favorecer el cambio político. ¡Menuda ingenuidad de ingenuidades!. Nada de eso ha ocurrido ni en China, ni en Viet Nam. Ambos gobiernos son contumaces violadores de los derechos humanos de sus respectivos pueblos, pues la mutación del marxismo leninismo al fascismo solapado con la continuación de la retórica marxista, no conlleva un adelanto en las libertades ciudadanas. En China hemos visto recientemente el caso del preso de conciencia y Premio Nóbel Li Bao y del opositor ciego Cheng Guang Cheng. Esta claro que ninguno de esos regimenes han abierto sus respectivos países a la participación democrática y pluralista de sus ciudadanos en sus gobiernos, sino por el contrario, la mutación ha entronizado a las mismas oligarquías gobernantes.
En el caso de Cuba, acatar las pautas de la dictadura, es ayudar a apuntalarla. Porque tendría el mismo efecto que en China y Viet Nam: Perpetuar a la misma claque opresora en el poder. Estos mal llamados “cambios” no resuelven los problemas de fondo del país, pues sostienen en el poder a los mismos despostas de siempre y sus descendientes y mantienen actual el estado totalitario y represivo, ausente de los derechos humanos, donde los trabajadores serian entonces explotados por el consorcio inversionista-estado.
Para que en Cuba se produzca un cambio real, se necesita empezar por un profundo, radical y total cambio político., cuyo primer requisito es la plena salida del poder de la oligarquía gobernante, que debe ser sustituida por un gobierno provisional comprometido con el cambio democratizante requerido.
En primer termino debe ponerse en vigor de ley la todos los derechos humanos contenidos en la Carta de Derechos de las Naciones Unidas. Tras esto, hay que enmendar las leyes, en todo aquello que represente discrimen, represión, o disposición violatoria de los derechos humanos y habrá que crearse un cuerpo autónomo electoral que garantice unas elecciones verdaderamente libres y honestas.
Este cambio debe empezar por lo político, con medidas que ciertamente enfilen un nuevo derrotero para el país, de modo que establezca un Estado de Derecho que garantice las libertades ciudadanas y los derechos humanos en el marco de la inclusión, participación igualdad, respeto y tolerancia para todos los cubanos estén dentro o fuera del país. Es importante que el control del cambio real, este en manos del pueblo cubano en general, con la participación de todas las vertientes del pensamiento cubano, sean mayorías o minorías. Hay que evitar que o los mismos opresores o intereses foráneos o terceros países controlen para sus conveniencias el cambio, a fin de evitar que se malogre el sagrado propósito libertario.
El orden legal debe ser sustancialmente transformado, empezando por la promulgación de una nueva constitución de bases democráticas, que sea redactada por representantes libremente electos por el pueblo y la cual sea refrendada en un plebiscito por todos los nacionales cubanos. Sancionada la constitución por el pueblo, habrá de procederse a efectuar elecciones libres en el marco del pluripartidismo para todos los cargos electivos del país.
Los cuerpos represivos (Seguridad del Estado, Contra Inteligencia, etc.) deben ser inmediata y totalmente desmantelados. Una policía civil debe sustituir a los cuerpos militares. El país debe desmilitarizarse, para crear una sociedad civil fuerte.
Todos los presos políticos y de conciencia y aquellos presos por delitos comunes cuyos cargos les fueran fabricados por el estado, o aquellos con delitos catalogados como comunes para encubrir el propósito político, deben ser puesto en libertad con carácter inmediato.
Cuba debe en primer término, estar abierta a todos los nacionales cubanos, por eso han de abolirse las restricciones de viaje de modo que exista la libre entrada y salida del país para todos los nacionales cubanos sin restricciones, ni necesidad de permisos para ello.
Los medios de prensa y comunicación masiva han de pasar a manos privadas, eliminando el monopolio del estado, o del partido Comunista sobre estos, para garantizar el libre flujo de información y opinión en el país.
Proclamar la libertad de empresa y de contratación, apartando al estado del control económico del país, y abolir los impuestos de usura con que el régimen pretende asfixiar al incipiente comerciante (cuenta-propista).
Lo expresado es, a modo sucinto, lo fundamental para encausar un verdadero cambio político. Otras medidas democratizadoras habrán de ser tomadas. Pero la realidad es que sin los cambios políticos profundos que el país demanda urgentemente, no hay cambio, sino solo ficción.
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